¡®La isla de las tentaciones¡¯: ?y si somos adictos al conflicto?

Villa Playa y Villa Monta?a, las casas donde viven los y las participantes del programa de televisi¨®n La isla de las tentaciones, est¨¢n situadas en la pen¨ªnsula de Saman¨¢, en la Rep¨²blica Dominicana. Suceden all¨ª cosas incre¨ªbles, como que a ninguna de las mujeres se le enfosque el pelo a pesar de la humedad de la zona. Otras no lo son tanto, como que esa vida que llevan, una sucesi¨®n de fiestas que consisten en frotarse el tercio inferior del cuerpo, tenga sus consecuencias.

Por ejemplo, esa obsesi¨®n por hacernos creer que no lo han pasado mejor jam¨¢s, cuando lo que sucede por dentro es que tu novio, Anita, te va a poner los toriles con la rubia que le ha puesto miel en el torso para, cual loba sin Caperucita, lamerle bien. O que t¨², Anita, est¨¦s m¨¢s caliente que una plancha porque Manuel, el tentador que te ha puesto el programa, sabe que esa mezcla de supuesta ternura y comprensi¨®n hacia tus problemas tiene como ¨²nico fin llevarte a la cama.

La isla de las tentaciones es uno de los formatos de Mediaset con mejor respuesta de la audiencia. Desde que empezaron en enero de 2020, la que se emite es la octava edici¨®n de un concurso donde las parejas quieren poner a prueba su amor. Un test de estr¨¦s para ver si doman sus hormonas ante la tentaci¨®n y merece la pena seguir adelante con lo suyo.

Lo suyo que, en general, ya viene viciado de casa. Con relaciones en las que hay m¨¢s desconfianza que tatuajes y horas de gimnasio, donde se identifica el amor con el control, donde ellas aparecen como hist¨¦ricas a la primera de cambio, donde ellos parecen mastuerzos incapaces de resistirse a un escote turgente. Un formato adictivo, irresistible, editado con maestr¨ªa, que sigue enganchando a un p¨²blico que lo comenta de forma voraz en redes sociales. A veces con risas y guasa, a veces totalmente en serio.

El programa tambi¨¦n es un test de estr¨¦s para licenciados en Psicolog¨ªa y Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. Frases que son caramelo y de las que se pueden sacar infinitas conclusiones. ¡°Cuando quiero algo, lo tengo¡±, dicen de forma rotund¨ªsima. ¡°Lo que tenga que pasar pasar¨¢¡±, se dicen unos a otros para avisar de lo que viene.

Van a la isla dejando muy claros cu¨¢les son los l¨ªmites que su pareja no debe cruzar. Que a veces es una simple mirada o una sonrisa. Otras, actitudes descritas con precisi¨®n de cirujano, como cuando Alba le reprocha a gritos a su novio Gerard, que se ha subido a los hombros a una de las tentadoras: ¡°?T¨² ves normal un co?o en tu nuca?¡±. O que el tal Gerard le conteste, cuando le ha dado una cita a una ex amiga de su novia: ¡°Quiero que aprendas, porque t¨² no me tienes que dar ¨®rdenes¡±.

El formato tambi¨¦n es una prueba que suspende de forma rotunda ante la mirada feminista y con un sobresaliente en entretenimiento. ¡°Es mierda de la buena, a pesar de lo que transmite de la heterosexualidad. Ese estereotipo de mujer castradora, insegura, y manipuladora, y esa masculinidad patriarcal e infiel por naturaleza. Chico, que yo tambi¨¦n veo culos y no voy detr¨¢s. Si no respetas a tu pareja, pues no tengas pareja¡±, afirma Mar¨ªa Castej¨®n, profesora y cr¨ªtica de cine y autora del libro Rebeldes y peligrosas. ¡°Transmiten todo lo horrible del patriarcado en su m¨¢xima expresi¨®n, toxicidad en prime time, pero es puro entretenimiento, no conviene demonizar. ?Te acuerdas de Contacto¡­ con tacto, el programa que presentaba Bert¨ªn Osborne?¡±, a?ade.

C¨®mo olvidarlo. Como Confianza ciega, emitido por Antena 3, Mujeres y hombres y viceversa, ?Qui¨¦n quiere casarse con mi hijo?, Un pr¨ªncipe para Corina y I love Escassi, emitidos por Mediaset. Concursos medidos con unos patrones muy parecidos. Heterosexualidad, clich¨¦s, erotismo camuflado con galanter¨ªa. ¡°Es muy risue?a¡± y ¡°me da mucha paz¡±, dicen de sus pretendientas algunos de los participantes de La isla de las tentaciones, por no decir que simplemente est¨¢n buen¨ªsimas y que se sienten atra¨ªdos por ellas.

