La mente del siniestro evangelista de Hitler
Los diarios de Alfred Rosenberg, el ide¨®logo del III Reich, muestran a un nazi fatuo, despiadado y obsesionado con el poder
Resulta un raro y oscuro privilegio asomarse a la intimidad de un gran criminal nazi. Si hace unos meses pod¨ªamos leer las cartas de Himmler a su esposa (Himmler seg¨²n la correspondencia con su mujer, Taurus), ahora aparecen los diarios de otro de los jerarcas del III Reich (y, en dif¨ªcil competici¨®n, uno de los m¨¢s repulsivos), Alfred Rosenberg (Tallinn, 1893-N¨²remberg, 1946). Se publican en una edici¨®n cuidad¨ªsima y apasionante a cargo de los historiadores alemanes J¨¹rgen Matth?us y Frank Bajohr (Alfreg Rosenberg, diarios 1934-1944, Cr¨ªtica).
Como las cartas privadas del jefe de las SS, los diarios del ide¨®logo del nacionalsocialismo y ministro para los Territorios ocupados del Este ¨CRosenberg aunaba como nadie teor¨ªa y praxis- constitu¨ªan un material en buena medida in¨¦dito. La mayor parte de dichos diarios, el reverso del de Anna Frank, por as¨ª decirlo, se hallaban desaparecidos desde el proceso de N¨²remberg, donde Rosenberg fue juzgado con el resto de la cr¨ºme del hitlerismo y condenado a la horca. Cuatrocientas p¨¢ginas manuscritas se las hab¨ªa quedado, como souvenir y valiosa fuente documental para sus propias publicaciones, el representante de la acusaci¨®n Robert M. W. Kempner que las mantuvo en su poder hasta morir en 1993. No fue sino hasta 2013 que el Gobierno estadounidense consigui¨® confiscar el material y entregarlo al Museo Memorial del Holocausto de EE UU.
Los diarios se hallaban desaparecidos desde el proceso de N¨²remberg, donde Rosenberg fue juzgado y condenado a la horca
El del Reichsleiter Alfred Rosenberg, ¡°padre de la Iglesia del nacionalsocialismo¡± y ¡°guardi¨¢n del Este¡±, como lo denominaba el propio Hitler (¨¦l se ve¨ªa sin falsa modestia como ¡°la encarnaci¨®n del programa¡± nazi), es el ¨²nico diario personal de un alto dignatario del III Reich que se conoce, junto con el de Joseph Goebbels, con el que curiosamente manten¨ªa una relaci¨®n de odio mutuo, expresado en las anotaciones de ambos, llenas de descalificaciones hacia el camarada. Rosenberg llama al ministro de Propaganda ¡°foco de pus¡± y lo considera en su diario un ¡°lastre moral del nacionalsocialismo¡± (!) por su rijoso comportamiento con las mujeres, compar¨¢ndolo -de acuerdo con las obsesiones nazis- ¡°con el los directores generales jud¨ªos que coaccionaban sexualmente a sus empleadas¡±. El otro gran centro de sus descalificaciones es el vanidoso ministro de Exteriores Von Ribbentrop, al que no duda en denominar ¡°idiota¡± ¨Cen N¨²remberg los ejecutaron a los dos sin hacer distinciones-. En cambio se llevaba relativamente bien con Goering, que no es que fuera un hombre f¨¢cil. De Bormann critica sus ¡°modales de le?ador¡±.
La edici¨®n de los diarios del que ha sido considerado, por su intento de sistematizaci¨®n y rigor doctrinario, el Pablo de Tarso del nazismo de manera extraordinariamente contextualizada y con el a?adido de documentos que completan la figura del siniestro y odioso personaje. Esto es importante porque en los diarios propiamente dichos uno buscar¨¢ infructuosamente referencias claras y directas al Holocausto, del que Rosenberg fue uno de los perpetradores. La edici¨®n incluye, por ejemplo ¨Cdocumento 13-, el texto de su discurso del 18 de noviembre de 1941 en el que afirma que la ¡°cuesti¨®n jud¨ªa¡±, "solo puede resolverse mediante la eliminaci¨®n biol¨®gica¡±. Mientras que en otro documento que se adjunta (9), el Acta del debate sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica del Ostland en la reuni¨®n con el ministro del Reich Rosenberg, del 1 de agosto de 1941, se se?ala que en Lituania ¡°se ha liquidado a unos diez mil jud¨ªos¡±.
