Una novela conjura el dolor de la violencia de ETA
Gabriela Ybarra relata en ¡®El comensal¡¯ el asesinato de su abuelo y la muerte por c¨¢ncer de su madre en su primer e impactante libro
El 20 de mayo de 1977, cuando todav¨ªa no se hab¨ªan celebrado las primeras elecciones democr¨¢ticas en Espa?a tras la muerte de Franco, un comando de ETA secuestraba en su casa de Neguri, el barrio de Getxo (Bizkaia) coraz¨®n de la alta burgues¨ªa de Euskadi, a Javier de Ybarra. Pol¨ªtico e historiador de 63 a?os, era el cabeza de una de las familias de la aristocracia industrial vasca, propietaria del diario El Correo. Fue asesinado al cabo de un mes por sus captores, una escisi¨®n de ETA pol¨ªtico-militar, los llamados berezis, que m¨¢s tarde ingresar¨ªan en ETA militar.
Casi 40 a?os despu¨¦s, cuando su nieta, Gabriela Ybarra (Bilbao, 1983) decidi¨® relatar la muerte de su madre de c¨¢ncer, derrotada por la enfermedad en apenas seis meses, se dio cuenta de que muchos silencios, muchas preguntas sobre su familia a las que no hallaba respuesta, ten¨ªan su origen en aquel crimen. As¨ª ha surgido El comensal (Caballo de Troya), una primera novela que se est¨¢ convirtiendo en uno de los fen¨®menos literarios de la temporada.
Todav¨ªa un poco superada por el revuelo que est¨¢ causando su libro, que apenas 15 d¨ªas despu¨¦s de su salida ha tenido que ser reimpreso, Ybarra explicaba ayer en una terraza del centro de Madrid: "El final de mi madre fue muy intenso. Cuando muri¨® estaba tan aturdida que no sab¨ªa lo que hab¨ªa vivido. Cuando empec¨¦ a escribir sobre ello, me di cuenta de que hab¨ªa muchas cosas que no me hab¨ªan explicado, tal vez para protegerme, pero sin las que no pod¨ªa contar la historia".
La novela se enfrenta a dos formas del dolor: la violencia terrorista y tambi¨¦n el c¨¢ncer, el deterioro f¨ªsico, la muerte, los efectos de la enfermedad sobre el cuerpo. Ybarra describe, por ejemplo, con una mezcla impactante de sencillez y crudeza, c¨®mo la doctora que trata a su madre en Nueva York le explica los efectos secundarios de la quimio, que deja al cuerpo expuesto a todas sus debilidades. "Son cosas de las que la sociedad huye. Los ¨²nicos c¨¢nceres visibles parece que son el de mama y la leucemia. Pero hay muchos otros c¨¢nceres, como el de colon que sufri¨® mi madre. La muerte no es decorosa", recalca.
Gran repercusi¨®n
Ah¨ª reside la clave de la repercusi¨®n que est¨¢ logrando El comensal, seg¨²n su editora, la tambi¨¦n escritora Elvira Navarro, quien dirige Caballo de Troya, una editorial peque?a que ha publicado muchas primeras novelas y pertenece a un grupo gigantesco, Penguin Random House. "Es una confluencia que no se da en muchos libros. Adem¨¢s de su calidad literaria, toca dos temas de gran impacto: ETA y la muerte, el duelo", apunta.
Ybarra, quien estudi¨® Direcci¨®n de Empresas y se dedica a los an¨¢lisis de mercado en redes sociales, emplea la misma sinceridad al tratar ambos asuntos. Sin embargo, pese a que su padre recibi¨® una carta bomba y tuvieron que irse a vivir fuera del Pa¨ªs Vasco cuando ella ten¨ªa 12 a?os, en el libro no hay ning¨²n momento de odio. "El odio le da poder al otro, no se puede llevar una vida con odio", dice. Empez¨® la investigaci¨®n sin hablar con su padre; sobre todo leyendo la prensa y buceando en Internet. El asesinato de Ybarra tuvo un impacto gigantesco al principio de la Transici¨®n y despert¨® una condena un¨¢nime, muy poco habitual en aquellos a?os. Adem¨¢s, marc¨® la ruptura en ETA-pm y el principio de su final. "En mi familia siempre se ha tratado de un tema delicado y la escritura ha sido a la vez liberadora y dolorosa: es como ir al fisioterapeuta. Te deja machacada la espalda, pero te cura", asume. "Tambi¨¦n descubr¨ª cosas muy duras: que algunos miembros del comando Vizcaya [que quiso matar a su padre] viv¨ªan al lado de nuestra casa".
