Pablo Larra¨ªn: ¡°El club¡¯ est¨¢ hecha para levantar susceptibilidades¡±

"Y vio Dios que la luz era buena, y separ¨® a la luz de las tinieblas", dice el vers¨ªculo cuatro del primer cap¨ªtulo del G¨¦nesis. Pero por desgracia, quienes deber¨ªan de velar por esa separaci¨®n, porque al fin y al cabo son los guardianes de la religi¨®n cat¨®lica, los sacerdotes, en algunos casos producen ellos mismos las penumbras. Ese vers¨ªculo se lee al inicio de El club, de Pablo Larra¨ªn (Santiago de Chile, 1976), una pel¨ªcula a caballo entre el drama y el thriller que describe la vida de unos curas con pasados ped¨®filos, de una monja que les cuida, sacerdotes escondidos por la jerarqu¨ªa cat¨®lica en un peque?o pueblo costero.

Hace ocho meses que El club gan¨® el Gran Premio del Jurado en Berl¨ªn, y cuatro desde su estreno en Chile. "Creo que han entendido mi pel¨ªcula, pero es un cine hecho para levantar susceptibilidades, y m¨¢s en mi pa¨ªs", explica el director chileno, el realizador de Tony Manero y candidato al Oscar con No. "Siento que ahora hay un inter¨¦s por mi trabajo, y que la pel¨ªcula ha calado".

Tambi¨¦n es cierto que en Chile ha habido acusaciones contra sacerdotes muy conocidos. "La semana pasada se descubri¨® que el responsable de la Iglesia chilena y su predecesor en el cargo hab¨ªan orquestado todo un sistema de encubrimiento de curas. La pel¨ªcula de repente se convierte en un objeto m¨¢s pol¨ªtico de lo que me hubiera gustado. Hoy, el cine nunca puede ser de denuncia. Yo no quiero cambiar cosas, quiero ense?arlas", asegura Larra¨ªn, que aun as¨ª se enerva ante la huida de la Iglesia de la justicia civil. "No lo dicen as¨ª, pero se entiende que creen que solo tienen que rendir cuentas ante Dios y no ante los hombres. Muchos no pensamos as¨ª, la sociedad laica, nos soliviantamos. En el fondo, hay sacerdotes que no tienen compasi¨®n por las v¨ªctimas, incluso por sus v¨ªctimas". Larra¨ªn a continuaci¨®n se echa a re¨ªr. "Pero de verdad yo vine para conversar sobre cine y no sobre esto". ?l quiere hablar de perturbaci¨®n, de una energ¨ªa c¨ªclica "que provoca que haya humor, que el espectador se cuestione si es apropiado re¨ªrse de algunas cosas o no". A sus personajes los deja en esa penumbra, "un invierno mental", que acent¨²a con una fotograf¨ªa brumosa, "el arma del que nace el tono". Y acaba imponiendo su propia sinopsis: "En realidad, El club es c¨®mo un grupo de hombres lidia con el perd¨®n, que nunca les llegar¨¢ porque no lo tienen en su interior".

El a?o de Larra¨ªn ha sido movido. Tras el estreno de El club ¡ªque llega a Espa?a el 9 de octubre¡ª, ha rodado Neruda, que cuenta la fuga a finales de los a?os cuarenta del entonces senador Pablo Neruda cuando el presidente de Chile ilegaliz¨® el Partido Comunista. Y en esa huida escribe Canto general. "Ha sido un rodaje largu¨ªsimo. Ahora mismo est¨¢ en montaje. Me tiene fascinado, porque no s¨¦ qu¨¦ va a pasar con una pel¨ªcula tan pol¨ªtica como po¨¦tica. Es el momento en que Neruda arma su leyenda literaria y humana. Encarar a Pablo Neruda da miedo, pero al igual que los temas que he tocado antes, y no me ha ido mal".