San Sebasti¨¢n abre las puertas a su festival verde
La Quincena Musical donostiarra lanza un agosto entre grandes orquestas y coros locales
¡°La Quincena no es el festival de una ciudad, aunque su coraz¨®n y base de operaciones est¨¦ en San Sebasti¨¢n¡±, cuenta Patrick Alfaya, director de la muestra musical que ocupar¨¢ la capital y otras 21 localidades durante el mes de agosto, incluyendo el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s y Navarra. Un mes con 91 actividades entre las que se encuentran conciertos y recitales, excursiones, actividades pedag¨®gicas, ciclos de ¨®rganos, ¨®pera y espect¨¢culos de danza. Y todo bajo unos criterios de sostenibilidad y conciencia ecol¨®gica para hacer de esta cita veraniega un festival que mime el medioambiente.
Una de las peculiaridades de este encuentro con la m¨²sica de agosto es que se intenta que las orquestas asistentes no acudan con programaciones cerradas dentro de sus giras estivales. ¡°Intentamos elaborar poco a poco con las orquestas los programas, evitar que los conjuntos traigan las obras que est¨¢n incluidas en sus giras. Tambi¨¦n colaboramos con los coros que existen en Euskadi, que est¨¢n preparados para actuar con las orquestas de primer nivel que vienen al festival, e integrar a los artistas locales sobresalientes en el festival¡±, cuenta el director.
El concepto de Quincena verde es algo que tambi¨¦n preocupa a los organizadores. ¡°Intentamos que nuestras pr¨¢cticas sean lo m¨¢s ecol¨®gicamente responsables, hacemos producciones lo m¨¢s limpias posibles y muy estudiadas, analizamos el di¨®xido de carbono que emiten los aviones que traen a los artistas e intentamos compensarlos con plantaciones de ¨¢rboles. Para los programas, exigimos a las imprentas que respeten unos niveles de sostenibilidad en los que el papel sea el m¨¢s ecol¨®gico posible y que tenga una serie de sellos que demuestren que la empresa se mueve en unos est¨¢ndares de sostenibilidad ecol¨®gica¡±, explica Alfaya. Adem¨¢s, cuando se mueven fuera de San Sebasti¨¢n, intentan que los municipios adopten sus ideales ¡°incluso a la hora de instalar un retrete qu¨ªmico¡±.
En cuanto a la programaci¨®n, pasar¨¢n por este festival Sara Baras y su compa?¨ªa, la Orquesta de San Petersburgo con Temirkanov y acompa?ados por el Orfe¨®n Donostiarra, una Tosca de Puccini encabezada por Ainhoa Arteta que ya pudo verse en Barcelona y Sevilla en a?os anteriores y las orquestas de Oslo, de la Radio de Colonia y de Cadaqu¨¦s. En el Victoria Eugenia se reservar¨¢ el espacio ¨ªntimo para la voz de Jos¨¦ Bros y el piano de Grigory Sokolov, y la m¨²sica antigua se har¨¢ fuerte en el Convento de Santa Teresa con grupos como La Galan¨ªa, Forma Antiqva o Al Ayre Espa?ol. La m¨²sica contempor¨¢nea habr¨¢ que buscarla durante el mes de agosto en las salas polivalentes del Kursaal.
El festival ha aprendido mucho en todas estas d¨¦cadas como encuentro decano de la m¨²sica en Espa?a, desde aquel 1939 en el que el festival comenz¨® su andadura con los escombros de la Guerra Civil a¨²n en las calles. Su financiaci¨®n hoy por hoy depende en un 50% de la taquilla, aunque su director anuncia que antes de comenzar la cita ya ten¨ªan recaudado un 80% de lo previsto gracias ¡°a un p¨²blico muy fiel¡±. Dice Alfaya que esto se debe en buena parte a que San Sebasti¨¢n tiene mucho apego a la m¨²sica. ¡°El Pa¨ªs Vasco no es solo rico por su folclore, sino por el papel determinante de los coros. No hay familia aqu¨ª que no tenga un m¨²sico. Y la realidad de los coros es que, dentro de la sociedad, son muy democr¨¢ticos: en ellos te encuentras a un director de banco cantando al lado de un obrero. Nunca me he encontrado por parte de las instituciones p¨²blicas tanto apoyo como aqu¨ª, donde tienen un gran respeto hacia la m¨²sica¡±, cuenta Alfaya. Y pone los ojos m¨¢s all¨¢, cuando en 2016 la ciudad ostente la Capitalidad Cultural europea, edici¨®n en la que el festival apostar¨¢ por la recuperaci¨®n de patrimonio musical y junto a los festivales de jazz y cine ser¨¢n ejes vertebradores de la programaci¨®n con sus propuestas propias.
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