O esa forma de empoderamiento y autoestima tan peculiar. ¡°Si t¨² no te quieres a ti misma qui¨¦n co?o te va a querer. Eso lo he aprendido yo a base de guantazos, por eso soy el mujer¨®n que soy¡±, dice una de las participantes del programa. Hombres de verdad, mujeres de verdad, amores para toda la vida. ¡°Nos hemos tatuado la palabra ¡®sempiterno¡¯ porque nuestro amor es como el mar, tiene un principio pero no tiene un fin¡±, dice Ana, que ya ha salido de la isla con su novio Fran y ambos deber¨ªan, adem¨¢s de quererse bien, saber que el mar es finito.

El programa, asegura Cristina Hern¨¢ndez, directora del Instituto de las Mujeres, se basa y se alimenta de los celos y del control, que ¡°es expresi¨®n de relaciones no igualitarias y violentas. Alimentan el mito del amor rom¨¢ntico y trasladan un modelo de relaciones heteronormativo, encajado en determinados modelos vinculados con el cuerpo¡±. Porque la homosexualidad, de momento, es un umbral porque el que pocas cadenas est¨¢n dispuestas a pasar, y menos con escenas de sexo expl¨ªcito.

¡°Desde el punto de vista sociol¨®gico, siempre hemos sido muy fans del cotilleo. Por eso es un formato que satisface a esa gran masa de p¨²blico que se ha formado con S¨¢lvame y tambi¨¦n a la generaci¨®n TikTok, que le da tanta importancia a la imagen y a la gente atractiva¡±, cuenta Javier Calvo, profesor en el grado de Comunicaci¨®n Audiovisual de la Universidad de San Jorge, en Zaragoza.

La imagen y el enfrentamiento como est¨ªmulos. ¡°Nos divierte ver c¨®mo sufren. En ese programa ves lo peor del ser humano, pero en la tele funciona porque nos gusta el conflicto y el componente erotizante ayuda¡±, explica el periodista Juanma Fern¨¢ndez, analista de televisi¨®n, que es partidario de emitir este tipo de contenidos para hacer pedagog¨ªa. ¡°El programa ense?a que esa toxicidad est¨¢ muy presente, que sigue habiendo gente con hambre de fama, y no podemos olvidar que hay gente que fantasea con ese tipo de vidas¡±, a?ade.

Que las hay, que sue?an con eso de forma leg¨ªtima. Son nuestros amigos, nuestros vecinos, somos nosotros. Javier Calvo recuerda cuando acudi¨® como p¨²blico hace a?os a uno de los debates de La isla de los famosos durante la participaci¨®n del actor Nacho Vidal. ¡°Ah¨ª me di cuenta de la cantidad de gente entregada a lo que le suced¨ªa a este se?or, y me permiti¨® salir de la burbuja. Porque el debate popular transita sobre este tipo de temas, la gente en la calle habla de lo pr¨®ximo, y Telecinco ha sabido hacer una cosa muy bien: forjar una v¨ªa de ascenso social econ¨®mico a trav¨¦s de estos programas¡±, cuenta.

La tele como altavoz, la tele como medio de comunicaci¨®n que tiene su responsabilidad con la sociedad, la tele como ¡°arma cargada de futuro en un pa¨ªs donde la alfabetizaci¨®n audiovisual brilla por su ausencia¡±, afirma Mar¨ªa Castej¨®n. En un pa¨ªs donde el art¨ªculo 14 de la Ley org¨¢nica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero dice: ¡°Los medios de comunicaci¨®n fomentar¨¢n la protecci¨®n y salvaguarda de la igualdad entre hombre y mujer, evitando toda discriminaci¨®n entre ellos¡±.

¡°La televisi¨®n tiene una capacidad importante de generar discursos y narrativas. Detr¨¢s de las risas que nos podemos echar con este tipo de programas hay un modelo de relaci¨®n violento e irrespetuoso. Necesitamos una televisi¨®n con responsabilidad social y comprometida¡±, dice Cristina Hern¨¢ndez, del Instituto de las Mujeres, que a?ade: ¡°No es que las feministas seamos unas amargadas, es que la violencia contra las mujeres no nos hace re¨ªr. Promueven un modelo muy estrecho de mujer, y somos mucho m¨¢s anchas¡±.