Subrepticiamente
Es tal el secretismo de las negociaciones del TTIP que al intentar enterarnos de algo nos quedamos con un palmo de narices
Es tal el secretismo con que se est¨¢n llevando las negociaciones del TTIP que al intentar enterarnos de algo nos solemos quedar a diario con un palmo de narices. Nada se dice, pr¨¢cticamente nada sabemos, aunque ¨²ltimamente se est¨¦n produciendo muchos an¨¢lisis y, desde luego, protestas ante lo que se presiente como una amenaza. Este Tratado Trasatl¨¢ntico de Comercio e Inversiones que negocian Estados Unidos y la Comunidad Europea no augura nada bueno, especialmente por no justificarse el oscurantismo con que se viene desarrollando. ?Qu¨¦ hacen a escondidas?
Se ha filtrado, sin embargo, que la cultura audiovisual, el cine y la televisi¨®n en todas sus facetas, ha quedado al margen de este contubernio de libre comercio, al parecer. Nada es oficial pero as¨ª se comenta. Y ello se ha debido sobre todo a la firme posici¨®n francesa, que viene luchando desde hace tiempo por la excepci¨®n cultural y no piensa tirar la toalla. Por su parte, a las multinacionales estadounidenses este tema no parece inquietarles, les importa una higa. Su objetivo se centra en colocar otros productos en el mercado de 600 millones de consumidores que se establecer¨ªa tras la firma del tratado, y las pel¨ªculas y las series que ellos hacen ya est¨¢n sobradamente situadas desde hace tiempo por todos los rincones del mundo. En el excelente estudio de Thomas Guback sobre la industria audiovisual se afirma que aunque en ocasiones algunas pel¨ªculas estadounidenses no resulten grandes ¨¦xitos econ¨®micos en su distribuci¨®n mundial, a trav¨¦s de ellas se est¨¢n promocionando muchos otros art¨ªculos que compensan sobradamente la inversi¨®n. ¡°El cine nos abre puertas difundiendo mercader¨ªas y sobre todo nuestra filosof¨ªa de vida¡±, es decir, la justificaci¨®n de cuanto desde su pol¨ªtica se hace en el mundo: "Que los europeos sigan empe?ados en rodar sus propias pel¨ªculas es intrascendente, que se entretengan y hablen de sus cositas, pobretes, que nosotros nos encargamos de que vean las nuestras quieran o no. Con la industria audiovisual ingresamos anualmente 13.000 millones de d¨®lares. Llevamos mucho tiempo invertido en que as¨ª sea".
Y aunque lealmente reconozcamos que grandes joyas del cine y la televisi¨®n han surgido y a¨²n surgen de sus estudios, no hay que olvidar las peliculitas horrorosas que han hecho y a¨²n contin¨²an haciendo, que se imponen en el mercado gracias a su eficaz colonialismo. Que en el TTIP no sea un tema a discutir, al menos de momento, es para ellos peccata minuta. O eso parece.
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