Esos pa¨ªses raros
Sugerir pel¨ªculas interesantes a los oyentes de un programa de radio de ¨¢mbito nacional puede ser un empe?o improductivo. Si proponemos pel¨ªculas que est¨¢n pasando inadvertidas en la cartelera, porque no han llegado apoyadas por grandes campa?as publicitarias, puede que cunda el desconcierto o hasta la desconfianza incluso entre los propios compa?eros de emisora. Ahora, por ejemplo, habr¨ªa que recomendar la brasile?a Una segunda madre, la h¨²ngara White God, la turco-alemana El padre, la marroqu¨ª Los caballos de Dios, la b¨²lgara La lecci¨®n, la estonia Mandarinas, la israelita La profesora de parvulario o las espa?olas Hablar y El mundo sigue¡ Pero con solo enunciar los pa¨ªses de procedencia o los t¨ªtulos surge el cachondeo, aun cuando muchas de estas pel¨ªculas llegan avaladas por premios, incluso por candidaturas a los Oscar. ¡°Seguro que a ti no te gusta Bruce Lee¡±, ironizaba con buen humor uno de esos amigos radiof¨®nicos.
Pero la cuesti¨®n importante no es que estos colegas se pierdan por inercia tales joyas cinematogr¨¢ficas, o en su caso joyitas, sino que la mayor¨ªa de los oyentes no tengan oportunidad de verlas en sus ciudades. Ya hemos comentado anteriormente el dilema de que no est¨¦n disponibles ¨Cni pagando¨C las pel¨ªculas del momento. De un lado debido a los plazos legales para los distintos sistemas de distribuci¨®n, y de otro por esa contumaz tradici¨®n por parte de los explotadores de pel¨ªculas de mantener las cosas como est¨¢n. De modo que entre todos dan al traste con la curiosidad de los espectadores despertada por las informaciones que se transmiten por la radio, la tele y otros medios. Los que vivimos en ciudades grandes y agradecemos poder disfrutar de esas pel¨ªculas no entendemos que permanezcan vetadas a la mayor parte del pa¨ªs. La educaci¨®n cinematogr¨¢fica que aqu¨ª reclam¨¢bamos para escuelas e institutos deber¨ªa comenzar por el simple hecho de que los ciudadanos tengan acceso a ellas, aunque no sea en salas de cine, que ser¨ªa lo suyo.
Las pel¨ªculas merecen mayor difusi¨®n y los ciudadanos tambi¨¦n merecen mejores oportunidades. No es esto algo que ocurra solamente en Espa?a, pero aqu¨ª es donde estamos.
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