Leonardo Padura: ¡°Hemingway era un boxeador de la vida y la literatura¡±
Publicamos la versi¨®n completa de la entrevista que el escritor mantuvo con EL PA?S en julio del a?o pasado
En julio del pasado a?o pas¨® por Madrid Leonardo Padura, con un libro bajo el brazo, El viaje m¨¢s largo, editado por NED/Futuro anterior. Con ese motivo EL PA?S public¨® en su edici¨®n Am¨¦rica parte de esta conversaci¨®n, que ahora aparece completa, con el nuevo Princesa de Asturias de las Letras. La conversaci¨®n parte de lo que Padura cuenta acerca de Hemingway en su libro Adi¨®s, Hemingway (Tusquets); habla tambi¨¦n de la situaci¨®n cubana, del periodismo que se hace en su pa¨ªs y, en general, de su concepto de lo que es Cuba hoy, ¡°un pa¨ªs desmesurado¡±.
Pregunta. Cuenta su nieto que John Dos Passos fue a ver a Hemingway y reiniciaron la amistad.
Respuesta. Que se hab¨ªa roto en Espa?a durante la guerra civil.
P. S¨ª. En el libro Hemingway contra Fitzgerald, un viejo amigo de Hemingway dice: ¡°Hemingway, una por una, acab¨® con las mejores amistades que tuvo¡±. Lo hizo con Scott, con Dos Passos y con todo el mundo. ?Por qu¨¦ ten¨ªa ese car¨¢cter destructivo de la amistad?
R. Creo que Hemingway era dos personas, una el escritor que escribi¨® esos cuentos magn¨ªficos y algunas novelas que siguen siendo libros absolutamente vitales, contempor¨¢neos que le siguen hablando a un lector moderno; y por otra parte era el personaje. Ese personaje que ¨¦l se cre¨® y que tanto ayud¨® a difundir su literatura ten¨ªa que responder a determinadas reglas, unas reglas que ten¨ªan mucho que ver con la destrucci¨®n de lo que estaba a su alrededor. Destruy¨® patrimonios, amistades, relaciones con los hijos, su protagonismo ten¨ªa que ser tan absoluto que no pod¨ªa permitir nada que estuviera en contra de ese protagonismo.
Dos Passos es un caso, pero como bien menciona el libro tambi¨¦n otro es su turbulenta relaci¨®n con Scott Fitzgerald y sobre todo con Gertrude Stein, a la que le deb¨ªa much¨ªsimo; y con Sherwood Anderson, su primer mentor. Hay demasiados eventos en la vida de Hemingway relacionados con la amistad y con las personas que estaban cerca de ¨¦l que terminaron en desastres emocionales. Al final Hemingway estaba solo. Creo que una de las cosas que m¨¢s contribuy¨® a potenciar su paranoia tuvo que ver con esa soledad a la que lleg¨® al final de su vida y que no resisti¨®.
?l necesitaba cortes, gente a su alrededor que fueran como una corte, le encantaba rodearse de famosos, ah¨ª estaba Ava Gadner que iba a verlo a La Habana y le encantaba, pero cuando se daba el paso a la amistad, sobre todo con los escritores, ¨¦l se sent¨ªa en competencia. Creo que tal vez la competencia m¨¢s dura ni siquiera fue con Dos Passos o con Fitzgerald sino con Faulkner; ¨¦l siempre sinti¨® que Faulkner lo hab¨ªa superado y como Hemingway era un boxeador de la literatura y de la vida, la derrota es un tema esencial en su literatura. De alguna forma ¨¦l se sinti¨® derrotado por Faulkner y cre¨® todo ese universo de animadversiones, de respuestas r¨ªgidas y de relaciones rotas a lo largo de su vida.
P. ?Crees que la naturaleza del escritor conduce a veces a que esa inseguridad innata produzca en el autor un egocentrismo tal que se olvida de la realidad exterior? No hablo de tu caso sino como periodista, observador y escritor sobre personas que eres.
