Gaspar No¨¦: el ni?o prodigio se desinfla con ¡®Love¡¯
¡®Love¡¯, un drama con sexo real y proyectado en 3D, desilusiona tras el histerismo colectivo
Prohibida la entrada de Lars von Trier al festival de Cannes ¨Ctras aquel malentendido sobre su supuesto apoyo a Hitler-, al certamen solo le queda un enfant terrible: el cineasta argentino afincado en Francia Gaspar No¨¦. Autor de Irreversible, un filme sobre la violaci¨®n de una mujer que se centraba m¨¢s en el hecho que en el drama de sus consecuencias, y de Enter the void, drogas y fantasmas en Tokio, desde hace unos d¨ªas se estaba calentando el ambiente con su Love, la historia de una pareja con bastantes secuencias de sexo real, y que se hab¨ªa rodado, y por lo tanto as¨ª se proyectar¨ªa, en 3D. Cannes albergaba su estreno en la secci¨®n Oficial, aunque fuera de concurso.
Anoche la expectaci¨®n super¨® todas las previsiones. La sesi¨®n de madrugada en el Grand Th¨¦?tre Lumi¨¨re empez¨® con media hora de retraso ante la avalancha de p¨²blico que tapon¨® la entrada. Es la sala m¨¢s grande de Cannes, con 2.300 butacas, y con todo se quedaron fuera m¨¢s de 200 personas. Lo mismo ha pasado con las dos proyecciones de hoy: a pesar de que hab¨ªa corrido la voz de la baja calidad f¨ªlmica y sexual de Love, se ha quedado gente fuera de las salas. Histerismo colectivo.
Porque las cr¨ªticas han dejado claro que No¨¦ se ha columpiado con Love. La historia arranca en la ma?ana de un 1 de enero: el protagonista se despierta, ante la llamada de su hijo de dos a?os, resacoso y arrepentido de su vida. Empieza a recordar a la mujer que amaba de verdad, su anterior novia, a la que conoci¨® cuando estudiaba cine. Murphy es estadounidense, y lleg¨® a Paris atra¨ªdo por la cinematograf¨ªa francesa. La mujer idealizada, Electra, no es m¨¢s que otro retrato del clich¨¦ de la bomba sexual parisiense con coqueteo con las drogas. Pero son felices. Hasta que la pareja conoce a su nueva vecina, una rubia llamada Omi, y tras un m¨¦nage ¨¤ trois, Murphy decide repetir a espaldas de su novia. El cond¨®n se rompe, Omi se queda embarazada y Electra abandona a Murphy. Las dos horas y cuarto del metraje se pierden en las divagaciones y recuerdos de Murphy, interpretado por Karl Glusman, en el que destaca su absoluta ausencia de carisma, su incapacidad para que el espectador tenga algo de cari?o por su personaje. De ellas tampoco se puede decir mucho, ya que les toca cargar con personajes t¨®picos. Como titula el cr¨ªtico de The Guardian Peter Bradshaw: ¡°Cincuenta grados de vainilla¡±.
Vamos al l¨ªo. No¨¦, que tanto anoche en la sesi¨®n de gala de la madrugada como en el encuentro ante la prensa de hoy estaba exultante, ha rechazado contar qu¨¦ momentos sexuales son reales y cu¨¢les no. Se da por sobreentendido que s¨ª son los que acaban con una eyaculaci¨®n masculina. Pero en Love hay una rob¨®tica repetici¨®n de la mec¨¢nica de los encuentros sexuales: besos, sobeteo de pechos, el chico realiza sexo oral a la chica correspondiente y penetraci¨®n final con cond¨®n. El sexo oral realizado por ellas se esconde con juegos de c¨¢mara y el momento del tr¨ªo no deja de ser dos chicas encantadas de conocerse con un chico intentado pillar cacho por alg¨²n lado. Por supuesto, es No¨¦: hay una eyaculaci¨®n masculina contra la c¨¢mara, y en 3D significa que el esperma vuela sobre las cabezas de los espectadores, pero sorprende su falta de imaginaci¨®n. En lo que s¨ª no parece conocer fin es en sus muestras de egolatr¨ªa: el hijo se llama Gaspar; el primer novio de Electra tiene una galer¨ªa de arte llamada No¨¦ y le encarna¡ el mismo director, con peluca, y otras lindezas de igual tono. El cineasta asegura que dejar¨ªa que ¡°los ni?os de 12 a?os vieran la pel¨ªcula¡±, que ¡°nunca podr¨ªa rodarse un filme de este estilo en Estados Unidos¡±, que ¡°en cuanto dices pornograf¨ªa la gente se asusta¡± y que ¡°no se puede rodar sexo sin mostrar genitales¡±. Lleva raz¨®n cuando asegura: ¡°He hecho una pel¨ªcula sobre el amor. No sobre la banca suiza o la cienciolog¨ªa. ?Por qu¨¦ no mostrar lo que significa?¡±. Por desgracia para el p¨²blico, le ha faltado talento y se ha olvidado de la pasi¨®n.
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