La periodista que se lo prepara todo

Ana Mendoza tiene las gafas colgando del cuello, su bol¨ªgrafo la acompa?a como un amigo y lleva un cuaderno que parece tan prehist¨®rico como el periodismo. Cuando se trata de entrevistar a un escritor, ese cuaderno que maneja como si fuera la bit¨¢cora de un marinero antiguo est¨¢ lleno de notas de lectura, y el libro mismo sobre el que va a preguntar est¨¢ repleto de anotaciones que ella luego deletrea con la paciencia de una maestra de escuela. Es sonriente y respetuosa, no le da lecciones a quien entrevista y se siente, por sus ojos, que pregunta de veras, que no imposta su curiosidad ni nada: es, quiz¨¢, la periodista m¨¢s natural que pueda encontrarse cualquier entrevistado.

Con ese equipaje en las manos y en la mirada, esta periodista incansable, pues resulta imposible cansar a los que sienten pasi¨®n por este oficio, ha desarrollado a lo largo de d¨¦cadas una vocaci¨®n que la ha hecho invencible y respetada. Este premio Nacional de Periodismo Cultural que le concedieron ayer no es una flor en el ojal de su hoja de servicios: es una justicia que el jurado se hace a s¨ª mismo y es un subrayado noble a la historia del oficio, que tiene en Ana Mendoza a uno de sus representantes m¨¢s nobles y fieles a la ¨¦tica que lo ha de alimentar.

Quienes la hayan visto en el lado de los compa?eros saben que entre sus distinciones est¨¢ esa afabilidad que hace grata su presencia en un oficio donde no siempre se acepta al otro si compite con las mejores armas; y los que la hayan tenido enfrente, como entrevistadora, sobre todo, saben desde antiguo que no encontrar¨¢n ni en sus ojos ni en su bol¨ªgrafo un arma arrojadiza, ni a alguien que tiene la desfachatez de presumir de la ignorancia. Trabaja antes de hacer las entrevistas y luego las hace como si no hubiera trabajado: sencillamente, sin el vuelo con que otros har¨ªan lo posible por destacar por su vanagloria. No la han premiado por ser sencilla, claro, sino por ser excelente; pero un d¨ªa tambi¨¦n habr¨ªa que crear premios para los periodistas sencillos; ser¨ªa bueno para este oficio en el que cada vez se siente m¨¢s como extraordinario que un periodista sea pedante o suficiente.

Ana Mendoza es un premio para el periodismo; por eso el periodismo la premia.