En los diarios, Rosenberg se muestra como un individuo fatuo, ambicioso y arrogante, encantado de conocerse, pagado de s¨ª mismo hasta la megaloman¨ªa (¡°mi nombre lo dice todo¡±, ¡°esta ¨¦poca no est¨¢ preparada para o¨ªrme¡±), inmisericorde e insensible y a la vez de un grotesco sentimentalismo en su servil relaci¨®n con Hitler ¨Cen las entradas anota cuidadosamente (y pat¨¦ticamente) cada muestra del favor de del F¨¹hrer, incluidas palmadas en el hombro, apretones calurosos de mano y palabras de aliento o afecto (¡°Rosenberg es una mente privilegiada¡±)- .
En un pasaje explica que le saltan las l¨¢grimas al recibir el Premio Nacional, en otro se felicita por el ¨¦xito de su libro El mito del siglo XX, la segunda Biblia del nazismo con el Mein Kampf y destaca su propio liderazgo espiritual sobre el movimiento.
En las entradas, el ministro anota cuidadosamente cada muestra de favor del F¨¹hrer, incluidas palmadas en el hombro
El tipo ca¨ªa mal hasta a la mayor¨ªa de los propios nazis ¨Cque se re¨ªan de sus ¨ªnfulas de pensador (era, seg¨²n lo defini¨® uno de sus subordinados, con notable iron¨ªa, el ¨²nico de la c¨²pula del partido que se tomaba el nacionalsocialismo completamente en serio)-. Pero no hay que subestimarlo. En realidad acumul¨® un enorme poder, en especial con la ¡°gran misi¨®n¡± que le encomend¨® Hitler en el Este ¨Cconvirti¨¦ndolo en pr¨¢cticamente virrey en un territorio desde el B¨¢ltico hasta el Caspio, casi toda la Uni¨®n Sovi¨¦tica europea, con 180 millones de personas, dividido en dos comisariados-, y fue directamente responsable de sufrimientos sin cuento, legitimando adem¨¢s la pr¨¢ctica criminal del r¨¦gimen. ¡°Las leyes de la historia son duras¡±, escribe.
Muchas de las p¨¢ginas de los diarios est¨¢n dedicadas a explicar sus pugnas con otras instancias del III Reich para conseguir ¨¢reas de dominio. Notable es el pulso con Himmler para subordinar la actividad de la polic¨ªa y las SS a su ¨¦gida pol¨ªtica. No le importaba que los hombres del Reichf¨¹hrer mataran a diestro y siniestro en los territorios que ¨¦l administraba, pero deb¨ªan hacerlo respetando su autoridad nominal. Los diferentes planes nazis para Ucrania y el C¨¢ucaso, que detalla, resultan hoy de especial significancia. A partir de 1944 se observa una p¨¦rdida de su influencia y un alejamiento del amado F¨¹hrer (Hitler ya no le recibe). En varias entradas en 1943 describe los efectos de los bombardeos Aliados sobre Alemania, y en 1944, el atentado del 20 de julio (¡°crimen ¨²nico en la historia¡±).
Los diarios est¨¢n llenos de pasajes de enorme inter¨¦s. Como el del caso Hess, ¡°uno de los episodios m¨¢s incre¨ªbles del NSDAP (el partido nazi) al que no le faltan episodios raros¡±, como anota con humor no pretendido. Rosenberg se?ala que ¨¦l fue el ¨²ltimo en hablar con el lugarteniente de Hitler antes de que partiera en 1941 para su extra?o vuelo a Inglaterra. Achaca la empresa de Hess a que ¨¦ste ¡°se hab¨ªa adentrado en un mundo irreal a causa de su inter¨¦s en los astr¨®logos, curanderos, etc¨¦tera¡±.
