Del motocarro al hogar

Como Pl¨¢cido Alonso con la letra de su motocarro en la obra maestra de Luis Garc¨ªa Berlanga, la protagonista de La lecci¨®n es pura honestidad. Est¨¢ rodeada de corrupci¨®n, de mala educaci¨®n, de ladrones de baja estofa, de criminales en potencia, de falsa caridad, de una sociedad (all¨ª, la espa?ola; aqu¨ª, la b¨²lgara) demasiado acostumbrada a la sumisi¨®n y al mangoneo. Ella s¨®lo quiere cumplir con un pago para no perder su vivienda, para enmendar el error de un marido memo, sin rebajarse, con la cabeza alta, con tranquilidad, cumpliendo la ley, con el decoro y con su propia voluntad. Pero la contienda, expuesta con aguerrida convicci¨®n por los noveles Kristina Grozeva y Petar Valchanov, ganadores en el Festival de San Sebasti¨¢n del Premio Kutxa a los mejores Nuevos Directores, es un campo minado de reglamentaciones, plazos, horarios, sinsentidos y vaguer¨ªa.

Par¨¢bola de moral social, con liger¨ªsimos toques de humor negro y puesta en escena en la ¨®rbita de ese cine seguidor de los hermanos Dardenne, c¨¢mara ¨¢gil a un palmo del cogote de sus criaturas, La lecci¨®n apela al retrato de una mujer honesta a la que todos tientan con rebasar la l¨ªnea de la virtud. Pero, como en alguna pel¨ªcula semejante del Nuevo Cine Rumano, lo esencial de la historia pulula alrededor de esta ejemplar maestra de escuela: en las microhistorias de una sociedad marcada por la ineptitud, la corrupci¨®n y la crueldad, lo que convierte a su hero¨ªna en una especie de hermana ¨¦tica en el cine de autor europeo del Abel Morales de El a?o m¨¢s violento.