Nijinksi ¡®resucita¡¯ en Baryshnikov
Robert Wilson dirige al exbailar¨ªn y actor en 'Letter to a man' en el Festival de Spoleto
El reci¨¦n restaurado Teatro Caio Melisso, rebautizado como Espacio Carla Fendi, que ha financiado la restauraci¨®n integral del peque?o y precioso coliseo, sirvi¨® para un estreno mundial que ha generado expectaci¨®n mundial por su argumento y protagonistas. El director teatral Robert Wilson ha puesto en pie Letter to a man, espect¨¢culo unipersonal ideado para Mija¨ªl Baryshnikov sobre un tramo espec¨ªfico de la aciaga vida del bailar¨ªn Vaslav Nijinski cuando la neblina de su locura habitaban en su vida. En 1943 Nijinski y su mujer R¨®mola tras varias peripecias fronterizas recalan en Budapest; faltaban menos de dos a?os para el fin de la Segunda Guerra Mundial pero segu¨ªan habiendo desastres y muertos en todo el continente. Esa estancia en Budapest fue el pr¨®logo del tramo final de la vida del m¨ªtico bailar¨ªn ruso, y Wilson recrea con su estilo y sobriedad tanto el alma atormentada como un imaginario mon¨®logo donde se mezclan frases de los pol¨¦micos diarios de Nijinski con testimonios de R¨®mola.
La voz casi siempre en off precede a la m¨ªmica de Baryshnikov que aparece en escena maquillado de blanco como un payaso y elegantemente vestido con un frac dise?ado por Giorgio Armani. La primera escena ya es chocante: Nijinski-Baryshnikov est¨¢ sentado en una austera silla con una camisa de fuerza de la que se libera por el efecto de una m¨²sica casi vulgar.
El movimiento coreogr¨¢fico de Letter to a man ha sido dise?ado por Lucinda Childs, que tambi¨¦n aporta la voz femenina recitadora. Baryshnikov est¨¢ en forma y ya antes ha demostrado ser un actor en toda regla. Aqu¨ª ritualiza el movimiento hasta convertirlo en un baile ag¨®nico y particular. El dise?o escenogr¨¢fico tambi¨¦n de Wilson recrea un imaginario teatrito de variedades, lo que satiriza la acci¨®n y la lleva al terreno de la f¨¢bula, la posible leyenda y los rumores que han terminado convirti¨¦ndose en materia literaria. Aparecen como siempre los despiadados tubos fluorescentes, las siluetas japonesas y puede concluirse que no hay nada radicalmente nuevo en esta forma de hacer teatro de danza pero la precisi¨®n milim¨¦trica del director, la core¨®grafa y el int¨¦rprete consiguen envolver al p¨²blico durante los 80 minutos que dura la representaci¨®n. El suelo esc¨¦nico del Teatro Caio Melisso tiene una inclinaci¨®n de m¨¢s de cinco grados y Baryshnikov domina la acci¨®n f¨ªsica y visual a pesar de esa dificultad a?adida.
Una proyecci¨®n intermitente recrea los famosos dibujos de Nijinski, verdaderamente obsesivos y demostrativos de sus males mentales. Baryshnikov es bajito como era Nijinski, y aqu¨ª se demuestra cerebral y asistimos a la recreaci¨®n pl¨¢stica del t¨¦rmino Clown de Dios, frase que aparece en los diarios repetidamente y que ya Maurice B¨¦jart usara como t¨ªtulo.
Baryshnikov es bajito como era Nijinski, y aqu¨ª se demuestra cerebral y asistimos a la recreaci¨®n pl¨¢stica del t¨¦rmino 'Clown de Dios'
Letter to a man se ha producido ¨ªntegramente en Spoleto y es un encargo del Festival de Dos Mundos. En la producci¨®n participan entre otros el M¨®naco Dance Forum, la Universidad de Berkeley (California) y la propia firma de producciones de Baryshnikov. El equipo se reuni¨® primero en mayo de este a?o en Mil¨¢n y desde el 10 de junio se encerraron a trabajar en Spoleto, de modo que a¨²n el espect¨¢culo tiene zonas algo verdes y costuras que ajustar. La obra se ver¨¢, entre otros sitios, en Roma, Madrid y Par¨ªs. Letter to a man es un discurso po¨¦tico e intimista que quiere recrear esa zona de desesperado silencio en la que habit¨® Nijinski hasta morir, una especie de tumba de cristal que le imped¨ªa la comunicaci¨®n y cualquier tipo de paz. Baryshnikov borda con elegancia ese ambiente y, sobre todo, esa consciencia de incomunicaci¨®n y ¨¦xtasis.
La pol¨¦mica de los diarios
La autenticidad de los diarios completos de Nijinski sigue estando abierta. La ¨²nica foto tomada en Budapest de R¨®mola, Nijinski y su tutor de entonces, Georges de Chapowalenko, no apareci¨® hasta hace muy poco y est¨¢ en la colecci¨®n personal del cr¨ªtico e historiador italiano Alfio Agostini: se encontr¨® en un libro de homenaje a Nijinski de varios autores. R¨®mola no pod¨ªa ser en Budapest la tutora del Nijinski demente e incapacitado porque no lo permit¨ªan las leyes de la ¨¦poca, y es Chapowalenko quien asume este rol y quien con todo y viva voz Agostini, que a pesar de la estrecha relaci¨®n con R¨®mola, nunca pudo ver de cerca los diarios que se mantuvieron en la caja fuerte de un banco de Z¨²rich por m¨¢s de cuarenta a?os. Todav¨ªa se discute la verdad que encierran esos escritos, y lo que s¨ª es incontestable es que R¨®mola no hablaba, ni mucho menos escrib¨ªa, ruso; ella siempre se entend¨ªa con Vaslav en franc¨¦s y se neg¨® durante d¨¦cadas y repetidamente a mostrar a Chapowalenko los diarios de marras que se han editado con el marchamo de no estar censurados como en las impresiones precedentes donde R¨®mula obcecadamente intentaba ocultar las referencias a la homosexualidad, a Diaghilev y al sexo.
Pero no hay a d¨ªa de hoy nada concluyente de las pruebas caligr¨¢ficas ni la dataci¨®n de los cuadernos. Wilson y el libretista de Letter to a man, Christian Dumais-Lvowski, cargan las tintas precisamente en la sombra de Diaghilev y en las referencias sexuales.
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