La punta del iceberg

El 15 de julio de 2013, en su segunda comparecencia ante el juez Pablo Ruz en la Audiencia Nacional, el ex-tesorero del Partido Popular Luis B¨¢rcenas emprendi¨® el sistem¨¢tico desmantelamiento de sus propias afirmaciones en la primera declaraci¨®n. El radical cambio en su estrategia de defensa fij¨® uno de los momentos culminantes en la narrativa de la corrupci¨®n que determina todo relato pol¨ªtico sobre la Espa?a reciente. El potencial dram¨¢tico de la situaci¨®n -con un acusado dispuesto a tirar de la manta en una cuerda floja autodestructiva y un juez en tenso estado de alerta ante las zonas de sombra del discurso- no le pas¨® por alto al dramaturgo Jordi Casanovas, que, a partir de un concienzudo trabajo de poda y construcci¨®n dramat¨²rgica, convirti¨® la transcripci¨®n sumarial de la declaraci¨®n en Ruz/B¨¢rcenas, montaje teatral bajo direcci¨®n de Alberto San Juan, que se estren¨® en el madrile?o Teatro del Barrio antes de girar, con notable ¨¦xito, por el resto de la pen¨ªnsula.

Probablemente, del material en bruto de esa transcripci¨®n se podr¨ªa destilar una arquitectura dram¨¢tica con la resonante elocuencia del discurso de Marco Antonio en el Julio C¨¦sar de Shakespeare o con la eficacia narrativa del Frost/Nixon de Peter Morgan, pero Casanovas tom¨® la decisi¨®n de manipular lo m¨ªnimo ese ¨ªgneo punto de partida: ¡¤No se ha a?adido ninguna informaci¨®n que no est¨¦ contenida en la transcripci¨®n. Solamente se han modificado, recortado o reestructurado algunos fragmentos", se pod¨ªa leer en el programa de mano. Un ejercicio, pues, de algo aparentemente parad¨®jico ¨Cteatro documental¨C, pero, a la vez, cargad¨ªsimo de sentido. Tal y como escrib¨ªa Marcos Ord¨®?ez en este peri¨®dico: "Un texto que le¨ªdo puede resultar tedioso, pese a su evidente inter¨¦s, apasiona al subir a un escenario: por los silencios, las pausas, la gradaci¨®n de la tensi¨®n. Esas cifras y esos nombres adquieren otro peso a trav¨¦s de la narraci¨®n actoral, y trazan un dibujo corp¨®reo y tremendo. Aqu¨ª te educan en la escucha, y la escucha te hace ver. ?sa es la esencia del teatro, desde su etimolog¨ªa griega: el lugar donde se hace ver".

Y, precisamente, lo que m¨¢s se hace ver en la pel¨ªcula que el debutante en el largo David Ilundain ha realizado a partir del montaje original son la desbordada expresividad de Pedro Casablanc (B¨¢rcenas) y la tensa contenci¨®n de Manolo Solo (Ruz), fuego y hielo en un pulso dial¨¦ctico que funciona como punta de iceberg de un patol¨®gico estado de la cuesti¨®n. La pel¨ªcula contextualiza lo que en escena era confrontaci¨®n abstracta en un espacio realista. Desafortunadamente, en ese cambio comprensible hay una contrapartida: Ilundain contrapuntea el cuerpo del discurso con irrelevantes y rutinarios planos de reacci¨®n de los asistentes, que restan contundencia al conjunto.