R. El escritor tiene que procurar no desvincularse nunca de las realidades en las que vive, las locales y las universales, lo que entra en contradicci¨®n con la misma forma en que realiza su trabajo, un trabajo solitario. Como escritor paso muchas horas del d¨ªa en silencio, trabajo en casa fundamentalmente, en la casa y en el barrio en el que nac¨ª, Mantilla, y estamos Luc¨ªa y yo solos. Entre las siete de la ma?ana en que me levanto y las seis de la tarde, cuando Luc¨ªa termina de trabajar, hablamos 40 palabras; algo en la hora del almuerzo y estoy todo el tiempo conmigo mismo, en soledad. En esa primera etapa en la que empiezas a ser escritor necesitas mucho del gremio, de la manada (en el caso de Hemingway es muy conocida), y nosotros los hicimos, mi generaci¨®n literaria creci¨® en manada, Senel Paz, Arturo Arango, Lichi Diego, un grupo de muy buenos poetas y muy poco conocidos que ten¨ªamos una relaci¨®n muy cercana, incluso nos consult¨¢bamos lo que escrib¨ªamos y lo que ¨ªbamos pensando.
A medida que ha ido pasando el tiempo nos hemos ido concentrando cada uno en su propio mundo, primero por cuestiones pr¨¢cticas pero despu¨¦s sobre todo por cuestiones de trabajo porque cada vez necesitamos m¨¢s de esa soledad para poder trabajar. Esa soledad trato de combatirla de muchas formas, una de ellas tiene que ver con el propio resultado del trabajo, siempre me siento inseguro de lo que he hecho, pienso que no he logrado expresar de la mejor manera lo que he pretendido decir en una novela o en un texto.
Creo que el gran desaf¨ªo de la literatura es poder expresar de la mejor y m¨¢s bella forma posible la necesidad espiritual, filos¨®fica, intelectual que cada uno tiene. Yo siempre tengo muchas dudas, tal vez una forma de combatir esa soledad es la relaci¨®n que tengo con un grupo de lectores que son mis c¨®mplices y complementos del propio trabajo literario. La primera, por supuesto, es mi mujer, a la vez mi cr¨ªtico m¨¢s despiadado; no tiene ning¨²n compromiso para no decirme lo que le parece un desastre o una mierda sobre aquello que escribo. Y tengo otro grupo de amigos mucho m¨¢s amplio a los que les voy dando versiones de mi trabajo.
Cuando empiezo a escribir una novela trato de dar la historia completa siempre que puedo. En estas ¨²ltimas novelas, con cuerpos narrativos independientes que despu¨¦s se unen en la estructura (por ejemplo, en En el hombre que amaba a los perros est¨¢ la l¨ªnea de Trotsky, la de Mercader y la del cubano Iv¨¢n C¨¢rdenas. En Herejes est¨¢ la de Rembrandt y El¨ªas Ambrosius, la de Kaminsky y la joven cubana), trato de escribir las historias completas y cada vez que termino una se la doy a leer a estos amigos. A partir de lo que ellos me dicen, trato de encontrar un equilibrio entre lo que he expresado y lo que ellos consideran que tiene alg¨²n problema.
Siempre que el lector huele que algo no funciona bien, como escritor tienes que reaccionar, no puedes obviarlo y decirlo de la manera que a ti te parece bien. Si un lector inteligente te dice que algo no funciona es una se?al, una luz roja que te tiene que decir: p¨¢rate aqu¨ª y m¨ªralo de nuevo. Yo siempre lo hago y as¨ª voy trabajando con versiones que se van perfeccionando hasta que llega un punto en que tengo la novela en un estado que llamo de versi¨®n semifinal, la que le presento a los editores.
