Mantequer¨ªas Rinc¨®n
Decepcionante comienzo de feria con novillos inv¨¢lidos y novilleros con pocas ideas
Los novillos eran de mantequilla, y se deshac¨ªan con el viento madrile?o; chicos, endebles, mansos, de carnes fofas, de aspecto borrachazo todos ellos, de andares lastimosos, morrazos vergonzosos y penosa imagen. Y el due?o de tales birrias es don C¨¦sar Rinc¨®n, el gran maestro colombiano que un d¨ªa deslumbr¨® al mundo con su torer¨ªa heroica, y que como ganadero no tiene inconveniente en hacer el rid¨ªculo. Si ¨¦l se hubiera enfrentado en Madrid a novillos de la cala?a de los que ¨¦l cr¨ªa no estar¨ªa, como est¨¢, en la gloria taurina. Pero, una vez m¨¢s, se cumple la m¨¢xima: torero grande, p¨¦simo ganadero. Y como prueba, ¡®Mantequer¨ªas Rinc¨®n¡¯.
Al parecer, no hab¨ªa peor novillada en el campo bravo para abrir la Feria de Oto?o, y que se estrellasen tres novilleros con estrella. Novillos elegidos por el enemigo, de esos que te quitan de la circulaci¨®n porque todos los despachos taurinos apuntan que ¡®en Madrid no pas¨® nada¡¯; novillos que producen pena y l¨¢stima en lugar de miedo; animales que hab¨ªa que enviar al matadero porque componen la peor imagen posible de la fiesta de los toros.
En fin, que resulta inexplicable que don C¨¦sar Rinc¨®n cr¨ªe estos animaluchos imberbes para el aburrimiento de una afici¨®n ¨¢vida de emociones y el fracaso de chavales necesitados de esperanza.
No hubo triunfo; imposible que lo hubiera con tales regalos. Y los toreros se marcharon vac¨ªos de trofeos e ilusiones.
El Torre¨®n/Filiberto, Marcos, Gald¨®s
Novillos de El Torre¨®n, -el quinto, devuelto-, muy mal presentados, mansos, inv¨¢lidos y descastados. Sobrero de Dolores Rufino, bien presentado, manso y encastado.
Filiberto: dos pinchazos y cuatro descabellos (silencio); pinchazo bajo y bajonazo (divisi¨®n de opiniones).
Alejandro Marcos: pinchazo, estocada _aviso_ y dos descabellos (silencio); estocada que hace guardia, un descabello _aviso_ y siete descabellos (silencio).
Joaqu¨ªn Gald¨®s: pinchazo, estocada, dos descabellos y el novillo se echa (silencio); pinchazo, casi entera y un descabello (silencio).
Plaza de las Ventas. Primer festejo de la Feria de Oto?o. 1 de octubre. Casi tres cuartos de entrada.
El escenario de Las Ventas debe imponer lo suyo porque se les vio nerviosos, con pocas ideas, agarrotados, cuando cuentan las cr¨®nicas y no paran de sus muchas virtudes. Molest¨® el viento, omnipresente en esta plaza, y no encontraron colaboradores dignos, pero tampoco los de luces expresaron mucho sentimiento. En fin, una mezcla extra?a que, sin duda, les perjudicar¨¢.
Quiz¨¢ el m¨¢s talentoso pareci¨® Filiberto, que dijo poseer buenas maneras y templanza en las mu?ecas. Maneja mejor la muleta que el capote. Intent¨® lucirse por chicuelinas en dos ocasiones y lo hizo tan mal que debieran obligarle a visionar videos de Paco Camino durante una buena temporada. Su primero padec¨ªa urgencia por morirse y el muchacho se limit¨® a hacerle m¨¢s llevaderos sus instantes finales. Dibuj¨® vistosos naturales ante el cuarto, soso y descastado, motivo por el que no pudo redondear el dibujo que tra¨ªa en la cabeza. A los dos novillos los mat¨® mal, y pas¨® con poca gloria.
Decepcion¨® Alejandro Marcos; y tambi¨¦n Joaqu¨ªn Gald¨®s, ambos con m¨¦ritos para lo contrario, pero as¨ª es la vida de los aspirantes.
El primero, desconfiado toda la tarde, mostr¨® un tipo de toreo muy vac¨ªo entre el desinter¨¦s general. Pero eso ocurr¨ªa en su primero, porque el sobrero, tan manso como encastado, le pudo permitir un triunfo si se queda quieto y se coloca en el lugar donde regalan los cortijos. Prefiri¨®, en cambio, las dudas, no se la jug¨® y la ocasi¨®n se esfum¨®.
Y mal, tambi¨¦n, el peruano Gald¨®s, con tan buenas condiciones como ya ha evidenciado en otros ruedos. No tuvo toros, es verdad, pero se mostr¨® nervioso, torp¨®n y ventajista, errores imperdonables para quien dice poseer condiciones de figura.
Pero, en fin, el gran perdedor fue el ganadero. As¨ª, no se viene a Madrid; as¨ª, lo mejor es montar Mantequer¨ªas Rinc¨®n.
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