Patti Smith: ¡°La libertad es responsabilidad nuestra¡±
La cantante recuerda c¨®mo surgi¨® 'Horses', uno de los ¨¢lbumes m¨¢s ic¨®nicos del rock
Patti Smith (Chicago, 1946) viaja al pasado. A un a?o, a una ciudad, a un disco. Es 1975 en Nueva York y sale publicado Horses, uno de los ¨¢lbumes m¨¢s ic¨®nicos de la historia del rock, un catalizador emocional e intelectual de la desarraigada ¨¦poca de los setenta anglosajones, la obra con la que la cantante y compositora recibi¨® el apodo de madrina del punk, y que ahora cumple 40 a?os. ¡°Hab¨ªa un ambiente excitante en la calle. No era una atm¨®sfera normal¡±, relata. ¡°Nuestra generaci¨®n hered¨® a mucha gente muerta de la guerra de Vietnam. Y hab¨ªa movimientos por los derechos laborales, sociales, de los gays o las mujeres. Pero musicalmente la voz cultural de los sesenta estaba desapareciendo. Y sent¨ªamos que quer¨ªamos formar parte de algo¡±.
¡°No quer¨ªa ser cantante, pero las lecturas de poemas eran est¨¢ticas¡±
Sentada en el sof¨¢ de un hotel de Barcelona, Smith, que triunf¨® en su interpretaci¨®n ¨ªntegra de Horses en el Primavera Sound, fija su mirada de ojos grises en el vac¨ªo y al hablar mueve las manos con ligereza, como si fuera sacando de una estanter¨ªa imaginaria los recuerdos que conserva intactos: ¡°El disco lleg¨® de forma org¨¢nica. Era una veintea?era que se dedicaba a la poes¨ªa pero con mucha energ¨ªa y que estaba fascinada por el rock'n'roll. No quer¨ªa ser cantante, pero sent¨ªa que las lecturas de poemas eran demasiado est¨¢ticas¡±. Horses impact¨® al mundo. No solo era la tensi¨®n desgarradora de su rock'n'roll callejero, sino tambi¨¦n su l¨ªrica evocadora, como ese c¨¦lebre verso que escribi¨®: ¡°Jes¨²s muri¨® por los pecados de alguien, pero no por los m¨ªos¡±. ¡°Ten¨ªa grandes mentores como William Burroughs, Allen Ginsberg o Gregory Corso, de la Generaci¨®n Beat. En 1973 empec¨¦ a poner m¨²sica a mis poemas, que defend¨ªa ante el p¨²blico. Lo hac¨ªa con un piano. Me ayudaba Richard Sohl, que luego perteneci¨® a la banda. Intent¨¦ darle un sentido de rock'n'roll a mi trabajo¡±.
Tanto fue el sentido que le dio que termin¨® dedic¨¢ndose a la m¨²sica, convirti¨¦ndose en una iluminaria de la escena neoyorquina, con centro de operaciones en el garito CBGB's, antesala de la inminente explosi¨®n punk a ambos lados del Atl¨¢ntico: ¡°En 1974, escuch¨¦ a Television en ese local. Comprend¨ª que quer¨ªa hacer eso y habl¨¦ con el due?o, Hilly Kristal. Sol¨ªa estar vac¨ªo pero el d¨ªa que yo debut¨¦ estaba lleno. Television nos marcaron ese camino a otros. Y fuimos llegando el resto: The Ramones, Blondie, The Dead Boys o Johnny Thunders¡±. Fueron los hijos bastardos de The Velvet Underground o New York Dolls, los m¨¢ximos exponentes de todo el desencanto y la iron¨ªa que arrastraban las calles de Nueva York desde hac¨ªa a?os, aunque Smith le da un punto de exclusividad al garito: ¡°No se puede ver el CBGB's como un elemento cultural al estilo del Factory, que era una creaci¨®n de Andy Warhol. Era m¨¢s agresivo, no hab¨ªa famosos. Muchos de los que nos un¨ªamos all¨ª cada noche no ten¨ªamos dinero. ?bamos con la idea de vivir algo nuevo y original, de crearlo tambi¨¦n. Factory era algo que ten¨ªa que ver con sofisticaci¨®n, pero el CBGB's era un lugar de encuentro del rock'n'roll¡±. Aunque una figura que pis¨® Factory ten¨ªa su influencia en el 315 de Bowery del Lower East Side. ¡°Lou Reed siempre estuvo presente. Pasaba muchas noches con ¨¦l charlando sobre poes¨ªa. Lou y Nueva York eran un matrimonio imposible de romper. Fue important¨ªsimo lo que hizo con Walk on the wild side. Dio voz a los travestis¡±.
Con su cabellera gris¨¢cea, Smith, vestida con fina chaqueta, vaqueros rotos y botas, irradia serenidad al evocar otra vez aquella ¨¦poca tan trascendental en el devenir del rock, en la que todav¨ªa se fijan tantos m¨²sicos: ¡°No se trataba de sexo, drogas y rock'n'roll sino de ser una comunidad y luchar por esas batallas que eran revolucionarias. Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Brian Jones estaban muertos. Bob Dylan estaba en otra onda. Y en la radio desaparecieron los DJ con visi¨®n pol¨ªtica. Se trataba de esa voz cultural como la que representaban Bob Dylan, John Lennon, Joan Baez o Jerry Garcia¡±. Y, en este sentido, a?ade: ¡°Horses no es un disco pol¨ªtico. Habla de gente que no se adapta a su entorno, en un modo como pod¨ªa ser por ejemplo Jim Morrison cuando elevaba los estados emocionales a poes¨ªa y lo convert¨ªa en rock. El disco trata sobre la libertad en todos sus niveles. La libertad entendida como nuestra responsabilidad¡±.
¡°Ahora soy una abuela pero con conocimiento y curiosidad¡±
Horses se envolvi¨® de toda esa excitaci¨®n social y ambiente de guitarras el¨¦ctricas y chupas de cuero, pero tambi¨¦n fue un rompedor alegato feminista. Desgarbada y sonriente, la cantante se remueve en el sof¨¢ y recuerda c¨®mo la compa?¨ªa quiso quitar la fotograf¨ªa de Robert Mapplethorpe, una imagen hecha con luz natural donde ella posaba con un estilo andr¨®gino: ¡°Clive Davis ¡ªfundador del sello Arista¡ª fue un buen mentor pero era de la vieja escuela. Me dijo que para ser honesto conmigo no pod¨ªa entender esa foto. Si yo era mujer, me ten¨ªa que arreglar y maquillar. Pero esa foto era exactamente como yo era. No llevaba vestidos. ?Y jam¨¢s iba a permitir que me maquillaran! Por ah¨ª no pensaba pasar. Para m¨ª, es una imagen preciosa porque me sacaba tal como soy¡±. ?Y qu¨¦ queda de la Patti Smith de hace 40 a?os? ¡°Ahora, soy una abuela comparada con la chica que era y, tal vez por eso, me veo con m¨¢s responsabilidad. No tengo tanta energ¨ªa ni un esp¨ªritu tan activo pero el conocimiento, la empat¨ªa y la curiosidad siguen ah¨ª¡±.
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