Tengo la enorme suerte de haber trabajado casi 17 a?os con Tusquets Editores, una editorial en la que la cabeza de Beatriz de Moura y el oficio y el talento de todo un grupo de editores, entre ellos por supuesto Juan Cerezo, el jefe de edici¨®n, me han ayudado much¨ªsimo. Ellos hacen esa lectura semifinal de la novela que termina siempre en una fort¨ªsima discusi¨®n en una mesa de la editorial en Barcelona y ah¨ª llegamos a los acuerdos finales. Hay algo muy importante, Beatriz o Juan, o incluso Toni L¨®pez Lamadrid cuando le¨ªa las novelas, nunca me ped¨ªan cambios en funci¨®n de que la novela tuviera una carga pol¨ªtica o una proyecci¨®n economicista. Siempre fueron discusiones en torno al hecho literario. Se lo agradezco mucho a Tusquets.
Por ejemplo, en El hombre que amaba a los perros ten¨ªa un problema grave, sab¨ªa que la l¨ªnea de Trostky ten¨ªa un problema y no pod¨ªa descubrirlo, la novela lleg¨® a la versi¨®n semifinal con ese problema y era que yo hab¨ªa intentado narrar la vida de Trostky en primera persona para meterme dentro del personaje. En la discusi¨®n con Juan y Beatriz nos dimos cuenta de que lo que faltaba era mi capacidad para poder meterme dentro de un personaje como Trostky, un hombre con una vida, experiencias y or¨ªgenes incluso religiosos y ¨¦tnicos (era jud¨ªo aunque no practicara el juda¨ªsmo) que me hac¨ªa muy complicado poder entrar en su universo mental.
Les propuse escribirlo en tercera persona, ellos se me quedaron mirando, me dijeron que ¨¦sa era la soluci¨®n y lo reescrib¨ª de nuevo. Mis inseguridades y soledades han tenido el complemento de estos lectores y editores que me han ayudado much¨ªsimo a que mi literatura haya podido publicarse, con la calidad que tenga, alta, baja, pero siendo un hecho literario mucho m¨¢s completo y acabado.
P. Hay muchos personajes en tus novelas, entiendo perfectamente que te ensimismes, que te metas porque son historias que est¨¢n llenas de sugerencias que van a otras que t¨² mismo vas percibiendo, pero hay personas concretas, Hemingway, Trostky, Mercader, Jos¨¦ M? Heredia, Stalin¡ Son personas de carne y hueso. ?Te ha ayudado el periodismo a tener esa relaci¨®n con la realidad desde la ficci¨®n?
R. Soy un escritor-periodista, o un periodista-escritor, mi carrera ha sido paralela, en un momento trabaj¨¦ mucho m¨¢s el periodismo y en otro mucho m¨¢s la narrativa, pero cuando trabajaba en periodismo escrib¨ª mi primera novela y mi primer libro de cuentos, y en los a?os que he escrito la mayor¨ªa de mis novelas he seguido siendo periodista, practicando el oficio aunque ya no viva de ¨¦l. La creaci¨®n period¨ªstica ha sido una escuela.
En El viaje m¨¢s largo, que se acaba de publicar en Espa?a, hay una serie de reportajes en los que se construyen personajes, reales porque es periodismo, pero est¨¢n construidos de forma literaria. Creo que esa construcci¨®n de referentes de la realidad llevados al periodismo pero a trav¨¦s de la literatura me ayud¨® mucho a trabajar luego personajes hist¨®ricos en mis novelas.
El personaje hist¨®rico tiene sin embargo un problema muy grave y muy complicado para el escritor de ficciones y es que la vida no siempre es dram¨¢tica en el sentido literario. Jos¨¦ M? Heredia, por ejemplo, su vida fue tr¨¢gica pero si cuentas su vida de la forma en que ocurri¨® no funciona en la literatura de manera dram¨¢tica, tienes que intervenir y hacer las adecuaciones necesarias para que esa vida adquiera un car¨¢cter dram¨¢tico. Es lo que hago ahora en la literatura a pesar del desaf¨ªo que significa manejar una gran cantidad de informaci¨®n sobre un personaje y tratar de crear un retrato fiel y posible de ese personaje, hacerlo en t¨¦rminos dram¨¢ticos. Y eso fue un aprendizaje que creo que hice en mi etapa de periodista.
