La sombra de Rodwell

Durante a?os, la gesti¨®n de los derechos de Tint¨ªn y otras obras de Herg¨¦ era controlada por Les Studios Herg¨¦, una sociedad formada por el mismo dibujante que serv¨ªa tanto para la administraci¨®n de la obra como para el apoyo a la creaci¨®n, actuando como estudio art¨ªstico con un nutrido grupo de colaboradores.

Tras la muerte del autor en 1983, la sociedad se dividi¨® en dos: por un lado, la Fundaci¨®n Herg¨¦, una instituci¨®n mantenida por su viuda, Fanny Remi, y algunos de sus antiguos colaboradores para la conservaci¨®n y estudio de la obra de Herg¨¦; por otra, Baran International Licensing (m¨¢s tarde reconvertida en Tintin Licensing TL), una empresa dirigida por el secretario personal del dibujante, Alain Baran, para la gesti¨®n y explotaci¨®n de los derechos.

Ambas sociedades coexistieron y trabajaron sin problemas hasta la aparici¨®n en escena de Nick Rodwell, un pol¨¦mico hombre de negocios, due?o de la primera tienda dedicada a Tint¨ªn en Inglaterra, que se convirti¨® en segundo esposo de Fanny Remi en 1993. La viuda de Herg¨¦ tom¨® el nombre de Fanny Rodwell y cedi¨® la direcci¨®n de las sociedades a su nuevo marido, que transform¨® TL en Moulinsart SA y comenz¨® una carrera tan exitosa en lo econ¨®mico como discutida en sus m¨¦todos.

Con la m¨¢xima de que la obra de Herg¨¦ es ¡°el Rolls-Royce del c¨®mic¡±, el brit¨¢nico se ha hecho famoso por su f¨¦rreo control de la obra del dibujante. Su gesti¨®n al frente tanto de la Fundaci¨®n (reconvertida de nuevo en Studios Herg¨¦) como de Moulinsart SA ha dado lugar a conquistas tan evidentes como la inauguraci¨®n del Museo Herg¨¦ de Lovaina o la venta de los derechos de la adaptaci¨®n al cine del personaje a Steven Spielberg. Pero tambi¨¦n a momentos dudosos: desde las acusaciones de censura de documentales sobre la herencia de Herg¨¦ a la persecuci¨®n extenuante de cualquier intento de reproducir un dibujo de Tint¨ªn sin permiso (y sin pasar por caja).

El acoso de Rodwell ha sido tal que pr¨¢cticamente todas las p¨¢ginas web dedicadas al personaje por admiradores y estudiosos han cerrado y las asociaciones de devotos de Tint¨ªn miden sus actividades con meticulosidad para evitar las iras de Moulinsart, siempre presta a acudir a los tribunales, como bien sufri¨® en carnes el autor espa?ol Antonio Altarriba por su ¡°her¨¦tica¡± revisi¨®n de Tint¨ªn en El loto rosa (Ed. De Ponent). La sentencia de un tribunal holand¨¦s es de consecuencias impredecibles, pero podr¨ªa generar una de las batallas legales del siglo.