El jazz espa?ol saca pecho
Concluy¨® la segunda edici¨®n de jazzE?e en Valencia
Primer concierto de la segunda edici¨®n de JazzE?e. El personal, deambula desorientado por el patio de butacas del Teatro Rialto, joya del racionalismo d¨¦co valenciano recuperado como sala de conciertos. Sobre el escenario, un cuarteto de cuerdas debidamente uniformado acopla los ¡°transductores¡± a sus instrumentos. Do?a Angustias, con un hijo estudiando saxof¨®n, cree haberse equivocado. ¡°?Esto es el festival de jazz?, le pregunta a la acomodadora. Un, dos, tres. El sonido de las cuerdas se convierte en el apocalipsis can¨ªbal por mor de una amplificaci¨®n desbocada. Do?a Angustias mira desconcertada a sus vecinos de butaca. Conoce la canci¨®n. Y, s¨ª, es ¡°I feel good¡±, el himno guerrero del padrino del soul, James Brown, que los arriba presentes han convertido en un algo imposible de traducir en palabras. Llam¨¦moslo jazz, por llamarlo de alg¨²n modo.
Al Aupaquartet -el nombrecito se las trae- les correspondi¨® el honor de abrir la segunda edici¨®n de un Festival-Feria de Muestras con el que se pretende dar a conocer el jazz nacional entre los promotores de festivales del resto del continente. Un total de 12 grupos seleccionados entre las 319 presentados, y 8, los promotores que viajaron a Valencia invitados por la Fundaci¨®n SGAE. Los conciertos se distribuyeron en 3 d¨ªas, del jueves 24 hasta el s¨¢bado 26, a raz¨®n de 2 sesiones dobles por d¨ªa. A los artistas se les exig¨ªa saber idiomas: obligatoria la presentaci¨®n en ingl¨¦s y espa?ol o cualquiera de las lenguas oficiales del Estado. Tras el concierto, el encuentro bis a bis entre artistas y promotores, y si sale un contratito para tocar en Cracovia, mejor que mejor, ¡°y si no¡±, apunta Asier Suberbiola, miembro fundador de Aupaquartet ¡°que nos quiten lo tocao¡±.
Lo que nadie podr¨¢ negar al JazzE?e es su variedad. Aqu¨ª, el que se aburre, es porque quiere. Aunque no todo el mundo opina igual. Rui Neves, director art¨ªstico del festival ¡°Jazz em Agosto¡± lisboeta, encontr¨® ¡°escasa originalidad¡± en las propuestas: ¡°todos son muy buenos m¨²sicos, pero siguen pautas establecidas¡±. Muy al contrario, Margarita Borisova, venida desde Sofia, en Bulgaria, representando al ¡°Jazz Plus Festival¡±, se mostraba encantada con la ¡°atm¨®sfera familiar¡± de un evento ¡°capaz de reunir semejante variedad estil¨ªstica dentro de un idioma com¨²n. Es como echar una vista de p¨¢jaro al jazz que se hace en Espa?a en 3 d¨ªas¡±.
En su edici¨®n de 2015, JazzE?e ha reunido a veteranos y noveles; jazzistas porque el mundo les hizo as¨ª y quienes, se dir¨ªa, han llegado hasta aqu¨ª por accidente. La representaci¨®n centroeuropea y latinoamericana llam¨® la atenci¨®n, por lo numerosa; y es que el ¡°jazzista con e?e¡± nace d¨®nde le da la gana. El caso de Alexey Le¨®n, cubano de nacimiento, ruso por educaci¨®n, y valenciano, porque es aqu¨ª donde tiene su casa y su novia. Saxofonista de raza, lo deja todo para cantar ¡°Zhivopisci¡±, de Bulat Okudzhava, entre l¨¢grimas de emoci¨®n. P¨®ngale un toque cubano al asunto, y tendr¨¢n el cocinado completo; ¡°Yoruba meets Russia¡±, el t¨ªtulo de su primer disco.