P. Ahora que nombras a Heredia, no s¨®lo esa novela sino todas las novelas te sirven para hablar muy en primera persona de tu propio pa¨ªs y sobre todo de La Habana; hay una frase que le dice Domingo Del Monte a Heredia que recoges: ¡°Se ve, Jos¨¦ Mar¨ªa, lo que es este pa¨ªs, esto es una feria, un circo, una mentira de pa¨ªs¡±; tambi¨¦n en Herejes est¨¢ la reflexi¨®n sobre lo que es La Habana, lo que la gente se encuentra en La Habana al llegar en un barco de lujo que nunca atraca de veras. La Habana tambi¨¦n es un personaje, y Cuba, es evidente en tus libros.
R. Soy un escritor con un fuerte sentido de pertenencia a una cultura, a un ambiente y a unas circunstancias, creo que toda mi literatura est¨¢ escrita en funci¨®n de hablar sobre lo que ha sido y lo que es Cuba, esto tambi¨¦n es parte del periodismo. Este libro de reportajes de los a?os 80 y en toda una serie de trabajos que se remiten al siglo XVIII y XIX son una especie de b¨²squeda de los or¨ªgenes de lo cubano, de encontrar las ra¨ªces de por qu¨¦ esa isla es como es, eso est¨¢ muy presente en mi literatura, incluso en mis libros de ensayo. Mi primer libro fue mi tesis de grado universitario y se refiere que al Inca Garcilaso de la Vega, el primer hombre que siente el conflicto de ser hispanoamericano, la b¨²squeda de los or¨ªgenes siempre ha estado en mi trabajo.
Ese sentido de pertenencia a Cuba, a La Habana, a un barrio de La Habana que se llama Mantilla es como una obsesi¨®n, es tal vez mi signo de identidad literario. He tratado de reflejar la vida de los cubanos, y sobre todo la vida de La Habana, la ciudad que mejor conozco, las otras ciudades no las he vivido, no las conozco y es muy dif¨ªcil hablar de ellas si no las conoces (me ha pasado ahora con la Amsterdam de Rembrandt, tuve que estudiarla much¨ªsimo para poder reflejarla). La Habana es una ciudad que me habla, que se comunica conmigo, en la que conozco c¨®mo reaccionan las personas, c¨®mo viven, cu¨¢les son sus aspiraciones y frustraciones, cu¨¢les son sus deseos.
F¨ªsicamente adem¨¢s tiene ese car¨¢cter de una ciudad que es fundamentalmente ecl¨¦ctica porque es una ciudad mestiza, y es mestiza porque toda la cultura cubana es el resultado de una serie de entrecruzamientos infinitos. Recuerda que cuando se habla de la ¨¦poca de la colonia y de los espa?oles que llegaban a Cuba, estamos hablando de que llegaban catalanes, canarios, vascos, castellanos y no es lo mismo; cuando llegaron los africanos llegaban yorubas, bant¨²es, congos que eran distintos; chinos, franceses, norteamericanos, alemanes y todo esto fue creando esa ciudad que tiene ese car¨¢cter tan ecl¨¦ctico y tan mestizo.
Personajes como Domingo Del Monte son claves en esa imagen de la formaci¨®n de qu¨¦ cosa es La Habana porque ¨¦l fue el ide¨®logo de un grupo econ¨®mico y social muy importante, los patricios cubanos, los barones del az¨²car de la primera mitad del siglo XX que fueron los que pr¨¢cticamente decidieron que Cuba no fuera independiente en el XXI. Mientras se estaban produciendo las independencias de Hispanoam¨¦rica, ciertos patricios estaban mirando hacia Hait¨ª y el miedo al negro impidi¨® que se produjera la independencia cubana.
