Pelillos a la mar
La cuesti¨®n catalana no va a ser la serpiente, sino la anaconda del verano. La m¨¢s larga y la m¨¢s venenosa de las ¨¢spides.
Me ha puesto un DM un amable follower ¡ª-con tanto anglicismo y tanto tiempo perdido, Twitter me va a costar el curro adem¨¢s del matrimonio¡ª-, alertando sobre ciertos errores de bulto en mis escritos, empezado por los mamarios. Que si en una columna hablo de implantes por esos pagos, c¨®mo es que en otra digo tenerlos por los suelos, indaga. Que si un d¨ªa perreo en un club de pol¨ªgono, c¨®mo es que otro pernocto en un hotelazo de lujo, inquiere. Que en qu¨¦ gl¨¢ndulas quedamos, malmete. Y que de d¨®nde saco para tanto como destaco, me amenaza ya directamente con llevarme a Montoro.
Aparte de que la envidia es muy mala, est¨¢ claro que, o no se me entiende, o no me explico. Se?al¨¦ desde el principio que en este texto traidor nada es verdad ni mentira, sino que todo es seg¨²n el color del cristal del pijophone con que se mira, dicho sea parafraseando a Campoamor, porque a m¨ª me ense?aron a citar las fuentes, no como a alg¨²n colega de la tele que rellena su parrilla con chicha ajena y si te he le¨ªdo, no me acuerdo. Errores de track aparte, yo soy una y soy varias seg¨²n. depende. Yo y mis circunstancias, que escribi¨® Ortega. La verdad y la vida, que dijo Jesucristo. La suma de mis contradicciones, que fantasmean los intensos en su bio de e-darling. Quien me comprenda, que me compre, perd¨®n, lea. Y quien no, que me perdone la vida.
Te cuento esto porque me da que vamos a tener un agosto esquizoparanoide oyendo una cosa y la contraria a prop¨®sito de la cuesti¨®n catalana. El 27-S va a ser, m¨¢s que la serpiente, la anaconda del verano. La m¨¢s larga y m¨¢s venenosa de las ¨¢spides. Confieso no tener una posici¨®n monol¨ªtica al respecto. Ese divorcio en concreto no me quita el sue?o, mis benzodiacepinas me cuesta sobrevivir al m¨ªo propio. Pero aunque la desconexi¨®n pueda ser una meta leg¨ªtima si se plantea en sus debidos t¨¦rminos, personalmente soy m¨¢s de encaje. Del de bolillos, concretamente. Del que hac¨ªa mi abuela mano a mano con sus vecinas manchegas mientras pon¨ªan a parir a todo bicho viviente, Almod¨®var no se inventa nada. Puede que se trate de eso. De hilar fino y de trenzar la cuerda en vez de romperla. Y si no, solo de imaginarme a Rajoy, Mas y S¨¢nchez tejiendo todos a una y cantando mu?eiras, sardanas y chotis, respectivamente, fibrilo.
Desde luego, de cintura para abajo estoy m¨¢s viva que nunca. ?Pues no me ha vuelto a brotar pelazo donde el sol no brilla? Como no puedo volver al l¨¢ser hasta oto?o, me piro a una playa nudista a tomar el sol a pelo y de inc¨®gnito. Sin pintura ni tacones ni relleno no me conoce ni el padre de mis hijos. Pelillos a la mar, amigos. Cierro el chiringo.
Babelia
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