Venecia, capital de Am¨¦rica Latina
El festival del cine propone 10 pel¨ªculas de directores nacidos en esa zona, dos de ellas en la competici¨®n oficial
El idioma castellano es de los m¨¢s ricos. Cuenta con palabras para describir pr¨¢cticamente todo. Sin embargo, hay un concepto tan complejo que ni la lengua es capaz de resumirlo en un solo t¨¦rmino: la p¨¦rdida de un hijo. Hay viudos, hay hu¨¦rfanos, pero los padres que entierran a su heredero no tienen definici¨®n. Quiz¨¢s una c¨¢mara sirva mejor que un diccionario para explicar tama?o drama. As¨ª que con unas (pocas) palabras y sobre todo im¨¢genes, el filme chileno La memoria del agua intenta asumir este reto. Y, de paso, mostrar una de las much¨ªsimas facetas que el cine latinoamericano ha tra¨ªdo hasta la 72? edici¨®n del festival de Venecia.
Son hasta 10 los directores que cuentan en La Mostra el mundo visto desde Am¨¦rica Latina. Una olla enorme, donde se cuece un potpourri con decenas de ingredientes distintos: drama, retratos intimistas, cine documental, poes¨ªa visual, violencia, risas. Todo con un hilo conductor, al menos seg¨²n Mat¨ªas Bize, director chileno de La memoria del agua: ¡°Hay un sello, somos autores hablando de verdad de sus temas, con una mirada muy personal¡±.
Al fin y al cabo, el propio director del festival, Alberto Barbera, no se cansa de repetir que all¨ª se halla el futuro. ¡°Las pel¨ªculas m¨¢s interesantes nacen en Am¨¦rica Latina, el ¨²nico cine que est¨¢ contando cosas nuevas y proponiendo talentos con estilos distintos¡±, declar¨® antes del comienzo del certamen a EL PA?S. Y su visi¨®n se refleja, m¨¢s que nunca, en su selecci¨®n de los filmes.
Ante todo, hay dos pel¨ªculas latinoamericanas en la competici¨®n por el Le¨®n de Oro. Por un lado, El clan, de Pablo Trapero, acogida con aplausos y con cierta incredulidad frente a una historia real y sin embargo alucinante: la de los Puccio, una familia que en la Argentina de los ochenta llev¨® a cabo una serie de secuestros y asesinatos. Y, luego, Desde all¨¢, filme de debut del venezolano Lorenzo Vigas, sobre un hombre que paga a j¨®venes para llev¨¢rselos a casa y tan solo observarlos, sin contacto f¨ªsico.
¡°Hay un movimiento creciente en Am¨¦rica Latina, aunque el cine europeo y el estadounidense siguen produciendo grand¨ªsimos filmes¡±, reivindica Guillermo Francella, protagonista de El clan. En concreto, su Argentina natal contribuye con otras dos pel¨ªculas al certamen: 55 pastillas, cortometraje de Sebasti¨¢n Muro, y Mate-me por favor, de la brasile?a Anita Rocha Da Silveira, coproducida justamente con Brasil y que analiza la violencia a trav¨¦s de los ojos de una ni?a de R¨ªo de Janeiro; ambas se exhiben en Horizontes, el segundo apartado del festival.
De la colaboraci¨®n entre distintos pa¨ªses de la zona se beneficia tambi¨¦n otro cineasta brasile?o, Gabriel Mascaro: ha podido sacar adelante su Boi Neon gracias a fondos procedentes de Brasil y Uruguay. ¡°No creo que haya una identidad nacional ni me gusta hablar de cine en t¨¦rminos diplom¨¢ticos, prefiero basarme en si un filme me afecta o no¡±, matiza el cineasta, cuyo filme se proyecta en Horizontes y se centra en la Vaquijada, un deporte extremadamente popular en su pa¨ªs que consiste en intentar tumbar a un toro agarr¨¢ndole por la cola.
Mascaro a?ade que por lo menos en su Brasil natal se ha ¡°democratizado¡± el acceso a los fondos para levantar los proyectos. Que un joven de Recife como ¨¦l pudiera rodar una pel¨ªcula y llevarla hasta Venecia ¡°hace 15 a?os era imposible¡±. Y tambi¨¦n de Brasil procede Tar¨¢ntula, cortometraje de Aly Muritiba y Marja Calafange.
El otro dominador tradicional del cine latinoamericano, M¨¦xico, ha tra¨ªdo a tres creadores hasta Venecia. Al maestro Arturo Ripstein, que presenta su ¨²ltima fatiga, La calle de la amargura, se suman Rodrigo Pl¨¢, que inaugur¨® Horizontes con El monstruo de mil cabezas, y Mariana Arriaga, con el corto En defensa propia. Entre luchadores, amenazas, pistolas y frustraci¨®n contra el sistema, cuentan historias t¨ªpicas de sus tierras, y que sin embargo entiende todo el planeta.
¡°Son autores muy arraigados a la realidad de sus pa¨ªses, que narran tramas que se vuelven universales en el momento en que cuentan la verdad de un contexto particular. El secreto del buen cine est¨¢ ah¨ª¡±, defend¨ªa Barbera a este peri¨®dico hace una semana. Aunque Benjam¨ªn Vicu?a, protagonista chileno de La memoria del agua junto con la espa?ola Elena Anaya, invita a ampliar el foco: ¡°Estoy orgulloso de este movimiento. Pero creo que se puede incluir a Espa?a y hablar de cine hispanoamericano. Me encantar¨ªa que hubiese un gran mercado com¨²n de todas estas pel¨ªculas¡±.
Quiz¨¢s sea justamente esa la asignatura pendiente. Aunque Espa?a coproduce tanto El clan como el filme de Ripstein. Y la pel¨ªcula Zonda, del maestro espa?ol Carlos Saura, est¨¢ producida por Argentina. Ida y vuelta sobre el oc¨¦ano. El viaje acaba de empezar.
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