Pero necesitaban construir un pa¨ªs y lo hicieron, como dice Del Monte, ¡°muchas veces sobre una mentira¡±. Hay un gran debate sobre si el poema ¨¦pico fundador de la literatura cubana es un texto literario real o una supercher¨ªa, Espejo de paciencia, un poema de principios del XVII. Todo parece indicar que lo escribi¨® el grupo de Del Monte a partir de unos fragmentos que encontraron, pero adem¨¢s, ese grupo que se reun¨ªa en la casa de Del Monte, uno de los palacios burgueses m¨¢s grandes de La Habana, desde la literatura tuvieron como proyecto crear la imagen del pa¨ªs. Pero la concentraron fundamentalmente en la imagen de La Habana.
Por tanto, La Habana tiene un origen muy literario, muy programado y creo que eso ocurri¨® muy pocas veces en la literatura universal.
P. Has dicho que la contemplaci¨®n de los personajes reales o ficticios que creas te ha ayudado a interpretar por qu¨¦ esa isla es como es. ?C¨®mo es?
R. Cuba es un pa¨ªs desproporcionado, ha tenido una proyecci¨®n universal mucho mayor que sus dimensiones geogr¨¢ficas, si te fijas, en el mapa de la historia universal deber¨ªamos ser como Rep¨²blica Dominicana, Salvador o como Honduras, un peque?o pa¨ªs del Caribe, sin embargo Cuba ha sido un pa¨ªs que desde el siglo XIX, cuando ya comienza a ser un pa¨ªs con caracter¨ªsticas independientes, empieza a tener una proyecci¨®n hacia fuera y una creaci¨®n interior muy importante.
Primero est¨¢ la parte econ¨®mica, en el XIX se convierte en un pa¨ªs riqu¨ªsimo, es la regi¨®n de Espa?a donde m¨¢s riqueza se crea, tanto que estos patricios pr¨¢cticamente compraban a los capitanes generales espa?oles que iban a Cuba. Es el momento tambi¨¦n en el que empieza a producirse una creaci¨®n literaria y cultural que desborda los m¨¢rgenes cubanos, Heredia es el primer caso pero en el siglo XIX entre los siete u ocho poetas m¨¢s importantes de la lengua hay tres cubanos, Heredia, Mart¨ªn y Juli¨¢n del Casal. En el XX Cuba da autores como Alejo Carpentier, Nicol¨¢s Guill¨¦n, Eliseo Diego, Guillermo Cabrera Infante de una gran proyecci¨®n. Da una Alicia Alonso que es una de las grandes bailarinas del siglo, da un campe¨®n mundial de ajedrez, Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca, y eso hace que se vea una isla desproporcionada.
Se produce una revoluci¨®n y Cuba se convierte en un referente para la izquierda universal, sobre todo para la Latinoamericana y ha estado en el centro de la atenci¨®n. Esto hace que el cubano tenga una relaci¨®n con la historia y con su proyecci¨®n mucho m¨¢s intensa que la de otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina de caracter¨ªsticas hist¨®ricas o condiciones geogr¨¢ficas m¨¢s o menos similares. El resultado ha sido que el cubano es un ser muy nacionalista, muy orgulloso de ese nacionalismo que practica, a veces en el mal y otras en el buen sentido.
Llegas a Miami y los cubanos que viven all¨ª te hablan de los americanos como ¡°esa gente¡±, es decir, ellos son los importantes y los otros son los otros, eso en un medio en el que son una minor¨ªa ¨ªnfima lo que te demuestra hasta qu¨¦ punto ese sentimiento de grandeza, de desproporci¨®n nos ha acompa?ado desde los or¨ªgenes hasta estos momentos.
P. ?C¨®mo se manifiesta hoy el car¨¢cter desproporcionado de Cuba?
R. Hoy es desproporcionada en el sentido de que todav¨ªa se le mira a nivel universal con una lupa muy especial, de la pol¨ªtica interna, por ejemplo, de Rep¨²blica Dominicana nadie sabe nada si t¨² preguntas en Espa?a; de Cuba todo el mundo te puede decir algo, creo que se sigue mirando con esa lupa. Tambi¨¦n ha tenido un reflejo en proyecciones concretas, en Am¨¦rica Latina, en pa¨ªses como M¨¦xico o Argentina con gran tradici¨®n literaria tienen un grupo de escritores instalados en la referencia universal europea o norteamericana; la otra es Cuba.
