A los ni?os les va la marcha
La generaci¨®n que empez¨® a llenar los festivales crece y son pocas las citas musicales que no adaptan su oferta a un p¨²blico familiar
Mateo revolotea en torno a su madre. Acaba de terminar el concierto del Dr. Sapo en la plaza del Obispo Acosta y todav¨ªa alg¨²n ni?o grita ?Rogelio!. Es la ¨²ltima canci¨®n del grupo que ha logrado levantar a decenas de peque?os rodeados por sus padres, embobados mirando a sus hijos, y moviendo la pierna de forma inconsciente con el rasgueo de la guitarra. Ese concierto forma parte de las actividades del Sonorama Baby, la parte infantil del festival de Aranda de Duero, dedicado a la m¨²sica independiente espa?ola que arranc¨® el pasado mi¨¦rcoles.
Sobre un fondo azul cielo, un logo de Superman y la palabra Sonorama en sustituci¨®n del superh¨¦roe. Es la camiseta que lleva Mateo, a quien quiz¨¢s la m¨²sica del Dr. Sapo le haya parecido suave. En casa y en el coche escucha The Black Keys y AC/DC. Lo cuentan sus padres mientras el incipiente rockero se come una nube que acaba de sacar de un cono de gominolas. Del cuello de Javier del Pozo y Susana Guti¨¦rrez cuelgan sendas acreditaciones de producci¨®n, pertenecen a la organizaci¨®n del festival ¡°desde la segunda edici¨®n, hace 17 a?os¡±. Amantes de la m¨²sica, ¡°y de los l¨ªos¡±, aclara con una carcajada el pap¨¢ de Mateo refiri¨¦ndose al monstruo (siempre en sentido positivo) en el que se ha convertido el Sonorama.
Ellos, como tantos otros organizadores, colaboradores y asistentes al festival, han ido agrandando la familia en estos ¨²ltimos 17 a?os. M¨¢s en general, muchos de los adolescentes que empezaron a ir de conciertos a mediados de los noventa son ahora padres que siguen acumulando pulseras y gritando frente a escenarios, eso s¨ª, con el carro al lado, el canguro sobre el pecho o los ni?os a hombros. De ah¨ª que los propios festivales se hayan ido adaptando a sus exigencias. ¡°El hecho de tener actividades para los ni?os es algo de evoluci¨®n natural. Inevitable¡±, explica Del Pozo. ¡°Unos apuntan a sus hijos a cofrad¨ªas y nosotros lo traemos aqu¨ª. Para Mateo y para muchos otros ni?os tanto el Sonorama como la m¨²sica es parte de sus vidas, no se plantea que podr¨ªa no existir. Yo creo que piensa que todo el mundo tiene un festival en su casa¡±, explica Susana Guti¨¦rrez. Durante el resto del a?o, al pasar por el recinto ferial, Mateo pregunta a su madre si no se acercan al festival: ¡°Hay que explicarle que solo son unos d¨ªas al a?o¡±.
El Sonorama ha creado una necesidad en los ni?os (tambi¨¦n en los adultos), la misma que hizo que hubiera que levantar la zona Baby. El director, Javier Ajenjo, recuerda su primer festival. Fue el Esp¨¢rrago Rock, con 16 a?os. Los recuerdos de cert¨¢menes pasados se convierten en ¡°batallitas¡±; el paso del tiempo conlleva un cambio de generaci¨®n en todos los ¨®rdenes.
As¨ª, la familia festivalera no es algo que solo se ve en Aranda de Duero: es una especie de skyline com¨²n a decenas de cert¨¢menes en Espa?a. El Primavera Sound atrajo a los ni?os en 2007 al Parc del F¨°rum de Barcelona de la mano de Sones, una promotora y proveedora de contenidos culturales de Barcelona. N¨´ria Muntaner, socia de la empresa y profesora de m¨²sica, explica que su propuesta consiste en conjugar pedagog¨ªa y entretenimiento: ¡°Nunca son conciertos en los que los ni?os est¨¢n sentados. Ellos se pueden mover libremente, tienen instrumentos de percusi¨®n que pueden tocar cuando quieran, y en el espect¨¢culo, el grupo y el p¨²blico dialoga¡±.
No es m¨²sica infantil
Muntaner recuerda la extra?eza que provocaba en sus inicios en aquellos que dudaban que el indie y el rock fueran aptos para un p¨²blico m¨¢s peque?o. ¡°Ahora le gente ha asumido que ellos pueden y deben escuchar de todo¡±, replica ella, ¡°no creemos en la etiqueta de la m¨²sica infantil¡±. En los espect¨¢culos de Sones han participado artistas como Russian Red, Marlango y Cristina Rosenvinge, entre otros. Minimusica, el nombre que da t¨ªtulo al espect¨¢culo de Sones, llen¨® en su primera edici¨®n una sala de 200 metros cuadrados. Calculan que en la ¨²ltima del Primavera Sound entretuvieron a unos 3.000 ni?os. Esa misma propuesta se puede ver en Madrid y el a?o que viene visitar¨¢ Mallorca por primera vez.
