El mundo sigue
Fernando Fern¨¢n G¨®mez contaba que en 1963, con motivo de sus bodas de plata con la profesi¨®n de actor, se propuso aceptar todas las ofertas de trabajo que le surgieran tanto en cine como en teatro y costear con ello la producci¨®n de la pel¨ªcula que quer¨ªa dirigir, El mundo sigue, seg¨²n la novela de su admirado Juan Antonio de Zunzunegui. No tuvo suerte. La censura prohibi¨® el guion aunque en aquel momento hubiese una cierta apertura respecto al cine para festivales internacionales ¡ªel llamado ¡°nuevo cine espa?ol¡±¡ª, y hubo luego que hacerle adaptaciones.
Una vez rodada la pel¨ªcula aquella m¨ªnima apertura se hab¨ªa quedado en agua de borrajas y fue calificada con la categor¨ªa m¨ªnima, lo que dificultaba su exhibici¨®n en salas; de hecho, se estren¨® dos a?os despu¨¦s de filmarse, de forma casi clandestina, en un modesto cine de Bilbao y en programa doble. El mundo sigue qued¨® como ¡°pel¨ªcula maldita¡±, olvidada, salvo en circuitos de filmotecas y cine-clubes donde viene siendo considerada obra maestra; al decir de muchos, de las m¨¢s importantes de Fern¨¢n G¨®mez como director, si no la mejor, entre otras razones por su car¨¢cter ins¨®lito. Es un drama recio y duro con ausencia total de humor, en el que se cuenta c¨®mo en esta sociedad ¡°s¨®lo se puede medrar a trav¨¦s de la bajeza; quien se comporta bien tiene prevista su compensaci¨®n en el m¨¢s all¨¢¡±, en palabras del autor.
Reestreno
Ahora, cincuenta a?os despu¨¦s, sale de nuevo a la luz El mundo sigue, estren¨¢ndose en salas con el respeto que entonces no tuvo. Cobrar¨¢n de nuevo vida esa cr¨®nica desgarrada de un Madrid infeliz ¡ªla pel¨ªcula tiene en ocasiones aspecto de documental¡ª y unas gentes sobrecogidas por la miseria, no s¨®lo econ¨®mica: el hambre, la violencia de g¨¦nero, la envidia, la ambici¨®n¡
Sus int¨¦rpretes forman un magn¨ªfico elenco en el que destaca el mism¨ªsimo Fern¨¢n G¨®mez con uno de los personajes m¨¢s aviesos de su carrera. Junto a ¨¦l, Lina Canalejas, Gemma Cuervo, Milagros Leal, Francisco Pierr¨¢¡ grandes del cine espa?ol, la mayor¨ªa ya fallecidos, que soportaron en su momento el desprecio que frente a El mundo sigue manifestaron censores y autoridades. Aunque dec¨ªa Bardem que la censura a una obra queda para siempre, hay ocasiones, como ¨¦sta, en la que se pueden corregir sus designios¡ aunque ya sea tarde para sus autores.
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