Avi?¨®n, gran teatro del mundo
Amor y muerte, tragedia y comedia, diversi¨®n y reivindicaci¨®n. Todo cabe en el escenario m¨¢s gigantesco del mundo: el Festival de Avi?¨®n
Para entender en qu¨¦ consiste Avi?¨®n, basta con presenciar dos escenas distintas. Una es diurna y la otra, nocturna. La primera exige instalarse en un punto estrat¨¦gico de la Rue de la R¨¦publique, que une la muralla de la ciudad con el Palacio Papal, para ver pasar a las decenas de compa?¨ªas que aspiran a seducir al transe¨²nte, espectador potencial de las cerca de 1.500 obras que Avi?¨®n propone hasta el 25 de julio. Se enfrentan as¨ª a un rito inici¨¢tico para todo actor franc¨¦s: quemarse bajo el sol ¡ªla ciudad presume de tener m¨¢s de 300 d¨ªas soleados al a?o¡ª repartiendo octavillas y enunciando sus esl¨®ganes a grito pelado por calles, plazas, restaurantes, claustros y capillas, esperando ser descubiertos por alguno de los programadores que barren la ciudad en busca de un diamante en bruto al que poder pulir. El programa es de calidad variable ¡ªseamos educados¡ª y cubre un ampl¨ªsimo espectro, de una versi¨®n de Las preciosas rid¨ªculas en el Par¨ªs actual hasta una adaptaci¨®n de Los Miserables con marionetas. ¡°?Una comedia musical para un solo int¨¦rprete!¡±, vociferan unos. ¡°?Una adaptaci¨®n de Sartre en el espacio exterior!¡±, responden los dem¨¢s.
La segunda escena acontece algunas horas m¨¢s tarde, pasada la medianoche, en el llamado bar del in. All¨ª, las compa?¨ªas que conforman la programaci¨®n oficial ¡ªresponsables de las 39 obras que pretenden condensar lo mejor del teatro y la danza de nuestros d¨ªas¡ª se dan cita al terminar sus respectivos espect¨¢culos. La entrada a este patio arbolado es con invitaci¨®n. Suele reunir a algunas de las compa?¨ªas m¨¢s reputadas de toda Europa, compartiendo botellas de vino y pintas de cerveza en escasos metros cuadrados, satisfechos por el aplauso recibido o digiriendo todav¨ªa el abucheo escuchado, pero siempre conscientes de haber alcanzado una cima en su carrera: presentar una obra en el mayor festival teatral del mundo, con el permiso de su archienemiga Edimburgo. All¨ª se encuentran, por ejemplo, los actores del genio polaco Krystian Lupa, que triunfa estos d¨ªas con su en¨¦sima adaptaci¨®n de su admirado Thomas Bernhard, Wycinka H?lzfallen, ¨¢cido retrato de los c¨ªrculos intelectuales vieneses que el director ha convertido en un feroz alegato de cuatro horas y media en favor del poder insobornable del arte. Algo m¨¢s all¨¢, se vislumbra al joven director franconoruego Jonathan Ch?tel, que adapta a August Strindberg en Andreas, atravesada por la crisis de fe del dramaturgo sueco y convertida ya en otra de las revelaciones de un festival que, en el pasado, ha encumbrado a nombres como Jeanne Moureau, Mar¨ªa Casares, Philippe Noiret, Robert Wilson, Peter Brook, Merce Cunningham o Pina Bausch.
¡°Avi?¨®n no es la Europa de los bancos¡±
Desde que Olivier Py tom¨® el control de este certamen dej¨® clara su voluntad de explorar el teatro de la cuenca mediterr¨¢nea y los pa¨ªses ¨¢rabes. "El a?o pasado invitamos a Grecia y este a?o nos hemos centrado en Portugal. Tenemos que abrirnos a esos pa¨ªses, aunque sea m¨¢s f¨¢cil seguir programando solo a compa?¨ªas de Berl¨ªn y ?msterdam", ironiza el director del festival, en referencia a la habitual preferencia de los cert¨¢menes por esas ciudades. "Avi?¨®n debe tomar conciencia de la Europa del sur, que es la Europa de la cultura, y no solo centrarse en la del Norte, que es la de los bancos. Una Europa sin Grecia no es Europa", sentencia Py.
Sin embargo, el programa tambi¨¦n abarca otras esferas. Hasta tres espect¨¢culos -el Rey Lear del mismo Py, pero tambi¨¦n el Ricardo III de Thomas Ostermeier, estrenado anoche en la ?pera de Avi?¨®n, y una adaptaci¨®n minimalista de Antonio y Cleopatra por Tiago Rodrigues, nuevo director del Teatro Nacional de Lisboa- reexaminar¨¢n hasta finales de julio la herencia del bardo ingl¨¦s. Por otra parte, Isabelle Huppert recitar¨¢ el jueves distintos textos del Marqu¨¦s de Sade en el patio de honor del Palacio Papal, mientras que Fanny Ardant har¨¢ lo propio con un escrito de Christa Wolf. El core¨®grafo Angelin Prejolcaj regresa a Avi?¨®n con Retour ¨¤ Barratham, y el director Kirill Serebrennikov ha despertado expectaci¨®n con una adaptaci¨®n de Los idiotas, de Lars von Trier, en la Rusia de hoy.