Romper el silencio
Pero, al final, lo m¨¢s dif¨ªcil ha sido romper el silencio. "Durante a?os, no pod¨ªa hablar de muchas cosas: d¨®nde viv¨ªa, d¨®nde iba de vacaciones. Por seguridad, pero acab¨® por filtrarse a muchas facetas de mi vida". Desde el cese de la violencia de ETA hace casi cuatro a?os, ha vuelto con mayor asiduidad al Pa¨ªs Vasco y, sobre todo, ha podido hacerlo con su padre. Esto le ha permitido cruzar otras fronteras de su pasado. "Hemos hecho viajes juntos a lugares a los que ¨¦l no hab¨ªa podido ir desde los a?os setenta; al valle de Baztan, a Mundaka, al interior de Bizkaia. Me ense?¨® el lugar donde hab¨ªa dado sus primeros pasos, los escenarios de su ni?ez", explica.
Pese al inmenso papel que ETA ha ocupado en la historia del Pa¨ªs Vasco desde los sesenta, y del dolor que el terrorismo ha causado, su presencia en la literatura es a¨²n muy leve, aunque ha sido tratado por autores como Bernardo Atxaga o Kirmen Uribe.
Fernando Aramburu, nacido en San Sebasti¨¢n y residente en Alemania, ha abordado la cuesti¨®n en libros como A?os lentos y en la impactante recolecci¨®n de relatos Los peces de la amargura. "Llevo muy avanzado un proyecto de novela centrado en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas del Pa¨ªs Vasco", explica. "Mi empe?o consiste en trazar un amplio dibujo de la sociedad vasca, del cual, claro est¨¢, ETA forma parte de manera muy visible. Construir el relato no s¨®lo hist¨®rico, sino tambi¨¦n sentimental y humano, se me figura m¨¢s urgente que nunca. Si no lo abordamos, a las generaciones venideras les faltar¨¢ el testimonio de los que fuimos contempor¨¢neos del fen¨®meno terrorista", a?ade. "Los historiadores, los soci¨®logos y los periodistas llevan una notable ventaja a los escritores de literatura. Algo, no obstante, se va haciendo, pero es todav¨ªa insuficiente. Seg¨²n de d¨®nde sopla el viento, se nota en el ambiente un prop¨®sito de silencio y olvido".
Aunque no es s¨®lo una novela sobre ETA, sino sobre el duelo, la ausencia y la forma en que la vida se recompone y avanza pese al dolor, El comensal pertenece a este esfuerzo de memoria. "Es cierto que es un tema que se ha tratado poco y ha sido, sobre todo, desde el punto de vista del agresor m¨¢s que de las v¨ªctimas", se?ala Ybarra. Preguntada por la influencia del terrorismo en sus recuerdos, responde: "A pesar de las amenazas, en mi familia siempre hemos intentado vivir". El comensal da testimonio de ello.
¡°La vida de Ybarra depende de su familia¡±
En mayo y junio de 1977, EL PA?S dedic¨® una amplia cobertura al secuestro de Javier de Ybarra, reflejo de su impacto en la sociedad. "La vida de Javier de Ybarra depende ¨²nicamente de su familia, ella es la que tiene la ¨²ltima palabra', dice un comunicado hecho llegar ayer a Radio Popular de Bilbao, por la rama pol¨ªtico militar de ETA". As¨ª arrancaba una cr¨®nica del 10 de junio que mostraba la tensi¨®n de aquellos d¨ªas y el chantaje terrorista, que convert¨ªa a las v¨ªctimas en los responsables. Las exigencias de ETA, 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros), eran imposibles de cumplir. Un miembro del comando fue detenido en Francia y cuando los terroristas cumplieron su amenaza, el cad¨¢ver tard¨® en ser localizado.
Otra cr¨®nica narraba: "Ninguno de los hijos con quienes dialogamos pod¨ªa creer a¨²n el triste desenlace del secuestro: 'Pensamos que nos quer¨ªan dar un nuevo susto para ponernos nerviosos y que pag¨¢ramos el rescate".
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