El 1% de las pel¨ªculas acapara casi la mitad de los espectadores
El 43,7% de los asistentes a las salas en Espa?a vio los mismos 20 filmes en 2014 Los otros 1.570 filmes exhibidos pelean por las migas de la taquilla
Dos veces al a?o. Como los grandes sorteos de loter¨ªa o ¡ªay¡ª las pagas extras. Con 365 d¨ªas a disposici¨®n, cada espa?ol vio en las salas 1,9 pel¨ªculas en media a lo largo de 2014. De ah¨ª que quepa imaginar a los ciudadanos mirando con lupa la cartelera para escoger sus dos apuestas. Al fin y al cabo, la elecci¨®n no estaba f¨¢cil: el a?o pasado se exhibieron en Espa?a 1.590 pel¨ªculas, seg¨²n datos oficiales. ?Cine europeo o estadounidense? ?Comedia o drama? Los espa?oles lo tuvieron clar¨ªsimo: cerca de la mitad (el 43,7%) fue a ver las mismas 20 pel¨ªculas, el 1% de todos los filmes proyectados a lo largo del a?o. Lo que deja una pregunta: ?qu¨¦ espacio queda para el otro 99%?
¡°Las salas est¨¢n sobre todo para el gran evento. Y luego porque hay pel¨ªculas-fen¨®menos que hay que ir a compartir¡±, aclara Ramon Colom, presidente de FAPAE (la confederaci¨®n de productores audiovisuales espa?oles), que compara la taquilla con el mercado editorial y superventas como 50 sombras de Grey. Pero la oligarqu¨ªa del cine supera a la del libro, donde 50 obras se llevan entre el 5 y el 10% de la recaudaci¨®n. Y hay semanas donde se muestra de forma m¨¢s agresiva: hace tan solo tres, por ejemplo, la mitad del p¨²blico espa?ol se reparti¨® entre Los minions y Del rev¨¦s.
La tesis de Colom se refleja en la top 20 de asistencia en Espa?a en 2014. En primer lugar, Ocho apellidos vascos, que se llev¨® un 10% de los espectadores del a?o. He aqu¨ª el boca-oreja, el filme que hay que ver porque todos hablan de ¨¦l. Por lo dem¨¢s, superproducciones de Hollywood como Mal¨¦fica o Interstellar y estrenos espa?oles como El Ni?o o Torrente 5. ¡°El objetivo deber¨ªa ser reducir el n¨²mero de pel¨ªculas en salas y aumentar su cantidad en pantallas complementarias¡±, dice Colom.
Porque, una vez comido casi medio pastel, los otros 1.570 largos exhibidos han de luchar por su pedacito de taquilla. La pelea tiene ecos a Occupy Wall Street, m¨¢s aun ya que aqu¨ª tambi¨¦n el poder de Estados Unidos domina: sus filmes acapararon 48 de los 87,4 millones de espa?oles que fueron al cine el a?o pasado. Inversiones fara¨®nicas, promoci¨®n incesante y estrellas dan sus frutos. ¡°Ser¨ªa demasiado f¨¢cil reducirlo a una pelea de nosotros contra ellos¡±, ataca sin embargo Stan McCoy, presidente de la MPAA (la entidad que representa a la industria de EE UU) en Europa. ¡°Es un mercado con muchos productos diferentes¡±, agrega.
Un fen¨®meno europeo
Los europeos vieron en media 1,8 pel¨ªculas en 2014 y pudieron escoger entre las ¡°m¨¢s de 2.000¡± que se estrenaron, seg¨²n una estimaci¨®n del Observatorio Audiovisual Europeo. Pero el 30,2% opt¨® por las 20 m¨¢s taquilleras.
La homogeneizaci¨®n preocupa a directores como Sorrentino, Loach o Wenders que firmaron en abril un manifiesto pidiendo a la Comisi¨®n europea que proteja el cine del continente, tanto en las salas como online. Y eso que 2014 supuso el r¨¦cord de cuota de mercado del cine europeo: 33,6%, frente al 63,1% para los filmes de EE UU.
La portavoz de la Comisi¨®n Mina Andreeva subraya la importancia de una mejor distribuci¨®n en salas y online, a la que la UE aporta 50 millones este a?o. Y destaca: "Los filmes de EE UU est¨¢n disponibles mientras que mucho cine europeo no se puede ver salvo en su pa¨ªs".
Pero la diversidad no basta. Cada a?o Espa?a produce decenas de pel¨ªculas (224 en 2014) y la mayor¨ªa desfila hacia el olvido y, en el mejor de los casos, el estreno televisivo y online. Tanto que el sector reconoce que se producen demasiados filmes y ha empezado a reducirlos. Aun as¨ª, la duda es si buena parte de ellos tiene todav¨ªa vida en los cines o si solo quedar¨¢ espacio para unos pocos colosos. Muchos profetizan ya un futuro donde las supeproducciones se ver¨¢n en enormes salas VIP y el cine de autor ser¨¢ exclusiva del sof¨¢. Pero, por m¨¢s que el streaming (visionado en Internet) haya multiplicado por 10 su recaudaci¨®n en un lustro en Europa y mejorado su tecnolog¨ªa, nadie quiere renunciar a la gran pantalla y su m¨ªstica. Una cosa son los datos. Otra explicarle a un director o productor que su filme solo se ver¨¢ online.
Salas alternativas
¡°La experiencia de estar en una sala, despu¨¦s de invertir tiempo y dinero en tu pel¨ªcula, es impagable. Adem¨¢s yo me pas¨¦ nueve semanas con el montaje de sonido y eso en un ordenador no se percibe. Hay un trabajo enorme que se queda en el camino¡±, asegura Fernando Franco, cuya ¨®pera prima, La herida, forma parte de esa clase medio-baja (por presupuesto) a riesgo de estrangulaci¨®n en las salas. El filme tuvo 30.101 espectadores (la media es en torno a los 28.000), pese a sus premios en San Sebasti¨¢n o a sus goyas.
Franco subraya la existencia de salas alternativas que dejan un escaparate al cine de autor en la gran pantalla. El director se muestra preocupado por la ¡°homogenizaci¨®n¡± de centros comerciales donde dos o tres salas proyectan la misma pel¨ªcula: ¡°Veo el intento de amortizar el dinero¡±. Dinero que en cambio la mayor¨ªa de los filmes no tiene para su promoci¨®n. Porque el triunfo de Ocho apellidos vascos o El Ni?o ten¨ªa detr¨¢s el apoyo de Telecinco. Pero a veces desconocimiento y falta de inversi¨®n son las causas de la escasa taquilla de ciertos filmes, seg¨²n afirm¨® el presidente de la Academia de Cine, Antonio Resines en un reciente encuentro con la prensa. Tambi¨¦n apuntaba un factor que afecta a unos pocos casos: ¡°La mala calidad¡±. Ah¨ª, claro, no hay nada que promocionar.
Babelia
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