La m¨²sica cubana es otro elemento, ha sido uno de los elementos caracter¨ªsticos m¨¢s importantes de esa proyecci¨®n, recuerda que Cuba puso de moda el mambo, el cha-cha-cha o el son. En Espa?a durante 20 a?os uno de los reyes de la m¨²sica fue Antonio Mach¨ªn, uno de los referentes, una de las figuras centrales, y cantando m¨²sica cubana.
Hoy creo que se mira a Cuba con la perspectiva de qu¨¦ es lo que va a ocurrir en ese pa¨ªs, se le ha seguido muy de cerca durante muchos a?os y Cuba ha entrado en un periodo de transformaciones¡
P. ?Qu¨¦ va a ocurrir?
R. Es lo que no s¨¦, es muy dif¨ªcil hacer predicciones de futuro.
P. ?A ti qu¨¦ te gustar¨ªa?
R. Lo he dicho en alguna ocasi¨®n, me gustar¨ªa que se convirtiera en un pa¨ªs m¨¢s normal, en el que las personas trabajaran y tuvieran un resultado de su trabajo que les permitiera vivir dignamente. Eso significa que haya una sociedad que logre armonizar sus componentes que ahora est¨¢n alterados, hay un problema de base econ¨®mica que el gobierno ha reconocido que se necesita cambiar. Actualizar es la palabra que se utiliza en Cuba para que las relaciones sociales tambi¨¦n se normalicen.
Hubo un periodo de excesivo romanticismo pol¨ªtico y creo que se est¨¢ entrando en otro de un mayor pragmatismo econ¨®mico y tambi¨¦n pol¨ªtico. Ra¨²l Castro ha anunciado que termina su mandato en 2018 y ah¨ª se abre la gran interrogaci¨®n, c¨®mo continuar¨¢ siendo Cuba cuando ni Fidel ni Ra¨²l est¨¦n al frente del pa¨ªs. Hacer cualquier especulaci¨®n sobre lo que va a ocurrir es muy dif¨ªcil, tendremos que tener esta conversaci¨®n otra vez dentro de seis meses _como t¨² dec¨ªas_ porque va a ser necesario ver los cambios que se van a producir en los pr¨®ximos meses y en los pr¨®ximos dos o tres a?os para saber exactamente qu¨¦ camino va a coger Cuba.
P. Al principio de El viaje m¨¢s largo haces una reflexi¨®n sobre el periodismo en Cuba a partir de algo que dijo Paco Ignacio Taibo: ¡°Cuba es el pa¨ªs con mejores periodistas y con peor periodismo que alguien pueda imaginar¡±. Cuando el periodismo es malo es porque ocurre algo que lo interrumpe, ?qu¨¦ ha pasado?
R. Cuba es un pa¨ªs con el mismo modelo que todos los pa¨ªses socialistas, la prensa oficial responde al Estado, es una prensa que el Estado paga y sustenta y ha tenido un car¨¢cter fundamentalmente propagand¨ªstico, con una falta de calidad anal¨ªtica y period¨ªstica de este oficio tal que hasta el propio Ra¨²l Castro ha criticado a la prensa cubana y ha pedido que cambie y se ponga al ritmo de los tiempos.
Hubo un elemento que creo que cort¨® un posible desarrollo de la prensa cubana (los reportajes que se incluyen en El viaje m¨¢s largo son una muestra de un tipo de periodismo que se pudo hacer en Cuba en los a?os 80), la llegada del llamado periodo especial, la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Antes, la primera crisis que se vivi¨® fue la del papel, dejaron de salir libros, desaparecieron revistas, los peri¨®dicos redujeron sus p¨¢ginas y se convirti¨® en un periodismo de trinchera que fundamentalmente hacia una propaganda muy dirigida y espec¨ªfica de ese momento en el que no se sab¨ªa c¨®mo se iba a salir de ese hueco econ¨®mico y social. Creo que todav¨ªa no se ha recuperado.
