Peridis dona sus dibujos a la Biblioteca Nacional
El arquitecto y caricaturista entregar¨¢ a la instituci¨®n 30.000 documentos
Felipe Gonz¨¢lez sentado sobre una columna junto a su vicepresidente, Alfonso Guerra, les dice al entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y al presidente fundador del PP, Manuel Fraga: "Se acab¨® el rodillo. De ahora en adelante, di¨¢logo, di¨¢logo y di¨¢logo". A lo que responde Fraga: "No te f¨ªes, Jos¨¦ Mari: que estos hablan entre ellos". Si hay alguien que ha contado en la prensa la pol¨ªtica espa?ola con mucho humor, desde hace 40 a?os, es el dibujante Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez, Peridis (Cabez¨®n de Li¨¦bana, Cantabria, 1941), colaborador de EL PA?S desde el primer d¨ªa de este diario, que ha donado a la Biblioteca Nacional todos estos dibujos, m¨¢s de 14.000 (de los que 1.946 son originales en papel cebolla realizados entre 1990 y 2010).
Junto a esto, lo que ¨¦l llama "hojas tontas, unos 10.000 bocetos que ha ido llenado uno y que sirvieron para crear a los personajes". El resto de su legado a la BNE son dibujos desde sus tiempos de estudiante de arquitectura, en 1963; cartas, especialmente postales de felicitaci¨®n navide?as; fotograf¨ªas y planos de arquitectura de edificios que ha rehabilitado este arquitecto, "como el teatro Cervantes de Alcal¨¢ de Henares o el teatro Principal de Burgos". En total, "unos 30.000 documentos" que el propio Peridis se ha encargado de ordenar.
De todo lo que ha dibujado en EL PA?S, Peridis insiste en que ha tenido "la suerte de ilustrar la Transici¨®n, y b¨¢sicamente toda la democracia espa?ola del siglo XX y XXI". "Soy de los ¨²ltimos dibujantes en papel, ahora est¨¢ todo digitalizado", ha contado hoy por tel¨¦fono. ?l sigue hoy bosquejando su tira primero en el papel, "con el temblor de la mano", luego la escanea para colorearla y la env¨ªa por correo electr¨®nico al peri¨®dico. Peridis cree que el mayor valor de su obra "es haber reflejado todos estos a?os a los personajes de la pol¨ªtica espa?ola, es el car¨¢cter p¨²blico de mi actividad como caricaturista". Por eso se siente "muy orgulloso" de que alguno de sus felipes o aznares, zapateros o marianos puedan estar en un rinc¨®n del edificio del madrile?o Paseo de Recoletos "escuchando el latido de un dibujo de Leonardo, en ning¨²n sitio van a estar mejor".
Para la gran casa del patrimonio bibliogr¨¢fico y documental que dirige Ana Santos, recibir el archivo personal de Peridis es "un gran complemento para la colecci¨®n del Departamento de Bellas Artes y Cartograf¨ªa y una gran contribuci¨®n al patrimonio gr¨¢fico espa?ol". Fue Peridis quien se dirigi¨® a esta instituci¨®n fundada por Felipe V en 1712 para decirles que hab¨ªa dejado en su testamento que les legaba estos dibujos porque "uno no puede llevarse nada" al otro mundo. Eso y el temor a que cuando ¨¦l no estuviera, se dispersara su colecci¨®n.?
"Es a lo que he dedicado mi vida. A esto y a defender el patrimonio, lo que es p¨²blico", dice tambi¨¦n a prop¨®sito de su labor como presidente de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa la Real, dedicada al estudio y restauraci¨®n de los edificios rom¨¢nicos de la Pen¨ªnsula, un trabajo prolongado en sus series de televisi¨®n Las claves del Rom¨¢nico y La luz y el misterio de las catedrales. A todo esto ha a?adido recientemente el oficio de novelista. Con Esperando al rey (Espasa), gan¨® el a?o pasado el Premio de Novela Hist¨®rica Alfonso X el Sabio.
Peridis dice que la BNE le ha tratado con tanto cari?o que le dan ganas "de decirles que me devuelvan lo que les he entregado", bromea. Sin embargo, la Biblioteca le ha hecho tambi¨¦n "un favor enorme" por una cuesti¨®n mucho m¨¢s pr¨¢ctica: casi no le quedaba espacio para almacenar tanto papel. "Y haberlo vendido, ?para qu¨¦?". Por eso, este hombre afable que siempre le ha dado a la pelea pol¨ªtica, por agria que sea, un toque de humor hace un llamamiento a otros dibujantes y escritores para que sigan sus pasos y pongan su obra en manos de la Biblioteca Nacional.
¡°?Va a Madrid?, ?Me entrega este dibujo?¡±
Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez, Peridis, ha faltado "en contadas ocasiones" a su cita con los lectores de EL PA?S desde el primer n¨²mero del diario, el 4 de mayo de 1976. Las dificultades para enviar su dibujo en tiempos menos tecnol¨®gicos que los de hoy le llevaron a tener que ingeni¨¢rselas. As¨ª, durante las dos semanas de unas vacaciones en la provincia de Lleida, "hace 30 a?os", se acercaba a una gasolinera, y al conductor que le inspiraba confianza le dec¨ªa: "Soy Peridis, el dibujante. ?Va usted a Madrid? Por favor, entregue este sobre a un taxista y que ¨¦l lo lleve a la redacci¨®n del peri¨®dico". Los improvisados mensajeros nunca le fallaron.
Babelia
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