En JazzE?e ha podido escucharse a Alb¨¦niz convertido en materia altamente inflamable, d¨ªcese por Carlos Gonz¨¢lez, ¡°Sir Charles¡±, y su proyecto ¡°De Aqu¨ª¡± dedicado a los grandes compositores de nuestra historia: ¡°el jazz est¨¢ en crisis¡±, opina Gonz¨¢lez, ¡°como siempre¡±. Otros que tal, Agusti Fern¨¢ndez, piano; y Luc¨ªa Mart¨ªnez, bater¨ªa y artilugios varios, iluminaron la noche oscura del alma con el m¨¢s luminoso de los silencios en su recital del viernes: ¡°nuestra relaci¨®n va m¨¢s all¨¢ de la complicidad¡±, afirma la pareja que, a nada, estar¨¢n repitiendo concierto en Barcelona (Jamboree Jazz Club) y Madrid (festival de jazz). ¡°Es una ¨ªntima afinidad, o una afinidad ¨ªntima, lo mismo me da que me da lo mismo.¡±
La sesi¨®n del viernes dedicada al jazz made in Valencia nos trajo el ¡°estreno mundial¡± del nuevo tr¨ªo del pianista Albert Sanz, reci¨¦n regresado de una estancia de un a?o en Suiza y a punto de estrenar paternidad. Y, tras ¨¦l, el ¨ªdolo de la afici¨®n local, David Pastor, trompetista y maestro de trompetistas, en su vertiente m¨¢s pinturera y desmelenada, un decir; que si el personal no termin¨® pegando botes por las butacas con su ¡°Nu tunes, old tunes¡±, no fue por falta de ganas, sino de espacio.
En v¨ªsperas de las elecciones, el jazz catal¨¢n se hizo presente en la persona de David Mengual, contrabajista y compositor de personalidad acusada y acusado dominio de s¨ª mismo. Donde otros exhiben b¨ªceps, ¨¦l hace virtud de la lentitud. Mengual y los componentes de su Slow Quartet tocan despacio, muuuy despacio. Y bajito, muuuy bajito. La emoci¨®n, aqu¨ª, va por dentro. Por muy dentro. Nada que ver con el subsiguiente ¡°Imaginando Mir¨®¡± (¡°Imaginant Miro¡±), en el que Ignasi Terraza y su tr¨ªo ofrecieron su particular visi¨®n sobre ¡°Hombre y mujer delante de una monta?a de excrementos¡±, oleo sobre cobre, de 1935, entre otras obras del genial pintor, escultor, grabador y ceramista. El video artista David Cid ha dado vida a esos extra?os seres con pies de pato y cuerpo de pollo que deambulan por la pantalla situada tras los m¨²sicos al son de un jazz que sabe a otros tiempos, qui¨¦n sabe si m¨¢s felices para el g¨¦nero. Lo que se dice, un espect¨¢culo multimedia.
Con esto que, la ¨²ltima doble sesi¨®n del s¨¢bado trajo el jazz con jota, valga la redundancia, de Carmen Par¨ªs, La zaragozana nacida en Tarragona se quitaba de este modo una vieja espina: 2 a?os esperando a ser llamada por alg¨²n festival para mostrar al p¨²blico de jazz sus ¡°blues joteros¡±. Visto lo visto es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo que pueda repetirlo. Fue un Carmen arrancarse con ¡°La cadenica de oro¡±, rebautizada como ¡°A Little chain of gold¡±, y el personal venirse arriba. Y as¨ª, hasta que tom¨® el camino del foyer para ser succionada por la jaur¨ªa humana, que si ¡°¨¦chame una firma al disco, bonita¡±, que si ¡°vamos a hacernos un selfie¡±, que si ambas cosas.
La cuota flamenca, consustancial a todo ¡°jazz con e?e¡± que se precie, vino cubierta por el gaditano Nono Garc¨ªa, en su regreso a la ciudad en la que hizo el servicio militar coincidiendo con el 23F: el tipo de experiencias que no se olvidan. ¡°Gracias a Nono y a otros como ¨¦l¡±, comentaba Par¨ªs anunciando a quien habr¨ªa de sucederle sobre el escenario, ¡°los que hemos venido despu¨¦s podemos hacer lo que hacemos¡±. Y as¨ª, hasta el fin de fiesta con Javier Vercher, en directo desde el Jimmy Glass, tradicional emporio del g¨¦nero en la ciudad del Turia, en sesi¨®n patrocinada por el propio festival JazzE?e. ¡°Los m¨²sicos de jazz, m¨¢s que vivir, sobrevivimos¡±, confesaba el saxofonista envuelto en sudor tras un concierto particularmente memorable, ¡°pero una cosa est¨¢ clara: el mundo ser¨ªa mucho m¨¢s triste sin el jazz¡±.
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