El tiempo del ej¨¦rcito

En Vida y muerte del coronel Blimp, obra maestra de Michael Powell y Emeric Pressburger del a?o 1943, el coronel protagonista, sorprendentemente, se llama Clive Candy. De hecho, nadie en la historia se apellida Blimp, lo que siempre choca cuando se ve por vez primera la pel¨ªcula. Semejante genialidad a la hora de titular alud¨ªa en realidad a un t¨¦rmino calificativo de la ¨¦poca con el que se defin¨ªa a militares anclados en m¨¦todos del pasado y grandes defensores de las colonias; peyorativa categor¨ªa militar, casi un insulto, a la que tambi¨¦n parece estar dedicada Reina y patria, ¨²ltima pel¨ªcula del octogenario John Boorman, aunque ¨¦sta est¨¦ ambientada una d¨¦cada despu¨¦s del final de Blimp, y otorgue menos cari?o hacia sus criaturas que el impuesto por los arqueros Powell y Pressburger, que sencillamente presentaban unos nost¨¢lgicos antih¨¦roes incapaces de sentirse part¨ªcipes del tiempo que les hab¨ªa tocado vivir. Boorman, en cambio, y a pesar de que ambos relatos acaben coincidiendo tambi¨¦n en ser aparentes pel¨ªculas de guerra que en realidad esconden una oda a la amistad y al amor perdido, los destroza.

Continuaci¨®n de Esperanza y gloria, exitosa producci¨®n autobiogr¨¢fica de Boorman de 1987, finalista en los Oscar de aquel a?o, bonita pero con un agudo proceso de envejecimiento en sus formas, Reina y Patria presenta a aquel ni?o protagonista como un joven en edad militar. Y ah¨ª, en sus a?os de reclutamiento, a esos Blimps que en tiempos de amenaza nuclear siguen anquilosados en risibles c¨®digos de conducta, capaces de castigar a alguien por su "mutismo insolente", o de aplicar un consejo de guerra a los ladrones de un reloj. El tiempo, como absurda met¨¢fora. Una pel¨ªcula m¨¢s acad¨¦mica que cl¨¢sica, de s¨®lido empaque narrativo, de viejo zorro que sabe contar un relato, pero de una pulcritud un tanto acartonada. El tiempo, de nuevo.

"Nuestro pa¨ªs est¨¢ jodido con vosotros", clama la vieja generaci¨®n. "Su pa¨ªs, se?or, no el nuestro", escupe la nueva. Y as¨ª, hasta conformar un melodrama rom¨¢ntico en tiempos de Guerra Fr¨ªa, y caliente, pues Corea estaba por ah¨ª, con el que se demuestra que, a pesar de todo, en el Reino Unido hay cosas que tardan en cambiar: en su desarrollo los protagonistas celebran la llegada al trono de la reina Isabel. Pues eso, el tiempo.