"Al abrirse la puerta, Hitler se abalanz¨® sobre R?hm grit¨¢ndole: '?Est¨¢ usted detenido, cerdo!"
De la Noche de los Cuchillos Largos, la eliminaci¨®n de R?hm y la c¨²pula de la SA en 1934. explica que Hitler, tras fingir la voz para que el viejo camarada de lucha le abriera la puerta, se abalanz¨® sobre R?hm, que estaba tendido en la cama, grit¨¢ndole ¡°?Est¨¢ usted detenido, cerdo!¡±; y c¨®mo despu¨¦s, al hallar a otro l¨ªder SA en ¡°actitud homosexual¡± agarr¨® al ¡°joven prostituto¡± que besaba a su amante en la espalda y lo lanz¨® con asco contra la pared, antes de hacerlos fusilar.
Son reveladoras las anotaciones que hace durante los JJ OO de Berl¨ªn de 1936 sobre la indignaci¨®n racista de varios altos invitados brit¨¢nicos con los atletas estadounidenses negros que les arrebatan las medallas a sus deportistas. Rosenberg se muestra muy complacido con esa actitud.
La lucha contra el cristianismo ¨Ccomo rival de la nueva religi¨®n nazi- y especialmente contra Roma es una de las obsesiones que aparecen reflejadas en los diarios, al igual que el ¡°judeo-bolchevismo¡±. Rosenberg reivindica a Nietzsche, le pega alg¨²n viaje a Wagner (tiene dudas con Tannh?user) y explica c¨®mo su equipo de operaciones especiales (el Comando Reischleiter Rosenberg) depreda el patrimonio cultural y art¨ªstico jud¨ªo, incluidos ¡°Rembrandt, Rubens, Vermeer, Fragonard, Goya, etc¨¦tera¡±.
El 2 de abril de 1941 recoge su nombramiento para los territorios del Este, que Hitler esencializa con la frase: ¡°?Rosenberg, esta es su oportunidad!¡±. ¡°Millones¡ y con ello el destino de sus vidas se pone en mis manos¡±, anota entusiasmado y a?ade ominosamente: ¡°Que alg¨²n d¨ªa millones de extra?os maldigan la realizaci¨®n de esta necesidad¡±.
Numerosas referencias a Espa?a
Sorprenden las numerosas referencias del ¡°Profeta del Reich¡±, a Espa?a. Le preocupa en 1936 que Franco ¡°no quiera saber nada de antisemitismo¡±, sin que est¨¦ claro si es ¡°por respeto a sus jud¨ªos marroqu¨ªes o porque todav¨ªa no ha comprendido que el juda¨ªsmo se est¨¢ vengando de Isabel y Fernando¡±. Revela conversaciones con el joven Primo de Rivera. Y se pregunta ¡°si los generales ganan, ?sabr¨¢n distanciarse de la Iglesia?¡±.
El 26 de septiembre del mismo a?o anota que un piloto de la Legi¨®n C¨®ndor ha conseguido lanzar suministros en el patio del Alc¨¢zar de Toledo, prefigurando lo que tratar¨¢ de hacer luego la Luftwaffe en Stalingrado.
Se?ala que Franco tendr¨¢ que realizar una reforma agraria y ¡°las 34 familias a las que pertenece Espa?a deber¨¢n entregar el 50 % de sus tierras¡± para evitar otra revoluci¨®n. Apunta que los franceses y los ingleses ante la eventualidad de que gane la Guerra Civil un aliado de Alemania y de Italia ¡°har¨¢n todo cuanto est¨¦ en sus manos para al menos convertir Catalu?a en un estado de contenci¨®n¡±.
En 1938 anota la visita del l¨ªder de Falange, sin identificarlo, y dice que los falangistas aspiran a crear un papado propio con sede en Toledo.
Babelia
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