De vendedor de embutidos a ¡®trending topic¡¯
Su madre le empuj¨® a apuntarse a ¡®MasterChef¡¯. Y en la final, hasta Ferran Adri¨¤ se rindi¨® ante Carlos Maldonado, el chaval de Talavera. Ha nacido una estrella
¡°Yo he sido muy cataguisaos¡¡±. Carlos Maldonado, 25 a?os, no s¨®lo ha entrado al triunfar como un vendaval en MasterChef por derecho propio, inventiva y voluntad de correcaminos dentro del Olimpo de masas gastron¨®mico. Tambi¨¦n parece querer meter palabros en el diccionario, cosa que le vendr¨¢ de un padre vendedor ambulante pero que se confiesa tambi¨¦n, aunque t¨ªmidamente, poeta.
¡°Me hab¨ªa metido en muchas cosas y no acababa nada. Empec¨¦ mec¨¢nica, pr¨¢cticas con caballos, intent¨¦ sacarme un curso de actividades f¨ªsicas y deportivas. Pero me cans¨¦, no me llenaba. Fui socorrista en Montesclaros, vigilante de seguridad de noche y, aunque me trataban bien, se me hac¨ªa muy pesao. Ayudaba a mi padre en la venta, coloc¨¢bamos de todo: queso, jam¨®n, dulces, hasta un frigor¨ªfico o un televisor, si me lo pides. Me met¨ª, aqu¨ª en Talavera, a un curso de cocina y un d¨ªa mi madre me dijo: 'Ap¨²ntate a M¨¢sterChef¡'. Lo hice, gan¨¦ y, ya ves, aqu¨ª estoy, hablando contigo, tronco¡±.
As¨ª se hace Maldonado su traje a modo de resumen vital. Directo, indisimuladamente decidido, simp¨¢tico, con mirada de estrella de cine sin ser a¨²n muy consciente de ello, pelo en punta ahora sin mechones de mohicano, como en la foto de uno de sus finales de curso que presiden el sal¨®n de su casa y agujeros en las orejas con di¨¢metro ancho para que le quepa un cuerno de pendiente.
Reci¨¦n devuelto a su eje vital, Talavera de la Reina y alrededores, donde lleva meti¨¦ndose en el bolsillo a toda la pe?a y se ha convertido en un h¨¦roe cercano, Carlos hace balance del giro que acaba de dar su vida, pleno de una arrebatadora confianza en s¨ª mismo, que equilibra con humor quit¨¢ndose algo de importancia. Aunque desde el principio del concurso, muy pocos, salvo los suyos, se fiaban de ¨¦l: ¡°Lo comprendo. Ves a algunos, con estas pintillas y este desparpajo de la madre que me pari¨® y dices: ¡®Ad¨®nde va¡¯. Pero el h¨¢bito no hace al monje. A m¨ª todav¨ªa me asombran los mensajes de apoyo que me llegaban: ¡®Eres mi ejemplo¡¯. ?Yo? ?Ejemplo? Qui¨¦rete un poco, ?no?¡±.
¡®Risotto¡¯ manchego
Una petici¨®n que no pudo rechazar. Se la formul¨® su novia, Ruth, en una carta que le envi¨® durante el programa para afianzar ese rasgo de la cocina de su tierra con mezcla de ingredientes como el queso manchego.
La madre que lo pari¨®, Jenny Pinel, fue precisamente quien lo empuj¨® hasta el fondo: ¡°Yo sab¨ªa que se le daba bien la cocina, con esa forma de cortar la cebolla y los ajos que tiene. Luego deja todo lleno de cacharros por ah¨ª tiraos, pero esa es otra historia¡±. Como la de los nervios que ha pasado al ver cada programa en casa, con su marido y Paloma, su otra hija, la hermana mayor de Carlos, profesora de guarder¨ªa de ma?ana y monitora de zumba por la tarde. ¡°Yo esto lo he aguantado a base de lexatines¡ Como el d¨ªa del risotto, no lo soport¨¦ y me fui. Si en casa lo hace perfecto, ?c¨®mo era posible que tuviera ah¨ª la cacerola llena de agua y no la moviera, por Dios?¡±, comenta Jenny.
Maldonado ha encontrado su casa en Talavera tal como la dej¨®: llena de gente y con los perros ya tranquilos al comprobar su regreso y tir¨¢ndosele encima. Los retratos de su infancia, las figuritas del colegio, los cuadros abstractos pintados por ¨¦l en la pared y las fotos de los abuelos en su sitio, tambi¨¦n, para recordarle c¨®mo los olores de los potes que hac¨ªa su abuela con las liebres que le tra¨ªa su marido, guardia forestal en Puebla de Montalb¨¢n, le fueron contagiando el gusto por los fogones: ¡°Met¨ªa ah¨ª la caza en una caldereta, una parisien, as¨ª, todo guapa, un d¨ªa el arroz con conejo, otro d¨ªa el pisto, con patatas¡¡±.