Tambi¨¦n en Barcelona naci¨® el hermano peque?o del S¨®nar, el S¨®narkids, en 2009. Un festival para ni?os con entidad propia que no coincide ni en el tiempo ni en el espacio con el de los mayores y que var¨ªa de formato y propuestas en cada edici¨®n. El de los menores tiene lugar en la playa de El Port de la Selva (Girona) unas semanas antes, aunque tambi¨¦n se ha celebrado en la ¨¦poca navide?a en recintos cerrados. La organizaci¨®n calcula que m¨¢s de 60.000 personas han asistido en sus seis a?os de vida.
?C¨®mo surgi¨® la idea? Los que est¨¢n detr¨¢s de los festivales tambi¨¦n crecen. ¡°En la oficina ¨ªbamos teniendo hijos y nos dimos cuenta de que la oferta de entretenimiento para ni?os no hab¨ªa evolucionado en varias d¨¦cadas¡±, explica Astrid Rousse, coordinadora de SonarKids. Por supuesto, este evento baila bajo el paraguas de la m¨²sica electr¨®nica y urbana. Los ni?os pueden iniciarse en la producci¨®n musical, ser un dj por un d¨ªa, dar sus primeros pasos de street dance y toquetear la mesa de algunos pinchadiscos en conciertos en los que el artista invita al p¨²blico a participar.
Siguiendo la l¨ªnea de la costa mediterr¨¢nea, el Rototom es un claro ejemplo de un evento que ha crecido a la par de su p¨²blico objetivo. Proveniente de Italia, este encuentro de los amantes del reggae desembarc¨® en Benic¨¤ssim en 2010, dura una semana y en su programaci¨®n pesan casi tanto las actividades de d¨ªa como los conciertos nocturnos.
En el men¨² infantil hay de todo: pasacalles, batukadas, equilibrismo, malabares, talleres de artesan¨ªa, zancos, tirolinas, pinturas, tambores... Adem¨¢s, los menores de 12 a?os no pagan. ¡°El concepto no es dejar al nano aparcado, sino que sean actividades que compartan padres e hijos¡±, apunta David Hern¨¢ndez, portavoz del Rototom. Su oferta se divide entre el M¨¢gicoMundo y Rototom Circus, dos espacios que bajo la coordinaci¨®n de un equipo de educadores ofrece actividades desde por la ma?ana hasta ¨²ltima hora de la tarde. ¡°El p¨²blico de los festivales ha crecido y ha tenido hijos, pero eso no quiere decir que tenga que renunciar a seguir acudiendo a ellos. El festival tiene que adaptarse y hacer que tener un ni?o no suponga un impedimento¡±, puntualiza Hern¨¢ndez. M¨¢s de 800 peque?os participaron en la ¨²ltima edici¨®n del Rototom.
Los recuerdos de esos miles de ni?os que ya pisan festivales ir¨¢n acumul¨¢ndose como experiencia, y tambi¨¦n como forma de ver la vida. Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa salga de una noche de conciertos el pr¨®ximo Javier Ajenjo, el pr¨®ximo director de un festival que crezca como lo ha hecho el Sonorama. ?l le debe a sus padres gran parte de su amor por la m¨²sica: ¡°Como tengo una banda con 40 a?os, a veces mi padre me pregunta de qu¨¦ cojones voy. Y la culpa la tiene ¨¦l, que me llevaba al conservatorio a examinarme de los estudios de piano y que en el coche me pon¨ªa a los Beatles, a Franco Batiatto, a Mike Oldfield, Sabina. Cosas que luego han sido fundamentales en mi vida¡±. Ahora le toca a ¨¦l pasar el testigo.
Y sigue la fiesta para ni?os
Rototom. Del 15 al 22 de agosto en Benic¨¤ssim (Castell¨®n). M¨¢gico Mundo, un espacio de juegos, cuentacuentos, espect¨¢culos y talleres.
Gigante. 4 y 5 de septiembre en Guadalajara. Una zona para que los chavales despierten su lado m¨¢s art¨ªstico.
Osa do mar. 4 y 5 de septiembre en Burela (Lugo). Talleres para ni?os.
South Pop. 1 y 12 de septiembre en Isla Cristina (Huelva). Ludoteca a las espaldas del escenario principal.
Festival de la luz. 12 y 13 de septiembre en Boimorto (A Coru?a). A caixi?a de mixtos: Proyecciones de cortometrajes cada 10 minutos.
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