Pedro Casablanc ser¨¢ el ¨²nico representante del teatro espa?ol con el mon¨®logo Hacia la alegr¨ªa, primera coproducci¨®n entre Avi?¨®n y el Teatro de la Abad¨ªa, que ya pudo verse en Madrid a finales de 2014. Tres directores argentinos completan el programa: Sergio Boris (El s¨ªndrome, a partir del 8 de julio), Claudio Tolcachir (Dinamo, a partir del 16 de julio) y Mariano Pensotti (Cuando vuelva a casa voy a ser otro, a partir del 18 de julio).
Estos dos colectivos representan a las dos esferas que contiene Avi?¨®n, donde el teatro popular convive con el culto, pero no frecuenta los mismos lugares. Aqu¨ª, el teatro es un gesto po¨¦tico ¡ªy, a menudo, tambi¨¦n pol¨ªtico, vista la historia del certamen¡ª, pero tambi¨¦n alimento para la industria del espect¨¢culo, que ve en Avi?¨®n un fructuoso mercado anual. ¡°Avi?¨®n es la fiesta de la inteligencia y de la conciencia¡±, resume su director, el poeta y dramaturgo Olivier Py, personaje fundamental del teatro franc¨¦s de las ¨²ltimas d¨¦cadas, que se enfrenta a su segunda edici¨®n al frente del certamen. Sobre el papel, tendr¨ªa que ser m¨¢s tranquila que la primera, cuando la aguerrida huelga de los trabajadores eventuales logr¨® suspender la inauguraci¨®n. ¡°?Tranquila? Avi?¨®n nunca es un lugar tranquilo. Las obras se encargar¨¢n de crear alboroto¡±, desmiente el director.
Su pron¨®stico qued¨® validado desde el d¨ªa de la apertura, a cargo del mismo Py, que resucit¨® a El rey Lear con divisi¨®n de opiniones en el patio de honor de la antigua residencia papal, grandilocuente recordatorio de los tiempos en que Avi?¨®n fue capital del mundo cristiano y centro neur¨¢lgico del certamen desde su creaci¨®n en 1947. Sesenta y nueve ediciones atr¨¢s, su impulsor fue un joven actor y director teatral llamado Jean Vilar, decidido a despertar la vida cultural en la ciudad y a recomponer as¨ª la cohesi¨®n social que la guerra hab¨ªa hecho a?icos. Vilar fue un gran renovador de la anquilosada escena francesa, partidario de un teatro intelectualmente elevado pero apto para el gran p¨²blico, que decidi¨® desempolvar los textos cl¨¢sicos favoreciendo lecturas compatibles con las preocupaciones de su tiempo. Py, a quien le gusta presentarse como hijo espiritual de Vilar, apuesta por esa misma aproximaci¨®n al ejercicio teatral. ¡°Un festival no es solo una lista de espect¨¢culos, sino un acontecimiento pol¨ªtico. Es el lugar donde la cultura toma la palabra y dice lo que piensa sobre el estado del mundo¡±, reza el director.
Por la ciudad provenzal tendr¨ªan que pasar este mes hasta un mill¨®n de espectadores, lo que convierte esta cita en principal motor de la econom¨ªa local. ¡°La cultura ha sido el petr¨®leo de esta regi¨®n¡±, afirm¨® en su d¨ªa Alain Crombecque, que comand¨® Avi?¨®n durante los ochenta. En la edici¨®n de 2014, hubo 108.000 en el in y unos 750.000 en el off, por un total de 1,3 millones de entradas en tres semanas, que generaron beneficios de 22,9 millones de euros en la ciudad, y entre 40 y 45 millones en todo el departamento, seg¨²n datos de la C¨¢mara de Comercio. En 2015, el presupuesto del certamen es de 13,3 millones de euros (a t¨ªtulo comparativo, el Festival de M¨¦rida cuenta con 3,5 millones de presupuesto). La dotaci¨®n, financiada al 52% por el Estado y las instituciones locales ¡ªel resto procede de los recursos propios del certamen¡ª, se encuentra este a?o a la baja, lo que ha obligado a reducir la duraci¨®n en dos d¨ªas menos. ¡°Un error estrat¨¦gico, pol¨ªtico y econ¨®mico¡±, seg¨²n Py.
Pero la importancia de la cita en el paisaje cultural franc¨¦s sigue dando fe de la importancia que los aut¨®ctonos otorgan a la creaci¨®n art¨ªstica. El presidente Fran?ois Hollande acudir¨¢ el viernes a Avi?¨®n para inaugurar una exposici¨®n dedicada a otro de los hijos pr¨®digos del certamen, el desaparecido Patrice Ch¨¦reau.
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