La ma?a se le ha pegado a su madre. ¡°Te hace cualquier cosa, sobre todo con las legumbres como marca de la casa¡±. ?Y tu padre? ¡°Buah, un d¨ªa nos quedamos solos, quiso hacer una tortilla y acabamos en el McDonald¡¯s¡±.
El bocata de calamares con pan de tinta
Un cl¨¢sico ejemplo de lo que el nuevo cocinero puede ofrecer en la gastronom¨ªa. Algo tan cl¨¢sico y sencillo como un bocata de calamares reconvertido en un plato de alta cocina, con una presentaci¨®n sorprendente.
Lo de Juan senior es la camioneta repleta de embutido, queso, legumbres o lo que haga falta, con parada en cada mercado 70 kil¨®metros a la redonda. Y cuando le amenaza una sombra, como las que le vinieron aquella vez que su hijo tuvo un accidente de moto y acab¨® con la pierna echa un ovillo, se marca alg¨²n escrito forjado con restos de los a?os que estudi¨® Filolog¨ªa hisp¨¢nica. Es algo en lo que perseverar¨¢ ahora que va dejando la venta ambulante: ¡°Siempre est¨¢ ah¨ª esa afici¨®n, aunque escribo para m¨ª, me ayuda, rompo mucho tambi¨¦n¡±.
Sus poetas de referencia: Blas de Otero, Le¨®n Felipe, Aleixandre, Lorca¡ Y alg¨²n premio ganado en su pueblo que le ayud¨® a ¨¦l y a su esposa cuando eran j¨®venes. ¡°Aquellas 15.000 pesetas que nos vinieron de perlas, ?verdad Jenny?¡±.
Pero se impuso la venta, cosa que no estaba mal, sobre todo en los a?os noventa, cuando colocaba de tal manera el producto que a media ma?ana, a lo mejor, se impon¨ªa volver al almac¨¦n. Es todo un relaciones p¨²blicas. Le gustaba el contacto directo con la clientela. Lo mismo que al ni?o. Se dio cuenta que ca¨ªa bien cuando algunos, de chiquitillo, a lo mejor le dejaban caer 20 duros, as¨ª, por la cara. Ahora tendr¨¢ que marcarse ¨¦l un buen regalo. ¡°Ha vuelto con la libreta en condiciones¡±.
No parece que a Carlos y a Jenny les preocupara mucho el futuro del chaval. Sab¨ªan que saldr¨ªa adelante, pese a que en el colegio no fuera tan aplicado como su hermana. ¡°Aprobaba gimnasia, pero los profesores me quer¨ªan. Saqu¨¦ la ESO con mucho esfuerzo, mitad m¨¦rito m¨ªo, mitad de mi familia, que me ayudaba con los estudios. En casa me ca¨ªan broncas, pero eran constructivas, ya sabes, chantaje emocional¡ Prefiero que me den dos hostias a que me hagan chantaje emocional. El dolor pasa r¨¢pido, pero con lo otro el remordimiento te dura mes y medio¡±.
Merluza a baja temperatura con ajo y huevas
Esta creaci¨®n fue la gran estrella de la final de 'MasterChef 3'. Una demostraci¨®n de t¨¦cnica perfecta, combinada con una mezcla sugerente de sabores, como la salsa de ajo negro, fiel a la esencia manchega.
Tuvo su ¨¦poca bailarina. ¡°Rap, break dance... ?bamos por ah¨ª todo pintones, con los pantalones cagaos y nuestras cadenas¡±. Y su novia de siempre, Ruth Jim¨¦nez, ahora enfermera.
Cuando ha conocido la ¡ªa menudo¡ª fugaz gloria cat¨®dica, est¨¢ dispuesto a digerirla con seso. ¡°Mi sue?o inmediato es formarme¡±. Quiere centrarse en la cocina un tanto impactado por toda la experiencia y esa guinda de Joan Roca, Andoni Aduriz y Ferran Adri¨¤, con cara de asombro, probando su bocadillo de calamares y su merluza a baja temperatura. Los tres maestros lo hubieran sacado a la mesa en sus propios restaurantes aquella misma noche.
Por ahora, Carlos Maldonado aprovechar¨¢ su camioneta Food Truck, sus 100.000 euros, el ¨¦xito de su libro de recetas y el ingreso en el Basque Culinary Center¡ Despu¨¦s, el camino quiz¨¢s le conduzca a su ya muy merecida consolidaci¨®n a lo grande. Por ahora, sigue el de la fama con el estreno de otro programa ¡ªCocineros al volante, en La 1¡ª con el mejor resultado de audiencia en la cadena p¨²blica desde MasterChef. Est¨¢ claro que el muchacho tiene tir¨®n.
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