En estos momentos hay una intenci¨®n y hay ejemplos de un nuevo tipo de periodismo dentro de la prensa oficial pero insuficiente y aunque muy buenos periodistas los espacios para que desarrollen plenamente su trabajo no se han abierto lo suficiente, creo que va detr¨¢s de los cambios que han ocurrido en Cuba en lugar de ir junto o delante de esos cambios.
P. Dices que aquella mediocridad oficializada hab¨ªa marginado a grandes figuras, nombras a Lezama Lima y Virgilio Pi?era pero tambi¨¦n est¨¢ Cabrera Infante y mucha m¨¢s gente. ?Qu¨¦ consecuencias ha tenido en la cultura cubana posterior esa marginaci¨®n oficial de la realidad cultural y literaria de la isla?
R. Se puede marcar 1971 como el principio de ese periodo aunque dos o tres a?os antes se ven¨ªa gestando lo que se ha llamado el quinquenio gris o el decenio negro de la cultura cubana, la ¨¦poca de la marginaci¨®n de un grupo de importantes figuras de la literatura, la pl¨¢stica, del cine o el teatro por razones religiosas, sexuales o de otro tipo porque eran inc¨®modos para los c¨®digos de aquel momento. Eso se sum¨® a la marginaci¨®n que ya exist¨ªa de los artistas que sal¨ªan a vivir fuera de Cuba, pr¨¢cticamente considerados cad¨¢veres literarios, de Cabrera Infante y de muchos otros que salieron no se volvi¨® a publicar nada en Cuba.
A finales de los 80 y principios de los 90 empez¨® la recuperaci¨®n de una parte de esa literatura y sobre todo la recuperaci¨®n de las grandes figuras de los a?os 70 que estuvieron marginados. Pintores como Fernando Cabrera o escritores como Lezama y Virgilio Pi?era. El rescate de estas figuras fue algo tan necesario que se convirti¨® en un culto, en las carteleras de teatro hab¨ªa tres obras de Virgilio Pi?era, se cre¨® un boom de ¨¦l, todo el mundo hablaba de Paradiso aunque no se lo leyera, salieron las cartas de Lezama con Rodr¨ªguez Feo, diarios y libros de Lezama y hubo una recuperaci¨®n de esa literatura.
Por otra parte los escritores iban teniendo acceso a esa literatura que no se publicaba en Cuba. Una de las educaciones est¨¦ticas fundamentales de toda mi generaci¨®n literaria estuvo en la lectura de Cabrera Infante, Tres tistes tigres y La Habana para un infante difunto, porque es imposible escribir en cubano a partir de Cabrera Infante sin haber le¨ªdo su obra, es el creador del idioma habanero literario y sin ese aprendizaje habr¨ªa sido imposible.
Despu¨¦s se produjo una recuperaci¨®n acelerada y a veces esas recuperaciones aceleradas crean falsas expectativas, falsas modas pero otras son un acto de justicia po¨¦tica.
P. Dices tambi¨¦n que gracias al periodismo Cuba fue mejor descrita, esa carencia de un periodismo bueno que citas, ?qu¨¦ consecuencias ha tenido en nuestra propia estima de lo que es Cuba fuera de Cuba?
R. Me cuesta trabajo contestarte porque no lo he visto desde fuera.
P. Para vosotros entonces.
R. Para los cubanos la falta de un periodismo con la profundidad y la responsabilidad que debi¨® haber tenido siempre ha perjudicado a la educaci¨®n en el debate, a la controversia y el ejercicio de la opini¨®n. Entre muchas opiniones pueden salir unas cuantas verdades y la falta de ese periodismo afect¨® la cultura del debate que hay en Cuba. Cuando se practica el debate hoy en d¨ªa, por lo general se hace desde el ataque no desde el di¨¢logo y es muy curioso c¨®mo personas que incluso tienen formas de pensar que pueden ser hasta coincidentes en muchos puntos, cuando sus opiniones no coinciden, empiezan por atacarse el uno al otro.
