Los cerebros de las series
Los 'showrunners' ser¨¢n hombres complicados, pero no queda m¨¢s remedio que rendirse ante ellos
Recuerda Brett Martin en el libro Hombres fuera de serie (Difficult Men en versi¨®n original), editado en Espa?a por Ariel, que cuando la cadena AMC empez¨® a promocionar Mad Men, el lema que utilizaron fue ¡°Del productor ejecutivo de Los Soprano¡±. Matthew Weiner hab¨ªa formado parte del equipo de guionistas de la quinta y sexta temporadas de la serie sobre mafiosos creada por David Chase, su mentor y del que aprendi¨® el oficio (y las maneras) de showrunner.
La decisi¨®n de AMC da una idea de la importancia que han tenido en esta tercera edad dorada de la televisi¨®n los creadores de las series, los responsables de tantas horas robadas al sue?o. Los nombres de Alan Ball, Vince Gilligan, David Simon, Aaron Sorkin, Terence Winter, David Milch o Shawn Ryan son inseparables de sus creaciones. En el libro, imprescindible para cualquier seri¨¦filo, Martin retrata a esos ¡°hombres dif¨ªciles¡± que se convirtieron de la noche a la ma?ana en estrellas televisivas, adoradas y odiadas por millones de personas. David Chase, que antes de crear Los Soprano renegaba de la televisi¨®n (¡°Lo hice por dinero. Es la ¨²nica vez que lo he hecho¡±, dijo sobre su paso como showrunner por Doctor en Alaska) y cuya obsesi¨®n era triunfar en el cine, lleg¨® a HBO para cambiar para siempre el mundo de las series. Despu¨¦s de Los Soprano, nada volvi¨® a ser lo mismo.
No se tomaba ninguna decisi¨®n importante sin que Chase hubiera dado su visto bueno antes. Su firmeza fue posible gracias tambi¨¦n a una cadena que no ten¨ªa nada que perder y que le daba libertad para hacer y deshacer a su gusto. Solo le pusieron dos objeciones a lo largo de toda la serie, pero Chase termin¨® sali¨¦ndose con la suya en las dos ocasiones: el t¨ªtulo, por perfecto que nos pueda parecer hoy, no les convenc¨ªa; y el quinto cap¨ªtulo, en el que Tony asesina con sus propias manos y ante la c¨¢mara a un hombre mientras visita universidades con su hija, era, dijeron, demasiado brutal. Pero as¨ª es Los Soprano: muertes ante nuestras narices y sangre que salpica al televisor.
Ser el m¨¢ximo responsable de una serie no siempre es sencillo. Que se lo digan a Damon Lindelof, uno de los cerebros detr¨¢s de Perdidos, que incluso decidi¨® desaparecer de Twitter harto de aguantar las quejas de los seguidores de la serie por su ya m¨ªtico final.
Los showrunners ser¨¢n hombres complicados, pero no queda m¨¢s remedio que rendirse ante los genios que nos han regalado Los Soprano, Mad Men, A dos metros bajo tierra, Breaking Bad, The Wire, El ala oeste de la Casa Blanca, Boardwalk Empire, Deadwood o The Shield. A sus pies.
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