Pablo Escobar, el villano taquillero

Han pasado 22 a?os desde que los colombianos vieron en sus televisores a Pablo Escobar tendido boca abajo y acribillado por las autoridades en el tejado de la casa donde se escond¨ªa en Medell¨ªn. Era una imagen real, como el enorme da?o que caus¨®, convirti¨¦ndolo en el protagonista de una era nefasta que marc¨® la historia reciente del pa¨ªs. Pero esa imagen del capo (no solo el ca¨ªdo) y de la cultura mafiosa que personific¨®, lejos de desvanecerse, regresa una y otra vez por cuenta del boom de series y pel¨ªculas que han encontrado en la vida de Escobar y en el narcotr¨¢fico una mina de historias y rating.

El mejor ejemplo de ese ¨¦xito se vivi¨® en Colombia con la serie Escobar, el patr¨®n del mal, una producci¨®n local que personific¨® el aclamado actor colombiano Andr¨¦s Parra en 2012. El cap¨ªtulo de estreno ostenta el r¨¦cord de ser el m¨¢s visto en la televisi¨®n privada en el pa¨ªs. Luego, el ¨¦xito se esparci¨® por todo el continente.

Ahora, Netflix, que en Colombia tiene medio mill¨®n de suscriptores, apuesta a otra versi¨®n de Escobar, con la serie Narcos, cuya primera temporada se estren¨® recientemente. Fuera de Colombia ha sido elogiada, pero en el pa¨ªs las cr¨ªticas no faltan. En especial, por el acento extranjero del brasile?o Wagner Moura, quien interpreta al capo. ¡°Los colombianos tenemos una particularidad y es que el pa¨ªs ya hizo su serie y el protagonista tuvo una interpretaci¨®n brillante¡±, dice Germ¨¢n Yances, cr¨ªtico de televisi¨®n. Sin embargo, agrega que tras el rechazo inicial de Narcos, una vez el televidente entiende que es una serie para un p¨²blico global, los acentos se vuelven irrelevantes.

Para Juan Camilo Ferrand, libretista de El patr¨®n del mal y de otras narcoseries como Las mu?ecas de la mafia (2009) o El cartel de los sapos (2012), la propuesta de Netflix despierta curiosidad pero no inter¨¦s. ¡°Los colombianos ya conocen a fondo lo ocurrido con Pablo Escobar: vieron la serie de Caracol TV y han le¨ªdo y visto art¨ªculos de prensa, libros, documentales y testimonios sobre el tema. Adem¨¢s, en este tipo de series, la idiosincrasia colombiana exige que se respete la verdad hist¨®rica, algo que esta no hace¡±, dice.

Ferrand cree que el colombiano est¨¢ saturado del tema, que es repetitivo y con muy poco de nuevo para contar. ¡°La audiencia colombiana est¨¢ ¨¢vida por que la sorprendan de nuevo, como ocurri¨® a?os atr¨¢s cuando empez¨® el tema. Nuestra tarea es encontrar esa novedad¡±, agrega. Por el contrario, Yances dice que las audiencias no son un bloque ¨²nico. As¨ª como hay un grupo cercano a la academia y al sector intelectual que viene rechazando estas series, el televidente com¨²n y corriente las acoge con gran entusiasmo.

Los dos defienden que en Colombia se hayan narrado estas historias. ¡°El pa¨ªs hizo una catarsis al poder contar esos a?os tan dif¨ªciles¡±, dice Yances, aunque acepta que hubiera preferido que las hiciera la televisi¨®n p¨²blica, que ¡°no tiene que modificar la historia para tener audiencias¡±. Ferrand, por su parte, explica que las series que escribi¨® no solo buscaron entretener sino dejar aprendizajes y ¡°despertar conciencias¡±.

Aunque resulte inc¨®modo, la vida de Pablo Escobar parece inagotable para la industria audiovisual. En estos d¨ªas se graba en Colombia la cinta Mena, protagonizada por Tom Cruise, que contar¨¢ la historia del piloto Barry Seal, un esp¨ªa de la DEA que trabaj¨® para el Cartel de Medell¨ªn. ¡°La vida de Escobar atrae porque fue extraordinaria. Es de ese tipo de personajes que deja huella en la memoria colectiva de un pa¨ªs no solo por su fama y su historia, sino por el enorme da?o que le hizo¡±, dice el libretista colombiano.

Escobar es el villano por excelencia. ¡°Es fascinante porque puso en jaque a todo un pa¨ªs y las an¨¦cdotas que giran a su alrededor bordean con lo absurdo y lo macabro¡±, dice el colombiano Andr¨¦s Baiz, que dirigi¨® cuatro de los diez cap¨ªtulos de la primera temporada de Narcos. Baiz no cree que con series como esta se est¨¦ representando al pa¨ªs con el narcotr¨¢fico. ¡°No es labor de la televisi¨®n o el cine servir de propaganda para vender un pa¨ªs¡±. Al contrario, defiende que una buena serie o pel¨ªcula puede servir de espejo para que la sociedad no olvide, reflexione y pueda cambiar. ¡°El hecho de que Narcos haya sido filmada en el pa¨ªs muestra que hemos superado muchos retos del pasado, que tenemos un pa¨ªs hermoso y echado para adelante¡±, concluye.