De la uniformidad al desencanto

No se sabe por qu¨¦, la feria de M¨¢laga comenz¨® con la extra?a combinaci¨®n de siete novilleros en el cartel. El festejo dur¨® tres horas, solo se cort¨® una oreja, hubo dos toreros heridos y el aburrimiento fue la t¨®nica general. Mal empezamos. La plaza se cubri¨® menos de la mitad, los novillos estuvieron bien presentados y resultaron mansos e inc¨®modos, y los chavales no acabaron de romper.

Todos ellos -los toreros- son hijos de su ¨¦poca; aprenden con los mismos patrones y referentes, dan muchos pases con escaso fondo y torean poco. Parecen gemelos; se asemejan como dos gotas de agua, no se les distingue; son valientes, conocen la t¨¦cnica, pero destacan por su uniformidad. Una sola oreja se cort¨® y la pase¨® Jos¨¦ Antonio Lavado por su actitud bullanguera y algo tremendista; y, sobre todo, porque su novillo tuvo una muerte fulminante tras una estocada casi entera. Los dem¨¢s derrocharon ganas, demostraron, en mayor o menor medida, que est¨¢n placeados, pero motivaron poco a la generosa concurrencia que asisti¨® con buen ¨¢nimo a una espect¨¢culo muy largo y con pocos motivos para la diversi¨®n.

Lo m¨¢s grave es que hubo m¨¢s heridos que triunfadores. Joaqu¨ªn Gald¨®s y Javier Orozco, que debutaba en el escalaf¨®n, pasaron por el hule. El primero fue arrollado cuando recibi¨® de rodillas, capote en mano, a su oponente. Los m¨¦dicos le apreciaron "una herida inciso contusa en tercio inferior de el escroto que afecta a piel y tejido celular subcut¨¢neo, de pron¨®stico reservado". Y el segundo tuvo peor suerte. Fue volteado cuando muleteaba al s¨¦ptimo de la tarde, el de peor condici¨®n, y el parte m¨¦dico dice que sufri¨® una "cornada pron¨®stico grave en el tercio superior del muslo derecho, con rotura parcial abductor mayor con una trayectoria hacia arriba que diseca el citado m¨²sculo, llegando hasta el pubis y otra trayectoria hacia dentro disecando el vasto interno en un trayecto de 12 cent¨ªmetros".

A causa de este percance, Gin¨¦s Mar¨ªn mat¨® dos novillos. En el suyo, que abri¨® plaza, demostr¨® que atesora maneras, que est¨¢ preparado para el salto al escalaf¨®n superior y que todo el tiempo que contin¨²e entre novilleros puede ir en su contra. Su trasteo fue largo, como todos, y olvidable, pero dej¨® constancia de su buena condici¨®n, su valent¨ªa y detalles toreros.

Varea dio a entender que conoce la lecci¨®n, pero es torero fr¨ªo. Pas¨® desapercibido ante un novillo soso al que no acab¨® de entender.

Gald¨®s se sabe la t¨¦cnica, le sobra valent¨ªa y dio muchos pases. Se sobrepuso al volteret¨®n y se extendi¨® en una labor que no acab¨® de rematar. Destac¨®, eso s¨ª, en un buen quite a la ver¨®nica, quiz¨¢ lo m¨¢s destacado del festejo.

Leo Valadez es un mexicano al que le sobran agallas con los enga?os; puso banderillas con facilidad y arrojo, anda con facilidad por la plaza y aguant¨® con estoicismo los ga?afones de su novillo.

Tras la oreja de Lavado, su compa?ero Jes¨²s ?lvarez, que debutaba con caballos, dio la vuelta al ruedo porque cobr¨® un estoconazo tras un pinchazo, y porque tuvo detalles muy toreros con la muleta; el segundo debutante, Orozco, se las vio con el novillo m¨¢s complicado del encierro, que se negaba a embestir y buscaba con sa?a el cuerpo del muchacho. Lo encontr¨® y lo corne¨® cuando el reloj hab¨ªa llegado a las diez de la noche.