Un primavera femenino
El festival funciona y el p¨²blico se renueva. Patti Smith y Antony triunfaron. Las grandes decepciones: The Black Keys y The Strokes
El modelo funciona y el p¨²blico se renueva. Dos destacadas conclusiones de la quinceava edici¨®n del Primavera Sound, que ha cerrado sus puertas manteniendo un nivel similar de asistencia -unas 175.000 visitas- comprobando que italianos y alemanes su suman a ingleses, irlandeses y franceses en la cabeza de los extranjeros que m¨¢s frecuentan el festival. Pero lo m¨¢s significativo es que el Primavera es ya un acontecimiento, eso que los publicistas llaman con pompa "evento". Por ello radiografiar a su p¨²blico mediante t¨®picos que aluden a gafas y barbas es un gesto de ceguera restrictiva que no explica la incorporaci¨®n de asistentes que ni saben ni necesitan saber quien fue Nick Drake. Es un riesgo, pues el p¨²blico que llega puede marchar sin mediar raz¨®n predecible, pero ser acontecimiento es una condici¨®n para que, como indic¨® Alfonso Lanza, uno de los directores del certamen, la sociedad admita un hecho: "este a?o nos hemos sentido muy reconocidos y hemos recibido mucho cari?o por parte de todos". S¨ª, el Primavera ya es una parte del pa¨ªs y de Barcelona, ciudad a la que va implicando en m¨¢s y m¨¢s actos que trascienden al propio F¨®rum, extendi¨¦ndose incluso por los barrios menos tur¨ªsticos.
Considerando que un festival no es como Ikea, donde s¨®lo hay un recorrido posible, habr¨ªa que se?alar que ¨¦ste ha sido un Primavera muy femenino. Patti Smith estuvo espl¨¦ndida porque evidenci¨® que envejecer no implica necesariamente mellar el filo de tus ideas, de tus palabras o de tu m¨²sica. En su caso, hacerse mayor la ha situado en el mismo punto ideol¨®gico y art¨ªstico que en sus a?os mozos, pero con m¨¢s experiencia. En la actual dictadura de la turgencia, unas arrugas has sido m¨¢s tersas que por ejemplo la actuaci¨®n de The Black Keys, candidatos a mayor decepci¨®n del cartel con permiso de The Strokes, al v¨¦rseles cansados de s¨ª mismos e incapaces de trasmitir poca cosa m¨¢s que hast¨ªo. Siguiendo con mujeres, las mismas Sleater-Kinney pasaron la mano por la cara a muchas bandas, incapaces de entonar con la furia y convicci¨®n de Corin Tucker, la reina del aullido mel¨®dico. En otro ¨¢mbito Tori Amos tambi¨¦n impuso su voz y sinuosa personalidad en el que fue su estreno en Espa?a. Igualmente Antony, una bisagra entre dos mundos, asombr¨® al silenciar una multitud que sigui¨® embelesada su exquisita actuaci¨®n orquestal. Fue incre¨ªble. Ah, y han sido las mujeres las que m¨¢s muestra de activismo ideol¨®gico han evidenciado, desde Christina Rosenvinge felicitando por los resultados electorales -entre ellos s¨®lo Howe Gelb hizo menci¨®n al tema- a Kathleen Hanna (The Julie Ruin) deseando una revoluci¨®n feminista. Y ninguna de ellas iba vestida de antisistema, sino mayormente con vestidos y tacones. Otro t¨®pico que cae.
Un futuro prometedor
- Tori Amos impuso su voz y sinuosa personalidad en su estreno en Espa?a.
- El festival registr¨® alrededor de 175.000 visitas comprobando que italianos y alemanes se suman a ingleses, irlandeses y franceses a la cabeza de los extranjeros que m¨¢s frecuentan el Primavera Sound.
- Patti Smith demostr¨® que envejecer no implica necesariamente mellar el filo de unas ideas o una m¨²sica. En su caso, hacerse mayor la ha situado en el mismo punto ideol¨®gico y art¨ªstico que en sus a?os j¨®venes, pero con m¨¢s experiencia.
- Triunfaron Jos¨¦ Gonz¨¢lez y sus hipn¨®ticas letan¨ªas laicas, la seducci¨®n que mostr¨® Damien Rice, los retorcimientos de Panda Bear y el candor de Belle And Sebastian.
Pero hubo m¨¢s triunfadores, como Jos¨¦ Gonzalez y sus hipn¨®ticas letan¨ªas laicas o la delicada y sutil seducci¨®n de Damien Rice; los retorcimientos de Panda Bear y alt.J, la solidez de Interpol o el candor de Belle And Sebastian, una banda que jugaba en casa. Caso aparte es el de The Replacements. Si una banda es objeto de un documental como Color Me Obsessed en el que no suena m¨²sica, ni hay metraje de archivo, ni fotos de ¨¦poca, ni aparecen los protagonistas, es que el grupo tiene algo. Su concierto fue la prueba de ello y de paso demostr¨® que no todos los retornos son innecesarios, fruto de no tener d¨®nde caerse muerto o echar de menos las entrevistas. Si, muchos dan pena, pero hay que aparcar la l¨®gica cuadrada. Por cierto, el hip-hop, que cada a?o ofrece unos cuantos conciertos de inter¨¦s, ha dejado de lado esos ritmos cuadrados para marcharse a los cerros de ?beda. Los cuatro conciertos del g¨¦nero fueron destacados, desde Run The Jewells a Shabbaz Palaces o Tyler The Creator pasando por el gamberrismo de barrio ingl¨¦s, excitante y deslenguado de Sleaford Mods. Y no olvidemos la carta africana de The Ambasadeurs, Tony Allen o Mdou Moctar. M¨²sica negra de libro, el origen de todo. A todo esto, el Primavera Pro nos habl¨® del futuro de la industria y nos cont¨® que en Groningen existe un alcalde de noche que media entre las salas y los vecinos. La civilidad da mucha envidia.
Babelia
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