Un futuro para la industria musical
En Silicon Valley hay empresarios que entienden la necesidad de un negocio musical activo y estable
Ya saben que se estrenan dos pel¨ªculas sobre Steve Jobs: un biopic basado en el famoso libro de Walter Isaacson y un documental supuestamente cr¨ªtico, The Man in the Machine. Me pregunto si alguna de ellas reflejar¨¢ la visi¨®n de Jobs sobre la industria musical, aunque sea de refil¨®n.
Pregunta ret¨®rica, desde luego: en la biograf¨ªa de Isaacson se presta m¨¢s atenci¨®n al rollito entre Jobs y Joan Baez. La de Apple es una cultura imperial, que no disimula su desprecio por los territorios conquistados. Y Jobs hizo pasar por el aro a las multinacionales musicales. Una vez sometidas, parec¨ªa que lo ¨²nico que interesaba era el acceso que le proporcionaban a sus ¨ªdolos, como Bob Dylan, no si el sistema que hab¨ªa implantado permitir¨ªa que conoci¨¦ramos a los Bob Dylan del futuro.
Estoy exagerando, claro. En Silicon Valley hay empresarios que entienden la necesidad de un negocio musical activo y estable. Como Dave Goldberg, que incluso trabaj¨® en la discogr¨¢fica Capitol. Goldberg hab¨ªa reflexionado mucho sobre el modelo de disquera con posibilidades en el entorno digital. Lo desarroll¨® en un memor¨¢ndum para Michael Lynton, directivo de Sony. El documento, como suele ocurrir, se ha filtrado. Sintetizo sus propuestas a modo de dec¨¢logo:
1.La m¨²sica est¨¢ en v¨ªas de convertirse en un producto puramente digital. Las compa?¨ªas necesitan transformarse para ese futuro.
2.No conviene renunciar prematuramente a los soportes f¨ªsicos pero los digitales tienen prioridad.
3.El negocio central es el cat¨¢logo, m¨²sica con m¨¢s de cinco a?os de antig¨¹edad. Su explotaci¨®n funcionar¨ªa como una empresa aparte.
4.Urge limitar los lanzamientos de nuevos artistas. Solo se mantendr¨¢n los que produzcan beneficios. No estar¨¢n subvencionados por los ingresos del cat¨¢logo.
5.Esos lanzamientos deben ser baratos, con contratos de duraci¨®n limitada y mayor equidad en el reparto de beneficios (40/60, sugiere).
6.No interesan especialmente las superestrellas que exijan, por contrato, grandes inversiones. En todo caso, sus productos pasar¨ªan por pruebas de mercado.
7.Las sucursales internacionales prescindir¨¢n del producto local, excepto cuando den beneficios extraordinarios.
8.Urge facilitar el negocio de las plataformas de streaming o ventas digitales, crecer con ellas en vez de asfixiarlas.
9.Invertir en tecnolog¨ªa para prescindir de las sociedades de gesti¨®n de derechos, tipo BMI o ASCAP (?o SGAE!). Sus servicios son en realidad un impuesto.
10.El principio subyacente en todo lo anterior es la reducci¨®n de plantilla. Una discogr¨¢fica necesitar¨ªa globalmente unos centenares de empleados, no unos miles.
No hace falta que lo griten: a m¨ª tambi¨¦n me producen escalofr¨ªos muchos de los planteamientos. Debo a?adir que Goldberg inclu¨ªa proyecciones de m¨¢rgenes de beneficios que hac¨ªan atractiva su propuesta. Pero no lleg¨® a verla aceptada: en mayo, de vacaciones en M¨¦xico, se mat¨® en un accidente est¨²pido.
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