La escena sevillana rinde tributo a Rafael Amador
Una veintena de artistas de flamenco y rock homenajean al m¨²sico de Pata Negra
El mundo sevillano de la m¨²sica rinde un multitudinario tributo a Rafael Amador, el guitarrista y cantante que, junto a su hermano Raimundo, fund¨® Pata Negra, el grupo de fusi¨®n flamenca o rock gitano que llen¨® la d¨¦cada de los ochenta con unos discos impactantes, plenos de frescura y vitalidad, resultado de un mestizaje espont¨¢neo y natural. Adem¨¢s, portaban un mensaje transgresor y, por momentos, un toque de chufla. La fiesta que ofrecieron los Amador acab¨® con el cambio de d¨¦cada, pero sus creaciones han permanecido como objeto de culto dentro de la historia del rock espa?ol del siglo XX. Raimundo sigui¨® una carrera en solitario, en tanto la estela de su hermano menor se fue apagando con los a?os ayudada por su modo de vida.
Llegado el momento de la solidaridad, la Sevilla musical no ha dudado en unirse a un homenaje que se celebr¨® ayer en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo. En ¨¦l figuraron personajes del mundo del flamenco ¡ªLa Farruca, Lole Montoya, Esperanza Fern¨¢ndez, Ricardo Mi?o, Juan Jos¨¦ Amador, Jos¨¦ Valencia, Enrique El Extreme?o, Carmelilla Montoya y Segundo Falc¨®n¡ª y tambi¨¦n del rock, con figuras como Gualberto (ex del pionero grupo Smash), el guitarrista El P¨¢jaro o el hist¨®rico grupo Storm. Tampoco falt¨® el hip-hop de SFDK o el funk de O¡¯funk¡¯illo. Y, por supuesto, la familia de Rafael, Los Amador, con una numerosa presencia y con sus hermanos Raimundo y Diego al frente. Un reconocimiento al miembro de la estirpe y al momento dorado y desenfadado que Pata Negra represent¨®.
La llegada de los Amador al coraz¨®n de Sevilla a mediados de los setenta es recordada por cuantos se mov¨ªan en los escasos garitos musicales de finales del franquismo. Procedentes del Pol¨ªgono Sur ven¨ªan a buscarse la vida, sin verg¨¹enza y con mucho desparpajo, por los bares del centro. Ricardo Pach¨®n cuenta que los recuerda con 11 y 12 a?os y admite que desde el primer d¨ªa comprendi¨® ¡°que estaba ante algo nuevo¡±. Con el tiempo, habr¨ªa de producirles casi toda su discograf¨ªa: Pata Negra (1981), Rock gitano (1982), Guitarras callejeras (1986, aunque grabado en 1979), y el fundamental Blues de la frontera (1988), disco del a?o o de la d¨¦cada para las revistas especializadas y reflejo de un momento irrepetible. Para el productor, ¡°los hermanos Amador aprendieron la esencia del blues del delta, del rock o del jazz manouche. Escuchaban con la misma devoci¨®n a Juan Talega con Diego del Gastor que a Bob Dylan con The Band o a Janis Joplin. La fusi¨®n flamenca estaba servida¡±.
Kiko Veneno ?se encontr¨® con los Amador cuando ten¨ªan 15 y 16 a?os y termin¨® grabando su trascendental disco de debut de 1977. ¡°Vi en ellos una fuerza r¨ªtmica y una intuici¨®n que, de forma rara pero muy especial, casaba con la m¨ªa. Yo apenas sab¨ªa tocar, pero con ellos me sent¨ªa libre de inventar acordes y mis canciones tomaban en sus manos un car¨¢cter fuerte y, a la vez, novedoso¡±. Reconoce que su principal enganche era Raimundo (¡°est¨¢bamos todo el d¨ªa tocando¡±), pero que despu¨¦s Rafael se incorpor¨® a Veneno y compartieron la misma pasi¨®n por la m¨²sica y la guitarra¡±.
Tanto el m¨²sico como el productor vienen a coincidir en los especiales valores de Rafael Amador. ¡°Era puro arte e intuici¨®n¡±, opina Kiko, ¡°ten¨ªa un don especial para la guitarra. Era emocionante cuando tocaba el bajo y cantaba a la vez, eso solo lo hacen los fen¨®menos¡±. Pach¨®n, por su parte, piensa que Rafael era el mejor showman del pa¨ªs: ¡°Cantando, con la Fender entre las manos y las piernas abiertas, en el frontal del escenario, era el rockero mejor plantao¡±.
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