Retrato de una muerte en familia
En su ¨²ltima pel¨ªcula Bille August logra hacer algo honesto y cre¨ªble
La impagable discogr¨¢fica ECM invent¨® un eslogan tan perturbador como po¨¦tico (de acuerdo, tambi¨¦n discutible) para promocionar y definir su musica: "El sonido m¨¢s bello despu¨¦s del silencio". Era preciosa la vieja oda de Paul Simon y Art Garfunkel a los sonidos del silencio. En el cine, el enunciado del silencio igualmente ha servido para retratar estados del alma. Las pesadillas de Jodie Foster solo tendr¨ªan fin con el silencio de los corderos. Bergman tambi¨¦n habl¨® del silencio. Creo recordar que era el de Dios. Y resulta curioso que Scorsese y Almod¨®var hayan pensado id¨¦ntico t¨ªtulo para sus ¨²ltimas pel¨ªculas. O sea: Silencio. Aunque yo sea de naturaleza charlatana, como cualquier persona que vive sola, tengo un conocimiento notable del anverso y el reverso del silencio. Pero empiezo a mosquearme ante la desmedida moda que lo utiliza como referencia para hablar de intimidades presuntamente trascendentes. A lo peor, comienzo a a?orar el ruido.
Bille August titula su ¨²ltima pel¨ªcula Un coraz¨®n silencioso. Y admito que habla de las cosas del coraz¨®n, pero ninguno de sus protagonistas se refugia en el silencio; todos expresan (m¨¢s o menos verborreicamente o con sobriedad) lo que siente su coraz¨®n en una circunstancia l¨ªmite, tr¨¢gica, protagonizada por la inminente muerte del ser amado.
CORAZ?N SILENCIOSO
Direcci¨®n: Bille August.
Int¨¦rpretes: Ghita Norby, Paprika Steen, Danica Curcic.
G¨¦nero: Drama.
Dinamarca, 2015. Duraci¨®n: 97 minutos.
No se va a producir de forma natural. Estar¨¢ inducida por el pavor al sufrimiento extremo antes de partir a la devastaci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica que va a provocar una enfermedad tan brutal como incurable. Esta anciana ha decidido cerrar su existencia de forma pl¨¢cida, acompa?ada en el ¨²ltimo suspiro por su enamorado marido, un m¨¦dico que conoce la dosis exacta para que la transici¨®n de la vida a la nada (o al cielo, o al infierno, en funci¨®n de las creencias de cada moribundo) sea lo m¨¢s dulce posible. Pero quedan rituales que acabar¨¢n complic¨¢ndose. Queda un fin de semana para que las hijas, los yernos, el nieto y su amiga del alma se despidan del entra?able y digno ser humano que va a suicidarse. Lo hacen con risas, recuerdos compartidos, m¨¢s de un llanto clandestino o p¨²blico, muestras de amor, angustia, desolaci¨®n contenida.
Pero el happy end (entre comillas, ya que la muerte siempre es la muerte) se complicar¨¢. Surgir¨¢n las dudas, el presentimiento de que no todo es lo que parece, la depresi¨®n gen¨¦tica ferozmente aumentada por el desamparo que provocar¨¢ la p¨¦rdida, los fantasmas que permanec¨ªan ocultos.
Bille August, ese director que parec¨ªa definitivamente perdido despu¨¦s de las antiguas y conmocionantes Pelle el conquistador y Las mejores intenciones, sigue estando lejos del nivel art¨ªstico de aquellas pel¨ªculas, pero s¨ª logra hacer algo honesto y cre¨ªble, una atractiva radiograf¨ªa de los sentimientos cuando se enfrentan a la definitiva p¨¦rdida. No me quedo indiferente ante esta tragedia que sus protagonistas tratan de hacer llevadera. Y me gusta lo que expresan, callan y sugieren sus notables actrices. No me quejo. Es suficiente.
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