Cuando el Toro de la Vega estuvo prohibido por el franquismo

Durante varios a?os, el Toro de la Vega se celebr¨® en Tordesillas como un encierro en el que al concluir el toro no mor¨ªa. En teor¨ªa, la prohibici¨®n de matarlo estuvo vigente entre 1964 y 1977, aunque en la pr¨¢ctica s¨®lo fue efectiva entre 1966 y 1970. Fue en 1963 cuando se promulg¨® la Circular 32/1963, firmada por Manuel Fraga Iribarne, que prohib¨ªa taxativamente todos los espect¨¢culos que conllevaran maltrato animal, incluso aquellos que, como en este caso, tuvieran car¨¢cter tradicional. El sentido que animaba su circular era el de prohibir cualquier fiesta taurina que no fuera la corrida de toros comercial "normativizada", tratando de establecer as¨ª una separaci¨®n radical entre el "arte" de las corridas de toros, que se deseaba prestigiar, y el salvajismo y mal gusto del resto de festejos populares y tradicionales en los que el toro ten¨ªa protagonismo, que se pretend¨ªa erradicar.

En 1964, en Tordesillas se registraron serios enfrentamientos entre los vecinos y los agentes de la Guardia Civil que se desplegaron por la localidad vallisoletana el d¨ªa que se celebraba el torneo. Pese a la prohibici¨®n establecida el a?o anterior, dos lanceros mataron al toro aquel septiembre de 1964 tras una hora de persecuci¨®n. Acabaron detenidos y algunos testimonios se?alaron que fueron golpeados en el cuartelillo.

Un a?o despu¨¦s, en 1965, se desobedeci¨® de nuevo a la autoridad. El siguiente relato forma parte de la cr¨®nica publicada aquel a?o en el diario local Libertad, recogida en un reciente art¨ªculo publicado en el Norte de Castilla por el profesor de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Valladolid Enrique Berzal: "Se sac¨® a un toro que, por falta de visi¨®n, hubo de ser sustituido por otro que nada m¨¢s llegar a la calle de San Antol¨ªn corne¨® a un mozo; lo peor vino despu¨¦s; el toro lleg¨® hasta el puente y alcanz¨® los corrales sin pena ni gloria. En vista de ello, se at¨® al verdadero Toro de la Vega, el cual fue llevado desde el puente hasta el pueblo, fue soltado e inmediatamente lanceado, cuando la res se encontraba sin fuerza alguna".

La paciencia de las autoridades se agotaba tras dos a?os consecutivos de desobediencia. En 1966, el Ayuntamiento de Tordesillas se comprometi¨® ante la autoridad gubernativa a que no habr¨ªa "ninguna lesi¨®n, y por lo tanto, las reses no sufrir¨¢n agresi¨®n de golpes o heridas, quedando en consecuencia reducido el espect¨¢culo a la conducci¨®n o encierro."

El consistorio trataba as¨ª de salvar "una tradicional y centenaria costumbre que al ser humanizada en la forma que se propone, permitir¨ªa al pueblo de Tordesillas por este a?o, poder continuar dicha tradici¨®n, que les es tan querida." Este documento se redact¨® el 5 de septiembre de 1966. Seg¨²n el profesor Berzal, unos d¨ªas m¨¢s tarde, el servicio de informaci¨®n de la Guardia Civil de Valladolid se?alaba en una nota informativa que "al no conseguir la comisi¨®n de unos 30 individuos representando al Municipio, el Comercio, el Consejo Local de Falange Tradicionalista y de las JONS, etc., la autorizaci¨®n correspondiente del Excmo. Gobernador Civil, el d¨ªa 8 sali¨® una comisi¨®n integrada por el alcalde, dos concejales y un miembro del Consejo Local de FET y de las JONS, quienes en Madrid consiguieron del director general de Pol¨ªtica Interior, se?or Aramburu, influyese cerca del Gobernador Civil de esta provincia para que autorizara la celebraci¨®n del festejo, logr¨¢ndolo, si bien sujeto a una nueva modalidad y bastante restringido el modo de correrlo".

As¨ª pues, finalmente se celebr¨® el Toro de la Vega de 1966 el d¨ªa 13 de septiembre, pero los participantes persiguieron al toro escoltados por la polic¨ªa secreta, la Polic¨ªa Armada y la Guardia Civil, para evitar su muerte. Este torneo descafeinado no gustaba en el pueblo. El Norte de Castilla se hizo eco de las quejas de los vecinos en aquellos a?os sesenta: "Ahora, mire usted, ya esto no es como antes. La prueba es que cada a?o viene menos gente. El toro, ahora, tiene la vida ganada de antemano. Y el Toro de la Vega es, o era, la lucha de un buen atleta por la vida. Dicen que no se puede matar porque el toro sufre mucho. ?Y esas corridas en que se les pincha una y otra vez, se les pica, se les apuntilla? ?Ah¨ª qu¨¦ pasa?".

En 1970, la presi¨®n de algunas autoridades locales y el deseo de los tordesillenses lograron la permisividad gubernamental para que el torneo pudiera terminar con la muerte del toro. Desde entonces se ha seguido celebrando con el desenlace actual, aunque la circular de 1963 no se derog¨® hasta 1977. El Toro de la Vega es Fiesta de Inter¨¦s Tur¨ªstico Nacional desde 1980.

En una primera versi¨®n de este art¨ªculo no se precisaba que el autor del art¨ªculo de El Norte de Castilla del que se extrajo parte de la informaci¨®n es el profesor de la UVA Enrique Berzal.