¡°A lo mejor el realismo es una forma de pesimismo¡±
El escritor mexicano Eduardo Rabasa hace una s¨¢tira del poder en 'La suma de los ceros'
La suma de los ceros es la primera obra de Eduardo Rabasa (M¨¦xico DF, 1978), editor del sello independiente Sexto Piso. La novela es una s¨¢tira del poder que pivota sobre la vida en un barrio llamado Villa Miserias: una abstracci¨®n literaria que se podr¨ªa relacionar con cualquier barrio deprimido de Latinoam¨¦rica, y en el que por lenguaje y referencias culturales resuena constantemente M¨¦xico ¨Caunque sin ser mencionado por su nombre en ning¨²n momento¨C. La novela, editada en su pa¨ªs por SUR+, acaba de ser publicada en Espa?a por Pepitas de Calabaza y presentada en la Feria del Libro de Madrid.
Pregunta. ?Un libro sobre el poder s¨®lo puede tener un desenlace pesimista?
Respuesta. En mi caso pensar¨ªa que es realismo, pero a lo mejor el realismo es una forma de pesimismo. Para m¨ª un problema es que cuando se habla de pol¨ªtica se habla de la gran pol¨ªtica desvinculada de la micropol¨ªtica, de lo cotidiano, que es donde est¨¢n los obst¨¢culos para que las cosas puedan llegar a ser diferentes. Todos decimos que los pol¨ªticos son unos bandidos, que no nos representan, y luego en lo cotidiano te encuentras con las estructuras mentales que permiten que la pol¨ªtica sea lo que es. Racismo, clasismo, el desprecio por las trabajadoras dom¨¦sticas, el desprecio por el ind¨ªgena, ¡°el pinche indio¡±, ¡°el pinche naco¡±¡ Hasta que no haya una transformaci¨®n de las conciencias no veo c¨®mo cambiar¨¢ la gran estructura.
P. En la novela no aparece la palabra M¨¦xico. ?Por qu¨¦?
Hasta que no haya una transformaci¨®n de las conciencias no veo c¨®mo cambiar¨¢ la gran estructura
R. Porque es M¨¦xico y no es M¨¦xico. Villa Miserias tiene muchos v¨ªnculos con la realidad mexicana, empezando por usos del lenguaje espec¨ªficamente mexicanos, pero m¨¢s que esos rasgos lo que me interesaba era construir un ambiente de ¨¦poca que no fuera aplicable s¨®lo a M¨¦xico, un ambiente presente incluso en sociedades desarrolladas que est¨¢n tendiendo a la latinoamericanizaci¨®n. En mi visita a Espa?a para presentar el libro me sorprendi¨® enterarme de que durante la crisis econ¨®mica se ha duplicado el n¨²mero de millonarios.
P. Es curioso que, as¨ª como en Argentina se habla de Villas Miseria y en Brasil de favelas, en M¨¦xico no hay una palabra definida para el barrio marginal de aluvi¨®n.
R. Pues s¨ª, debe de ser que utilizamos todos los adjetivos peyorativos en las personas, que ya se nos gastaron las palabras en denominar a la gente que vive all¨ª.
P. Dado que la pol¨ªtica a menudo alcanza extremos de absurdo irreales, ?la ficci¨®n es un arma especialmente consecuente para interpretar la pol¨ªtica?
R. La ficci¨®n, en clave de f¨¢bula, te da la capacidad de no tener que ce?irte a una realidad determinada. Al no constre?irte te da mayor poder. Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, por ejemplo, es una burla de la sociedad inglesa que probablemente no hubiera sido tan le¨ªda si hubiera sido un libro costumbrista. Swift extrapola rasgos que siguen funcionando casi tres siglos despu¨¦s.
P. ?C¨®mo definir¨ªa la realidad social mexicana?
R. Descarnada, muy descarnada. Asimilamos cosas horrorosas, vivimos con ellas sin tomar verdadera conciencia. Y no me refiero s¨®lo a los horrores m¨¢s evidentes como los decapitados o los miles de desaparecidos sino tambi¨¦n ha otro nivel de lo descarnado: el cotidiano, que es algo m¨¢s subterr¨¢neo. Una muestra es el servicio dom¨¦stico, una instituci¨®n neoesclavista en la que las mujeres trabajan jornadas de 14 horas diarias sin seguridad social ni pensi¨®n y a veces sin un aguinaldo siquiera, y que en el imaginario colectivo se representa de una manera brutal e inconsciente. Yo recuerdo que una vez, una amiga de la adolescencia, una chava muy guapa, fue a una fiesta de disfraces disfrazada de sirvienta. Le parec¨ªa ¡°divertido¡±.
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