Estampas del ayer (con sand¨ªa y pollo)

El p¨²blico que asiste a los espect¨¢culos de rejoneo es especial. Acercarse hasta la plaza cargando con una sand¨ªa de varios kilos o un pollo de corral vivito y coleando es motivo m¨¢s que suficiente para un estudio sociol¨®gico. Aunque parezca incre¨ªble, as¨ª fue, y el que se llev¨® a su casa ambos regalos fue Sergio Gal¨¢n al pasear la oreja de su primero. Como no era f¨¢cil responder a los aplausos y cargar con la sand¨ªa, se la cedi¨® gentilmente a uno de sus auxiliares; y momentos despu¨¦s, le lanzaron el pollo. Y el pobre animal se qued¨® solo y desconsolado en el tercio mientras la caravana continuaba su camino triunfal. Picote¨® un poco, y al comprobar que trigo no hab¨ªa sino arena seca, pasmado y quieto se qued¨® hasta que un arenero intent¨® agarrarlo. El pollo se resisti¨® como pudo y los lances entre ambos hasta la detenci¨®n final fueron muy jaleados por el respetable, que se lo pas¨® en grande. Lo dicho, estampas del ayer que merecen un estudio.

Gal¨¢n se llev¨® la sand¨ªa, el pollo, los v¨ªtores y una oreja pues su actuaci¨®n fue torera, cl¨¢sica y muy depurada t¨¦cnicamente. Es un torero a caballo maduro, que monta una buena cuadra, hace muy escasas concesiones a la galer¨ªa y goza de un gran sentido del temple. Par¨® muy bien a sus dos mansos oponentes ¡ªmuy descastada y sosa toda la corrida¡ª, y en el primero se luci¨® especialmente en banderillas con Tr¨®pico, un caballo muy valiente, que se deja llegar los pitones hasta la misma piel. En el quinto, solo el poco acierto a la hora de la muerte le impidi¨® comprobar si hab¨ªa m¨¢s v¨ªveres para ¨¦l. Volvi¨® a protagonizar una faena muy maciza y destac¨® sobremanera con Ojeda y con Apolo; sobre todo, en un espectacular par a dos manos.

El portugu¨¦s Rui Fernandes tuvo una actuaci¨®n muy discreta; su quehacer es tan afanoso como ins¨ªpido. Es verdad que se encontr¨® con dos toros rajados, pero su rejoneo est¨¢ tan alejado del clasicismo como del nivel alcanzado por los m¨¢s grandes. Tard¨® mucho tiempo en ejecutar las suertes, abus¨® de las pasadas en falso, se dej¨® tocar en demas¨ªa los caballos y su labor final no transmiti¨® la emoci¨®n necesaria.

Le queda mucha carrera todav¨ªa a Manzanares, pero a fe que va por el buen camino. De entrada, se le nota que ha aprendido con Hermoso de Mendoza, es espectacular y valiente y comete errores de juventud. En uno de ellos, ech¨® a su caballo Tomatito encima de su primer toro, que lanz¨® por los aires al caballero y le dio una brutal paliza de la que sali¨® felizmente indemne. No se arredr¨® y confirm¨® ante el sexto sus buenas expectativas. Mat¨® mal y se qued¨® sin alimento.