Cosa fina en La Latina

Atch¨²usss!!! es un espect¨¢culo espumoso y cosido a mano: no s¨¦ si Carles Alfaro tiene a Jos¨¦ Luis Alonso en su santoral, pero hay un estupendo aire de familia. Y es infrecuente, porque corre riesgos. Riesgos vencidos, lo digo de entrada: la noche del s¨¢bado, el madrile?o Teatro de La Latina estaba hasta los topes y, por lo que me cuentan, la funci¨®n est¨¢ siendo un exitazo. Riesgo uno: estrenar a final de temporada, cuando ya es tradici¨®n que la gente se desparrame por terrazas. Riesgo dos: ofrecer Ch¨¦jov en un teatro que suele presentar propuestas m¨¢s ligeras, con la risa como norte. En Atch¨²usss!!! hay mucha risa, maravillosamente construida, pero a priori el maestro no promete eso. Quiz¨¢s para salvar ese escollo han recurrido a un t¨ªtulo torp¨®n y enga?oso, que suena a vodevil barato. A cambio, un gancho verdadero: el espl¨¦ndido y atractivo reparto integrado por Malena y Ernesto Alterio, Adriana Ozores, Fernando Tejero y Enric Benavent, que comparte con Alfaro la adaptaci¨®n.

Son piezas, algunas muy populares, de la primera ¨¦poca de Ch¨¦jov, cuando todav¨ªa usaba el seud¨®nimo de Antosha Chejonte: retratos al minuto de gente humillada o sacudida por pasiones repentinas, observada con agudeza y ternura; peque?os cuadros, cercanos a nuestros sainetes y al ¡°teatro por horas¡±, que el buen doctor escrib¨ªa en prensa y se representaban en teatros de variedades, salas provinciales, casinos y cantinas.

Su influencia ha sido incalculable, desde (para citar dos ejemplos a vuelapluma) los Cuentos romanos de Moravia hasta las miniaturas televisivas de Jaime de Armi?¨¢n. Carles Alfaro firma tambi¨¦n el decorado y la iluminaci¨®n. Telones rojos, mobiliario de ¨¦poca. Espejos negros, de marco barroco, que dejan traslucir los camerinos de los actores. Mar¨ªa Araujo ha dise?ado un sugestivo vestuario, entre el clasicismo y las fantas¨ªas de Tim Burton. Dimitri (Enric Benavent), el viejo actor de El canto del cisne, despierta, cual es su costumbre, en un teatro vac¨ªo, entre brumas alcoh¨®licas, y se encuentra con Nikita (Ernesto Alterio), pianista, apuntador y hombre para todo: ambos ser¨¢n los maestros de ceremonias del espect¨¢culo, prologando y comentando los episodios.

Son piezas, algunas muy populares, de la primera ¨¦poca, cuando todav¨ªa usaba el seud¨®nimo Antosha Chejonte

Benavent es una suerte de clown melanc¨®lico, elegante, muy medido: me record¨® al a?orado Biel Moll. Hac¨ªa tiempo que no ve¨ªa a Alterio en escena y le he reencontrado como un augusto fenomenal, exuberante, casi expresionista, mefistof¨¦lico como el zorro de Pinocho: incluso pas¨¢ndose tiene gracia porque su energ¨ªa es imparable, y adem¨¢s canta e interpreta al piano con gran soltura las hermosas y juguetonas melod¨ªas de Mariano Mar¨ªn.

La velada arranca a fuego lento y en clave un tanto sombr¨ªa (riesgo tres) ante un p¨²blico que probablemente espera un vendaval de risas. Malena Alterio es Irina, una dama del perrito (sin perrito) en La seducida, casada con un marido p¨¢nfilo (Fernando Tejero) y cercada por un viejo donju¨¢n (Benavent). Admirablemente montada y servida, no deja de ser una previsible historia de cuernos, salvo por su ambiguo y sutil¨ªsimo final. Creo que le vendr¨ªa bien un recorte. Le sigue La institutriz, un cuento cruel, una ceremonia de sometimiento (con sorpresa final) que acaba helando las carcajadas iniciales: Adriana Ozores borda el rol de ama implacable, muy en la l¨ªnea de su ves¨¢nica composici¨®n en Gran Hotel, y Malena conmueve como pajarillo que se aboca a las fauces de la gata y remata el retrato cantando un r¨¦quiem ("Nac¨ª segunda, nac¨ª menor") con preciosa y estremecedora voz.

