El monz¨®n ha llegado al Retiro
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Ha llegado el monz¨®n. Las casetas permanecen cerradas. El suelo se ha convertido en barro. Me imagino a m¨ª misma subida a una barca -como una versi¨®n femenina del Maqroll de ?lvaro Mutis- saludando a todos los expositores de La Feria del Libro que se afanan por conservar sus libros intactos. Sin m¨¢cula. ?Salpica la literatura? S¨¦ que las heridas de algunos libros duelen pero no sangran y la vida s¨ª, la vida mancha. La lluvia es una imagen recurrente en la literatura en general y en la poes¨ªa en particular. Ha simbolizado desde buc¨®licas im¨¢genes de fertilidad hasta aciagos anuncios de muerte. ¡°Esta lluvia ha ca¨ªdo en el mejor momento. Deja el suelo y el ambiente limpio para afrontar este ¨²ltimo fin de semana¡±, me explica una de las personas que forman parte del equipo de seguridad del recinto.
Achicar agua es la actividad favorita de esta ma?ana de bosque lluvioso. Intento guarecerme en alguna caseta pero todas han cerrado sus persianas; deben estar dentro celebrando este h¨²medo par¨¦ntesis. Un caballero sigue sentado en un banco en mitad de la tormenta. Lee absorto. Me acerco delicadamente con cierto temor a resbalarme. La avenida se ha convertido en un recept¨¢culo inmenso de fango y yo no podr¨¦ seguir viviendo si no descubro qu¨¦ lectura le hace soslayar incluso esta climatolog¨ªa tan adversa. Giro delicadamente mi cuerpo y antes de perder el equilibrio, vislumbro: ¡°Sumisi¨®n¡± de Michel Houellebecq. Entiendo entonces el motivo de su evasi¨®n.
Me cuentan que hubo un tiempo en que para evitar estas tormentas se sugiri¨® cambiar la feria al mes de agosto. ¡°Una de dos: o morimos naufragados o morimos de calor¡±, escucho decir a una se?ora que ven¨ªa con ganas de comprar la ¨²ltima novela de Mar¨ªa Due?as.
La lluvia siempre me ha provocado desasosiego. Los truenos me asustan irremediablemente. Temo morir por el roce de un rayo descarriado. ¡°?Cubriendo La Feria del Libro de Madrid? ?Morir as¨ª? ?Con el pelo mojado?¡±, me voy preguntando mientras camino hasta el kiosco de Mar¨ªa. ¡°En estos a?os he visto de todo. Otras nubes han sido mucho peores. Una vez llovieron piedras¡±. Lo de leer ¨Csigo constatando estos d¨ªas- no es un asunto tan sencillo, m¨¢s bien se trata de un deporte de riesgo.
Creo que esta ma?ana de tormenta feroz s¨®lo deber¨ªan venderse esos libros viscosos que defin¨ªa el escritor Julio Ram¨®n Ribeyro: ¡°libros como pantanos en los cuales uno se hunde y clama en vano para que lo rescaten¡±. El monz¨®n ha llegado al Retiro, s¨ª. Es cierto que algunos libros se empaparon pero, afortunadamente, ma?ana saldr¨¢ el sol de nuevo, las casetas se volver¨¢n a llenar gente y nada de esto habr¨¢ quedado en papel mojado.
Mar¨ªa Jes¨²s Espinosa de los Monteros es Subdirectora de elextrarradio.com
Babelia
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