El Museo Thyssen no devolver¨¢ el 'pissarro' expoliado por los nazis
Un tribunal desestima la demanda de una familia jud¨ªa que pretend¨ªa recuperar su cuadro
El Museo Thyssen-Bornemisza parece que ha ganado la batalla final. Tras diez a?os de litigio, un juez federal de Los ?ngeles ha desestimado una demanda que pretend¨ªa recuperar una pintura del maestro impresionista Camille Pissarro, Rue St. Honor¨¦, apr¨¦s-midi. Effet de pluie (Calle St. Honor¨¦ por la tarde. Efecto de lluvia), que desde finales de 1992 cuelga en las paredes de la instituci¨®n madrile?a.
La obra, fechada en 1897, perteneci¨® en su d¨ªa a Lilly Cassirer, una acaudalada mujer jud¨ªa que se vio obligada a desprenderse de la tela en 1939 por una cantidad ¨ªnfima (360 d¨®lares) para conseguir un visado que la sacara del pa¨ªs y huir de una muerte casi segura en alg¨²n campo de concentraci¨®n nazi.
El cuadro fue adquirido en 1976 por el Bar¨®n Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza y casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, en 2000, fue descubierto por casualidad en la primera planta del museo por Claude Cassirer, nieto de Lilly. Cinco a?os m¨¢s tarde, la familia demandaba en los tribunales californianos a Espa?a y al museo exigiendo su restituci¨®n. Entonces, contaron su historia.
Tras la guerra, as¨ª lo explic¨® la agencia EFE en su d¨ªa, Lilly Cassirer reclam¨® por v¨ªa judicial la obra de Pissarro y en 1958 el Gobierno federal alem¨¢n la reconoci¨® como su propietaria legal y le entreg¨® una compensaci¨®n de 120.000 marcos.
Hasta 2002, en California, siguiendo el relato que difundi¨® la agencia espa?ola, la ley establec¨ªa la prescripci¨®n de supuestos delitos relacionados con obras art¨ªsticas en tres a?os desde el hallazgo de la pieza y, a partir de ese a?o, se cambi¨® la norma para los supuestos que guardaban relaci¨®n con el Holocausto, de tal forma que se ampli¨® el plazo hasta el final de 2010. Ese a?o, la Corte Novena del Circuito Federal de Apelaciones en California consider¨® que dicho Estado se hab¨ªa extralimitado al legislar un asunto vinculado con las relaciones internacionales, algo que es competencia exclusiva de la autoridad federal. En 2011, los cargos contra Espa?a se desestimaron. Antes, en septiembre de 2010, hab¨ªa fallecido, a los 89 a?os, Claude Cassirer, quedando la reclamaci¨®n en manos de sus herederos. Sobre todo, David y Ava Cassirer. A lo que se sum¨® el apoyo econ¨®mico de la United Jewish Federation del condado de San Diego. No hay que olvidar que un litigio de estas caracter¨ªsticas puede superar en costes legales el mill¨®n de d¨®lares. Sin embargo, la disputa merece la pena en lo moral y en lo econ¨®mico. El pissarro est¨¢ asegurado en unos nueve millones de euros, pero dada la bonanza del mercado del arte es bastante f¨¢cil que en subasta duplique ese precio.
En 2013, en una sentencia inesperada, el caso se reabri¨® y volvi¨® a ponerse sobre la mesa. Ahora el juez estadounidense John F. Walter hace suyas casi todas las alegaciones que en su tiempo presentaron los representantes legales del Museo Thyssen-Bornemisza, que b¨¢sicamente se fundamentan en que Lilly ya fue compensada en su d¨ªa por el Estado alem¨¢n con 120.000 marcos y que este caso debe dirimirse bajo la legislaci¨®n y los tribunales espa?oles. Estados Unidos no puede ser un juez universal.
De todas formas, Evelio Acevedo, gerente de la Fundaci¨®n Colecci¨®n Thyssen-Bornemisza, ha contado en The New York Times que el museo est¨¢ estudiando alg¨²n tipo de ¡°reconocimiento moral¡± de las circunstancias en las que la obra fue expoliada (algo que nadie discute). La opci¨®n podr¨ªa ser una placa pr¨®xima al cuadro que explique el origen y la triste historia de la pieza.
Pese a que las posibilidades de recuperar el cuadro son casi nulas, la familia Cassirer ha comentado que recurrir¨¢ la sentencia. En declaraciones al rotativo estadounidense, Laura Brill, abogada de los demandantes, sostiene que ¡°los museos y los gobiernos de todo el mundo reconocen la necesidad de devolver el arte expoliado por los nazis a sus leg¨ªtimos due?os¡±. Y a?ade: ¡°Aqu¨ª nadie discute que el pissarro era propiedad de los Cassirer hasta que fue robado por los nazis en 1939¡±. Argumentos que no han servido para poner en duda que realmente la leg¨ªtima propiedad de la obra corresponde a la Fundaci¨®n Thyssen. El pissarro se queda en Espa?a.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.