Will Hope: ¡°En Spotify nuestro objetivo ahora es la expansi¨®n¡±

Lo cuenta con media sonrisa en la cara. Antes de fichar por Spotify, Will Hope (Londres, 1983) hab¨ªa pasado por las discogr¨¢ficas Warner, en Madrid, y Universal, en Londres. Debido a su edad, un joven perteneciente a ¡°la era despu¨¦s de Napster¡±, trabajaba en el departamento de desarrollo digital de los cat¨¢logos musicales de ambos sellos. En aquellas oficinas en las que todav¨ªa cuelgan discos de vinilo y CD sobre las paredes, se empez¨® a o¨ªr la palabra Spotify, que cada d¨ªa sonaba con m¨¢s fuerza en reuniones comerciales. ¡°Hab¨ªa mucha divisi¨®n y nervios. Exist¨ªan los que est¨¢bamos entusiasmados con la m¨²sica en streamingy los que se opon¨ªan radicalmente¡±, explica en un m¨¢s que fluido espa?ol. ¡°Yo era del primer grupo hasta el punto de que fich¨¦ por el otro bando. Me parec¨ªa un paso muy interesante profesionalmente¡±, apunta.

Eso fue en 2010, cuando Spotify se expandi¨® sin miramientos a nivel mundial. Entre los l¨ªderes de este crecimiento, estaba Hope, que se convirti¨® en director general de relaciones con las discogr¨¢ficas en Spotify para toda Europa, Australia y Nueva Zelanda. Pas¨® a hacer lo contrario de lo que hac¨ªa: explicar y no escuchar. ¡°Parte de mi trabajo ha sido exponer con argumentos c¨®mo a?adimos valor a la industria musical¡±, se?ala. Esto es, seg¨²n sus palabras, decirles a los sellos c¨®mo la escucha sin descarga en Internet es viable para promocionar sus contenidos, tanto novedades como archivos antiguos, y luchar contra la pirater¨ªa, que dio un tr¨¢gico vuelco al panorama discogr¨¢fico con las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Dos son las labores fundamentales de mi trabajo en Spotify: cuidar todo el contenido de los sellos en nuestro servicio y servirles de plataforma para promocionar su m¨²sica¡±, dice.

Hope ha sido invitado por la organizaci¨®n del Primavera Sound a participar en sus jornadas de conferencias en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (MACBA). Su ponencia ha tratado sobre el futuro de la industria musical. Ya en la calle, se esfuerza en explicar el gran problema de Spotify: no es una compa?¨ªa rentable. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, la plataforma digital ha registrado p¨¦rdidas netas de 57 millones de euros. ¡°Esto se debe a que estamos en un per¨ªodo de crecimiento constante. Nuestro objetivo ahora es la expansi¨®n y en eso estamos invirtiendo. Estamos consolid¨¢ndonos en nuevos mercados y pa¨ªses¡±, argumenta, poniendo como ejemplo la encrucijada del periodismo en el mundo digital que cree imprescindible pero est¨¢ buscando su sitio. ¡°Ahora nuestro objetivo es liderar este tipo de cambio y potenciar dos fuentes de ingresos que no paran de crecer: la publicidad y las suscripciones¡±, a?ade.

Derechos de autor

Con 60 millones de usuarios activos, de los que 15 millones est¨¢n suscritos al servicio premium, que pagan una cantidad mensual por usar todas sus posibilidades (escucha sin limitaciones, en todos los soportes, con posibilidad de compartirla en redes sociales o confeccionar listas de reproducci¨®n¡­), Spotify no para de aumentar sus ingresos, pero casi el 85% van a costes de ventas: los pagos de derechos de autor a los sellos discogr¨¢ficos, las editoriales y las agencias de distribuci¨®n.

Sin sus contenidos, la compa?¨ªa, como el resto de plataformas digitales que ofertan m¨²sica como YouTube, Napster, Vevo, Deezer y XBox Music, no existir¨ªa. ¡°Por eso es tan importante que nos entendamos¡±, afirma, pero defiende tambi¨¦n el papel que juegan las plataformas de streaming en este per¨ªodo incierto ¡°en el que todo va demasiado r¨¢pido¡±. Un per¨ªodo en el que, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas de la compa?¨ªa, un 42% de sus usuarios entran desde sus tel¨¦fonos, un 10% desde tabletas y un 45% desde las aplicaciones de escritorio.