Homenaje tard¨ªo a Rafael Chirbes
El escritor elogia 'Crematorio', la obra del fallecido Rafael Chirbes
Ten¨ªa desde hace unos a?os en mi biblioteca un ejemplar de Crematorio, la pen¨²ltima novela de Rafael Chirbes. El d¨ªa en que la recib¨ª, al descubrir su extensi¨®n, cuatrocientas p¨¢ginas de letra menuda, no me anim¨¦ a leerla. Mis horarios de lectura se han reducido con la edad: cincuenta p¨¢ginas por d¨ªa. No quiero perder el breve lapso del que dispongo, voy a tiro hecho: lecturas y relecturas de novelas rusas, anglosajonas, alemanas que reviven y me hacen revivir, volver atr¨¢s para seguir adelante. A ra¨ªz de la muerte de Chirbes busqu¨¦ entre mis libros hasta dar con el suyo. Lo he le¨ªdo despacio disfrutando de cada p¨¢gina. Err¨¦ del todo en el momento de su salida y lamento profundamente no haber escrito antes lo que escribo hoy. Cuando ¨¦l estaba a¨²n para comentar con ¨¦l el contenido de su obra.
?C¨®mo compendiar en un par de cuartillas una novela de su amplitud y profundidad? Novela social realista, le¨ª en alguna rese?a. S¨ª y no. El panorama que traza de nuestro pa¨ªs de nuevos ricos, nuevos libres y nuevos europeos es devastador. La costa mediterr¨¢nea espa?ola cubierta de gr¨²as, andamios, chalets adosados, ladrillo y cemento. Zonas urbanizadas o a punto de serlo. Muerte del paisaje, de los olivares, vi?edos y almendros. Especulaci¨®n financiera de antes de la maldita burbuja. Un pa¨ªs colonizado por la corrupci¨®n y el capitalismo global. Pero este encuadre realista no es el del realismo decimon¨®nico que se prolong¨® hasta los a?os cincuenta del pasado siglo. Proust, Joyce y el hurac¨¢n Faulkner han pasado por all¨ª, asociando estrechamente literatura y realidad. El espejismo de Misent es el de una sociedad que fue pueblerina y pobre hasta hace unos sesenta a?os. Una sociedad que ha pasado de la pobreza al boom tur¨ªstico sin haber tenido tiempo de asimilar la brutalidad del cambio. Hoteles cuatro estrellas, pistas de tenis, golf resorts y tambi¨¦n mafias, drogas, puticlubs al borde de las carreteras.
La estructura de la novela se centra en el corto espacio de tiempo que sigue al fallecimiento de su protagonista, Mat¨ªas, al del traslado de sus restos desde el tanatorio hasta el crematorio. Mat¨ªas, hijo de propietarios agr¨ªcolas que fue revolucionario en su juventud, un miembro de la izquierda radical que predicaba la lucha armada antes de pasarse al PC de Carrillo y, desenga?ado de este, reciclarse en el ecologismo, en una vuelta a los or¨ªgenes campesinos de su familia. Y, en torno a Mat¨ªas, entremezclando primera, segunda y tercera persona del verbo, mon¨®logos interiores, galer¨ªas de voces y evocaciones que funden el pasado y presente de los familiares y parientes del difunto.
Chirbes nos descubre su mezquindad e hipocres¨ªa, su af¨¢n de poder y dinero, su hambre de sexo. Con una riqueza de lenguaje y un bagaje cultural muy infrecuente en nuestros predios brinda al lector el desfile de unos personajes que son un reflejo de ese ¡°ayer se fue, ma?ana no ha llegado¡± quevediano, que es el paso del tiempo de silencio al de destrucci¨®n de Luis Mart¨ªn Santos, en una sucesi¨®n de cap¨ªtulos que mantienen en vilo al lector.
Un elemento primordial del texto consiste en su cruda descripci¨®n del paso del tiempo, ese despiadado retrato de la decadencia f¨ªsica, de los estigmas de la vejez en que los lectores de mi edad se reconocen. Una vejez que Chirbes presinti¨® pero no ha llegado a conocer. Al cerrar el libro record¨¦ nuestro breve encuentro de 1981 en Fez, donde ¨¦l era profesor de espa?ol en el centro cultural de nuestro pa¨ªs y hall¨¦ en la primera p¨¢gina de Crematorio una dedicatoria: ¡°Con los viejos rescoldos de nuestra amistad¡±. Ahora la releo con el prop¨®sito de seguir su incentiva empresa literaria con una lectura ¡ªrelectura¡ª de su ¨²ltima novela, En la orilla.
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