Textos escaqueados desde Am¨¦rica
Ahora que nadie duda sobre las contaminaciones culturales, que Am¨¦rica Latina es ya discurso mainstream, me pregunto cu¨¢ntos otros textos seguir¨¢n escamoteados
En 1984, desde el New Museum de Nueva York, entonces una de las instituciones m¨¢s punteras de la ciudad, se publicaba el libro Art After Modernism. Rethinking Representation, editado por Marcia Tucker. En el mismo se recog¨ªan textos de diversos investigadores y los ¡°usual suspects¡± esos a?os: Baudrillard, Benjamin, Barthes y Foucault. Hasta aqu¨ª nada extra?o. Sin embargo, algo llamaba la atenci¨®n del lector hispanoparlante, tradicionalmente excluido de todo discurso anglosaj¨®n te¨®rico entonces ¡ªe incluso ahora¡ª. El art¨ªculo que abr¨ªa el volumen era un cuento de Borges, Pierre Menard. Autor del Quijote, dedicado a Silvina Ocampo y aparecido en uno de los libros m¨¢s deslumbrantes del escritor argentino: Ficciones, de 1944.
De pronto, le¨ªdo en este contexto, el cuento adquir¨ªa un ¡°sentido te¨®rico¡± inusitado, ya que hablaba de un tema que a?os m¨¢s tarde, en los sesenta, bordear¨ªan los mencionados Foucault y Barthes al enfrentarse a lo que seg¨²n Borges podemos definir como ¡°traducciones culturales¡±, la autor¨ªa territorio fr¨¢gil, rasgado, consenso cultural. ?Era necesario hablar de la fragilizaci¨®n del texto a trav¨¦s de alta teor¨ªa cuando el texto, contundente, se mov¨ªa desde lo fragilizado, la literatura?
Aunque Borges no era ¡ªni ha sido¡ª el ¨²nico autor que hubiera podido ahorrarnos el disgusto de la ¡°posmodernidad¡± o la ¡°poscolonialidad¡±, tal y como se han construido: armando un discurso que sigue a pies juntillas las reglas del Occidente dominante durante d¨¦cadas ¡ªEuropa y EE UU¡ª. Esa otra parte resplandeciente de Occidente produc¨ªa preguntas pertinentes que pocos escuchaban porque proced¨ªan de la supuesta ¡°periferia¡±, de los bordes, si bien todos repet¨ªan desde el ¡°centro¡± que en los bordes es donde surgen las mejores preguntas. En este sentido el caso de Brasil es paradigm¨¢tico, sobre todo a trav¨¦s del Manifiesto antropof¨¢gico ¡ªde finales de los a?os veinte¡ª, donde Oswald de Andrade habla de una forma inusualmente temprana del concepto de mezcla, poniendo adem¨¢s en tela de juicio las construcciones culturales, lo que el discurso dominante adjudica a Brasil. Su propuesta de los veinte reemerger¨¢ en los sesenta y setenta como met¨¢fora y filosof¨ªa de la cultura a trav¨¦s de la figura de Haroldo de Campos, quien pone patas arriba la idea del ¡°original¡± como texto superior respecto a la traducci¨®n y apela a la ¡°desmemoria parricida¡± ¡ªconstruir olvidando el discurso de autoridad¡ª. Ahora el Manifiesto forma parte de la rutina, en especial despu¨¦s de que el arte producido en Brasil se pusiera de moda a finales de los ochenta del XX en el mercado neoyorquino y, a trav¨¦s de ¨¦l, el arte y la teor¨ªa anteriores. Pero ?era necesario esperar hasta la Bienal de 1998, curada por Paulo Herkenhoff y que ten¨ªa por leit motiv a Oswald de Andrade, para conocer un manifiesto tan importante, tan innovador? ?Era justo que se escamotearan propuestas b¨¢sicas que, adem¨¢s, se desarrollaban dentro de la propia cultura occidental?
?Qu¨¦ maniobra colonial absurda hab¨ªa empa?ado aportaciones como las del cubano Lezama Lima en los a?os cincuenta, reflexionando sobre la historia y explicando en su ensayo Mitos y cansancio cl¨¢sico c¨®mo con el tiempo resultar¨¢ imposible emplear cualquier t¨¦cnica que no sea la de la ficci¨®n? No s¨®lo. Su consciencia de la aportaci¨®n americana a Occidente le sit¨²a en un lugar interesante de transferencias culturales: ¡°Pero a esa perfecci¨®n del banquete, que lleva la asimilaci¨®n de la cultura, le corresponder¨ªa al americano el primor inapelable, el rotundo punto final de la hoja del tabaco. El americano tra¨ªa a ese refinamiento del banquete occidental el otro refinamiento de la naturaleza, que recordaba la primera etapa anterior a las transmutaciones del fuego.¡±
Por eso ahora que nadie duda sobre las contaminaciones culturales, que Am¨¦rica Latina es ya discurso mainstream, me pregunto cu¨¢ntos otros textos seguir¨¢n escamoteados, presos de la rutina de citar siempre lo mismo.
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