Joan Mir¨® en el jard¨ªn
Una veintena de sus esculturas llegan al parterre que rodea el Rijksmuseum de ?msterdam
Los jardines que rodean el Rijksmuseum de ?msterdam amanecieron el viernes con una veintena de esculturas de Joan Mir¨® (1893-1983) plantadas entre sus cuidados ¨¢rboles y plantas. No solo es un homenaje a la cercan¨ªa del artista a la naturaleza, de la que extra¨ªa gran parte de su inspiraci¨®n. Es la primera exposici¨®n de sus figuras en Holanda, y tambi¨¦n el estreno mundial de P¨¢jaro Lunar, un bronce de cuatro metros de altura en manos de un coleccionista particular europeo. El hermoso parterre de la sala holandesa es de acceso gratuito, y las figuras de Mir¨®, bien en negro o en colores brillantes, componen un recorrido m¨¢gico de animales, estrellas, soles, aves y mujeres que permiten lo que los expertos llaman "diversas interpretaciones". Como la que hizo un fot¨®grafo en plena sesi¨®n de trabajo al contemplar Muchacha evadi¨¦ndose. Con sus piernas de maniqu¨ª de escaparate pintadas de rojo sujetas al fondo de un peque?o estanque, la pieza le pareci¨® una fuente de la que estaba a punto de brotar el agua.
"Bravo. Un aplauso a su imaginaci¨®n. Es lo maravilloso de la obra de Mir¨®. Las innumerables lecturas que propicia", le dijo encantado Alfred Pacquement, antiguo director del Centro Pompidou de Par¨ªs, y conservador de la exposici¨®n. Con un universo pict¨®rico abstracto pleno de alusiones figurativas a todo color, y ya en la cuarentena, Mir¨® se lanz¨® a la escultura para "superar el lienzo y acercarse a la gente". Era el a?o 1938 y ya hab¨ªa hecho suyos movimientos de vanguardia como el fauvismo y el cubismo. "Lo imaginario conviv¨ªa con un realismo minucioso dando paso a un mundo lleno de signos m¨¢gicos y animales, a los que a?ad¨ªa peque?os textos po¨¦ticos. Bailaores espa?oles, campesinos catalanes, paisajes y constelaciones llenaron su obra hasta el final. Pero tambi¨¦n fue un escultor sorprendente, con 400 obras catalogadas y producidas en diversos "golpes de inspiraci¨®n", explic¨® el conservador en la presentaci¨®n de la muestra.
Quer¨ªa "asesinar la pintura", una de las citas m¨¢s recordadas del artista, y recurri¨® a objetos cotidianos, desde jabones a cajas de sombreros. Y a la naturaleza misma, claro. Al mezclar las piezas y ensamblarlas obtuvo dos tipos de obra: las derivadas de la naturaleza, como piedras o ra¨ªces, y las salidas de aperos del campo, utensilios de la cocina y la vida cotidiana. El imponente bronce Personaje (1970), con testa de canto rodado y cuerpo de almendra, pertenece al primer grupo. La caricia de un p¨¢jaro (1967), al segundo. Su cabeza es un sombrero de paja como los usados por los campesinos para proteger del sol la cabeza de los burros. El cuerpo es una tabla de planchar donde hay un caparaz¨®n de tortuga. Pintado en rojo, verde, amarrillo y azul, contrasta con el fondo del Rijksmuseum, un edificio que combina los estilos g¨®tico y renacentista.
"La obra titulada Constelaci¨®n (1971) surge de una galleta mallorquina. Mujer, de una botella de perfume. Mujer-Monumento (1970), de una pastilla de jab¨®n gastada coronada por un huevo en equilibrio inestable. Es su relaci¨®n con la realidad, el Mediterr¨¢neo, la tierra y la imagen que surg¨ªa en su cabeza al juntarlo todo para su posterior ensamblaje", dice Pacquement. La sensualidad de las redondeces es patente en la estrella de la muestra, P¨¢jaro Lunar, que aparece tambi¨¦n dentro, en el atrio del museo. "Haber podido traer dos ejemplares es ¨²nico. Se trata de una forma curiosa que no parece encajar en una sala como esta. Sin embargo, llena el espacio".
Para Joan Punyet Mir¨®, nieto del pintor, la muestra "es un sue?o hecho realidad". ?l vio la mayor¨ªa de las obras durante su infancia en Mallorca, en el taller del abuelo, al que adoraba. "Poner el conjunto escult¨®rico en este lugar, uno de los museos se?eros del mundo, remodelado por los arquitectos espa?oles Ortiz y Cruz, es el mejor homenaje a uno de los creadores m¨¢s representativos del arte espa?ol y el surrealismo. Las esculturas est¨¢n al aire libre y en contacto directo con el p¨²blico. A mi abuelo le habr¨ªa encantado". Punyet Mir¨® protege y divulga el legado familiar del que subraya "los valores que tanto han costado conseguir, como la democracia, por la que pele¨® el abuelo".
La muestra estar¨¢ abierta en el Rijksmuseum hasta el 11 de octubre, y contribuir¨¢ a que 2015 sea el A?o Mir¨® en Holanda. El 9 de octubre, el Museo Cobra, de Amstelveen, tiene previsto inaugurar la primera gran cita con el pintor en los ¨²ltimos sesenta a?os. El grupo Cobra, formado en 1948 por artistas de Copenhague, Bruselas y ?msterdam, tiene a Mir¨® como uno de sus ¨ªdolos. El colorido, la experimentaci¨®n y la estrecha relaci¨®n entre materiales y contenido ser¨¢n explorados con ayuda del propio Punyet Mir¨®, y de las fundaciones Pilar y Joan Mir¨® (Mallorca) y la de Barcelona. Las tres han colaborado, junto con La Caixa, en el montaje escult¨®rico presentado en ?msterdam.
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