El espect¨¢culo cambia de tono en la tercera entrega, con ritmo creciente e irresistible. El oso y La petici¨®n de mano comparten el asunto de dos parejas imposibles condenadas a entenderse. En El oso, Ozores es la furibunda viuda Popova, Tejero encarna a Luka (criada en el original y aqu¨ª ancian¨ªsimo mayordomo) y Alterio (muy a lo Gassman, muy a lo Fern¨¢n G¨®mez: o sea, muy mattatore) es Smirnoff, teniente retirado y propietario rural, feroz pero de coraz¨®n apasionado y enamoradizo. Una preciosidad de pieza, sostenida de maravilla: cuando vayan a La Latina, miren un momento a su alrededor y ver¨¢n la felicidad brotada en los rostros del p¨²blico. Y ver¨¢n c¨®mo aumenta en La petici¨®n de mano, nuevo tour de force donde otro par de opuestos se ven atrapados en una discusi¨®n sainetesca que muta en tornado. Tejero es Lomov, el pretendiente nervioso e hipocondriaco. Cambio de tercio para Malena Alterio, que ahora encarna a Natalia, muchacha vivaz, expeditiva, de convicciones berroque?as. Me record¨® much¨ªsimo a Amparo Bar¨®. Y Tejero, a Manuel Alexandre. Han suprimido el personaje de Chuvukov, el padre: muy buena idea, porque la tensi¨®n queda concentrada en ellos dos. ?Qu¨¦ risa, qu¨¦ talentos! La funci¨®n acaba en punta con Una criatura indefensa, ya en clave de farsa enloquecida con aromas de teatro yidish.

Ernesto Alterio, viejo due?o de un banco (talmente el t¨ªo Gilito), recibe a una anciana sulf¨²rica (Ozores) y a su atontolinada pero no menos peligrosa sobrina (Malena), que arman tremendo bochinche ante la impotencia de un cuitado secretario (Tejero). Tras la tempestad, la calma. Dimitri/Benavent nos despide con las c¨¢lidas palabras del maestro: "Mi querido p¨²blico, por favor, dad recuerdos de mi parte al sol caliente y al mar en calma. Disfrutad. Sed felices. No pens¨¦is en enfermedades. Escribid a menudo a vuestros amigos. Cada hora es preciosa. Cuidaos y alegraos, y no padezc¨¢is de indigesti¨®n ni de mal humor".

Por cierto: se me escap¨® Los nadadores nocturnos, flamante premio Max, pero he corrido a ver Fortune Cookie, en el Valle-Incl¨¢n, porque lleva la firma del mismo equipo: Jos¨¦ Manuel Mora y Carlota Ferrer, un autor y una directora a seguir. Una funci¨®n brillante, con muchas ideas. Y ecos singulares, de Lepage a Mihura. Ya no est¨¢ en cartel (?solo 10 d¨ªas!), pero quiero escribir sobre ella. Y algo me dice que har¨¢ gira o va a volver, como vuelve Los nadadores nocturnos el pr¨®ximo septiembre, en Galileo.

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Atch¨²usss! Adaptaci¨®n de Enric Benavent y Carles Alfaro, sobre textos de Ant¨®n Ch¨¦jov. Direcci¨®n: Carles Alfaro. Reparto: Adriana Ozores, Ernesto Alterio, Malena Alterio, Fernando Tejero y Enric Benavent. Teatro de La Latina, Madrid. Hasta el 26 de julio.