Chicas del pa¨ªs del norte
Una respuesta a la frase de Tori Amos: ¡°lo que m¨¢s me preocupa de las mujeres es su facilidad para infravalorarse¡±.
Una idea brillante: Neskatxa maite-25 mujeres que la m¨²sica vasca no deber¨ªa olvidar, libro reci¨¦n editado por Ainanai, plantea las cuestiones del g¨¦nero y la m¨²sica desde una perspectiva ecl¨¦ctica. No solo cubre vocalistas e instrumentistas, de todos los estilos musicales; aparecen tambi¨¦n f¨¦minas de los medios y de la industria, tanto del disco como del directo.
?La autora, Elena L¨®pez Aguirre, se sinti¨® espoleada por una frase hallada en una entrevista de la estadounidense Tori Amos: ¡°lo que m¨¢s me preocupa de las mujeres es su facilidad para infravalorarse¡±. Impactada, Elena decidi¨® romper esa din¨¢mica y conversar con 25 mujeres de su ¨¢mbito geogr¨¢fico; no eran grandes figuras pero s¨ª pod¨ªan encarnar vivencias universales.
?Por ejemplo, el ninguneo, tan com¨²n como hiriente. As¨ª, Elena descubre que en las biograf¨ªas del grupo progresivo Franklin se elimina el nombre de Bego?a Larra?aga, que tambi¨¦n estuvo en la fundaci¨®n (detalle que enriquece su perfil p¨²blico como ¡°la acordeonista de Enrique Urquijo¡±). Igualmente letal es la excesiva modestia: en algunos casos, cost¨® convencer a las protagonistas de que su historia personal merec¨ªa ser contada. Otro asunto habitual: las drogas, especialmente la devastadora hero¨ªna. No menos dram¨¢tico: la trampa de cobrar en negro cuando llega la hora de pensar en la pensi¨®n de jubilaci¨®n.
?Y las peculiaridades vascas. Como la influencia de la militancia pol¨ªtica en la evoluci¨®n creativa. Olviden los t¨®picos: el libro se abre con Arantxa Gurmendi, que estuvo en la ¨®rbita del legendario colectivo Ez Dok Amairu. Pero funcionaba como un verso libre: rodeada de cantautores severos, insist¨ªa en hacer pop el¨¦ctrico en euskera, adaptando incluso ¡°La chica yey¨¦¡±.
La trayectoria de Arantxa Gurmendi tambi¨¦n parece sugerir otra caracter¨ªstica interesante. Aunque pocas de las entrevistadas viven actualmente de hacer m¨²sica, muchas se reciclaron en la radio, la televisi¨®n, la ense?anza. Para los residentes en los p¨¢ramos de Madrid, tras 25 a?os de PP, resulta m¨¢s que extraordinaria la noci¨®n de aprovechar el talento de gente inquieta, laboriosa, viajera. Por no hablar de detalles aqu¨ª tan inconcebibles como que el libro tenga patrocinio institucional y, de hecho, haya sido confeccionado en la Imprenta de la Diputaci¨®n Foral de Alava.
?Por el contrario, detecto problemas formales en Neskatxa maite. Me explico: huyendo del pregunta/respuesta, la autora elimin¨® sus intervenciones y ofreci¨® a las participantes la posibilidad de corregir los textos, para que quedaran como autorretratos. Quiz¨¢s no fuera buena idea: cuenta Elena que alguna lleg¨® a borrar hasta la mitad de sus declaraciones; otra incluso termin¨® neg¨¢ndose a aparecer en el libro.
No es asunto menor: se pierde bastante del car¨¢cter oral y alguna entrevista parece pr¨¢cticamente un curr¨ªculo. Con todo, Neskatxa maite ofrece un rico panorama de la pr¨¢ctica musical femenina en el Pa¨ªs Vasco, desde las orquestas de verbena a la escena de los gaztetxes. Son particularmente delirantes las aventuras de Trikipunk, el d¨²o folk formado por Elena Bezanilla y Elene Sustatxa, por esos locales:
¡°Nuestra audiencia en bastantes ocasiones la formaban los pogos, chavales que esperaban al grupo que tocaba despu¨¦s, porque nosotras muchas veces ¨¦ramos teloneras. Ellos estaban con la litrona, nos miraban y flipaban: ¡®?y estas t¨ªas?¡¯. Nosotras no ten¨ªamos la potencia de vatios que iban buscando, lo nuestro era ac¨²stico y no les llenaba. Busc¨¢bamos el efecto sorpresa, les provoc¨¢bamos y grit¨¢bamos: ¡®?muermoooos!¡¯. Y entonces hac¨ªan como que se mov¨ªan.¡±
Babelia
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