P. Como en Espa?a (risas).
R. Falt¨® la cultura del di¨¢logo y muchas veces es la prensa la que ayuda a que se comente, como un espacio desde el que las personas emitan juicios y puedan tener respuestas a esos juicios. En los ¨²ltimos a?os est¨¢ pasando algo que tambi¨¦n ocurre en Espa?a y es que ese di¨¢logo o controversia se est¨¢ produciendo en las redes sociales. En las redes se crea un cierto espacio de libertinaje m¨¢s que de libertad en el que muchas veces desde el anonimato o desde el espacio individual se puede atacar a una determinada persona no solamente en t¨¦rminos literarios o culturales sino incluso con ataques de car¨¢cter pol¨ªtico y ¨¦tico.
Es un mal bastante difundido que estamos viviendo en Cuba en estos momentos y es muy peligroso porque puede crear espacios de opini¨®n. El otro d¨ªa habl¨¢bamos de c¨®mo determinadas personas que tienen criterio sobre el fen¨®meno independentista en Catalunya son acusados de una cosa o de otra y son atacados por sus contrarios pol¨ªticos. En Cuba est¨¢ pasando un poco lo mismo de una forma que puede resultar bastante agresiva con respecto a las personas que no piensan igual que el otro.
Una sociedad que pretende ser mejor, cambiar, mejorar sus est¨¢ndares sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos tiene que partir de esa capacidad de di¨¢logo y de una capacidad de tolerancia.
P. ?Qu¨¦ reportaje de Cuba te gustar¨ªa hacer hoy?
R. En este tipo de reportaje ya me costar¨ªa mucho hacer esa mezcla de periodismo y literatura que hice hace algunos a?os porque fue un momento en el que supl¨ª la imposibilidad f¨ªsica de tiempo para poder escribir literatura haciendo periodismo. Ya no har¨ªa ese tipo de periodismo, me costar¨ªa mucho trabajo hacerlo. El periodismo que estoy haciendo actualmente y que es el que me gusta hacer tiene mucho m¨¢s que ver con la cr¨®nica, con el trabajo de observaci¨®n e interpretaci¨®n de una realidad, lo he venido haciendo en los ¨²ltimos 20 a?os, desde que empec¨¦ mi colaboraci¨®n con la agencia IPS, y es un periodismo que me satisface mucho m¨¢s porque m¨¢s que un car¨¢cter puramente de reflejo de la realidad tiene un car¨¢cter de an¨¢lisis de la realidad. Es lo que me gusta hacer y lo que hago ahora.
P. ?Qu¨¦ cr¨®nica te gustar¨ªa hacer?
R. Las que estoy haciendo, cr¨®nicas de la vida cotidiana cubana tratando de encontrar la explicaci¨®n de lo que piensan los cubanos, c¨®mo se sienten, cu¨¢les son sus expectativas, sus frustraciones, ilusiones, esperanzas y desesperanzas. Y c¨®mo se siente una persona que vive la Cuba contempor¨¢nea, yo mismo. Lo he estado haciendo todos estos a?os y ese es el tipo de periodismo que cada mes significa el reto de pararme en la esquina de mi casa a mirar el mundo cubano y decirme: qu¨¦ est¨¢ pasando con esta gente, qu¨¦ est¨¢n viviendo y cu¨¢les pueden ser las maneras de expresar lo que sienten.
Por ah¨ª est¨¢ el periodismo que quiero hacer.
P. A Hemingway le dijo un d¨ªa el redactor jefe que le mandara verbos. ?Cu¨¢les ser¨ªan los verbos cubanos de hoy y los que t¨² escuchas?
R. El verbo cubano m¨¢s practicado es resolver. Resolver en Cuba significa encontrar los medios legales, semilegales o ilegales de arreglar tu vida cotidiana, resolver lo abarca todo, no se puede entender la vida cubana sin entender lo que para los cubanos significa el verbo resolver.
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