Una serie sobre el ¨²ltimo verano de Europa
Los 37 d¨ªas que transcurrieron entre el asesinato del archiduque en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, y la declaraci¨®n de guerra del Reino Unido a Alemania, el 4 de agosto, con la que un incipiente conflicto europeo se convirti¨® en la I Guerra Mundial, la cat¨¢strofe de la que surgen todas las dem¨¢s cat¨¢strofes del siglo XX, han sido estudiadas a fondo por cientos de historiadores para tratar de comprender lo incomprensible: ?c¨®mo es posible que naciones en teor¨ªa avanzadas metiesen al mundo en un conflicto que costar¨ªa millones de muertos sin saber muy por qu¨¦? El historiador Christopher Clark acu?¨® la expresi¨®n ¡°son¨¢mbulos¡± en uno de los grandes libros de la d¨¦cada para definir la forma en la que las potencias europeas se lanzaron a la guerra, como seres que caminaban dormidos e inconscientes hacia el precipicio. Una magn¨ªfica miniserie de la BBC de tres episodios, 37 d¨ªas, que ofrece actualmente la plataforma de cine por Internet Filmin, retrata los movimientos diplom¨¢ticos durante aquellas semanas que David Fromkin llam¨® ¡°el ¨²ltimo verano de Europa¡± porque nada volver¨ªa a ser lo mismo despu¨¦s de la apocalipsis.
Los personajes de la serie son los dirigentes de las grandes potencias, sobre todo del Reino Unido, Alemania y Austria, los m¨¢ximos mandatarios, pero tambi¨¦n los responsables del engranaje diplom¨¢tico, los ministros de Exteriores, los embajadores, los militares¡ Entre todos ellos llevaron al mundo al desastre sin ser nunca conscientes de la dimensi¨®n de la guerra en la que iban a meterse. Son todos familiares entre ellos, los diplom¨¢ticos pero tambi¨¦n el rey de Inglaterra, el Kaiser alem¨¢n y el Zar, que eran primos. El canciller alem¨¢n Bethmann-Hollweg, el kaiser Guillermo II, Winston Churchill, David Lloyd George, Herbert Henry Asquith son algunos de los personajes hist¨®ricos retratados con solvencia. La serie deja muy claro que la historia la hacen seres humanos, con sus debilidades, sus cegueras, pero tambi¨¦n con su voluntad o con su lucidez.
Los creadores de 37 d¨ªas, el veterano realizador Justin Hardy y el guionista Mark Hayhurst, ambos veteranos de la televisi¨®n brit¨¢nica con muchas series en espaldas, apoy¨¢ndose adem¨¢s en impecables actores marca de la casa de la BBC, logran trazar una din¨¢mica descripci¨®n de la diplomacia a principios del siglos, pero tambi¨¦n darle humanidad a los personajes. El jefe de la diplomacia brit¨¢nica, Edward Grey (interpretado de forma tan convincente por el veterano Ian McDiarmid que logra hacernos olvidar que es el malvado emperador de la saga de La guerra de las galaxias), es tal vez el personaje m¨¢s importante de esta historia fundamentalmente coral. Sin embargo, sus denodados esfuerzos para tratar de evitar que el continente emprenda una marcha f¨²nebre hacia su propia destrucci¨®n resultan totalmente in¨²tiles, porque en ning¨²n momento es capaz de ver la jugada completa ni lo que est¨¢ en juego.
Como en la teor¨ªa de los juegos que cre¨® el matem¨¢tico John Nash, recientemente fallecido, no s¨®lo hay que tener en cuenta las propias decisiones sino, sobre todo, c¨®mo las decisiones de los dem¨¢s pueden afectar a las nuestras. Grey era inteligente y conoc¨ªa todas las tretas de la diplomacia, pero no sab¨ªa que el mundo hab¨ªa cambiado. Algo similar ocurrir¨ªa durante el conflicto ya que la inmensa mayor¨ªa de los generales pensaban bas¨¢ndose en estrategias de las guerras napole¨®nicas y no eran conscientes de los efectos de la revoluci¨®n industrial en el campo de batalla en forma de ametralladoras, artiller¨ªa, explosivos, aviones o, desde la batalla del Somme en 1916, carros de combate. Lanzar una carga contra ametralladoras era una insensatez total pero muchos oficiales no fueron capaces de leerlo. Creer que el belicismo germano se pod¨ªa frenar con trucos de sal¨®n o que una guerra entre la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Europa era controlable son errores en una longitud de onda parecida.
En el consejo de ministros definitivo en el que Reino Unido declar¨® la guerra a Alemania, s¨®lo uno de los participantes fue capaz de calibrar lo que se avecinaba: ¡°Millones de hombres contra millones de hombres con todo el acero que hemos sido capaces de producir¡±. 37 d¨ªas es un gran retrato del momento decisivo del siglo XX, cuando se rompi¨® la esperanza que hab¨ªa despertado una ¨¦poca de progreso, pero es tambi¨¦n un extraordinario y entretenido producto televisivo.
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