Hellmuth Karasek, un periodista generoso y divertido

Hellmuth Karasek fue un periodista afortunado gracias a varios regalos que le hizo la naturaleza. El genial periodista y cr¨ªtico literario naci¨® con tres dones que le ayudaron a tener ¨¦xito en la vida: era encantador, gracioso e inteligente, muy inteligente. Nadie como ¨¦l pod¨ªa pasar de analizar un poema de H?lderlin, al minuto siguiente contar an¨¦cdotas de Woody Allen, por la tarde hacer una rese?a sobre la ¨²ltima novela de Phillip Roth y por la noche alegrar la vida a decenas de miles de espectadores en un show de televisi¨®n.

Karasek, que muri¨® el martes pasado en Hamburgo a la edad de 81 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer, tambi¨¦n ten¨ªa otra virtud que le convirti¨® en un periodista admirado y querido por el gremio, algo por lo dem¨¢s ins¨®lito en un oficio donde impera la envidia: era generoso. ¡°Era un so?ador querido por la redacci¨®n¡±, escribi¨® un periodista de la revista Der Spiegel al recordar su ¨¦poca de jefe de cultura del semanario, cargo que ejerci¨® durante 26 a?os.

¡°Karasek dirigi¨® la secci¨®n con mano suelta, observaciones claras y una generosa grandezza que no era bien vista en la casa, donde imperaba una estricta jerarqu¨ªa¡±, se?al¨® la revista en un obituario que public¨® el s¨¢bado. ¡°Escrib¨ªa a mano sus notas, habitualmente en su casa, las enviaba a la redacci¨®n por fax y nunca hubo que corregirle. Cuando ¨¦l correg¨ªa otros textos se hac¨ªa acompa?ar por una copa de champ¨¢n¡±.

Su carrera como periodista la inici¨® en 1960 en el peri¨®dico Stuttgarter Nachrichten. Ocho a?os despu¨¦s era cr¨ªtico de teatro en Die Zeit y en 1974 fue nombrado jefe de la secci¨®n cultura en Der Spiegel, cargo que abandon¨® en 1996 cuando los editores no quisieron publicar una cr¨ªtica suya de la pel¨ªcula Rossini, del director Helmut Dietls. El divorcio period¨ªstico no acab¨® con la fama de Karasek, quien ya se hab¨ªa convertido en una estrella de la televisi¨®n gracias al legendario programa Cuarteto literario que emiti¨® la segunda cadena p¨²blica, ZDF, entre 1988 y 2001.

Al lado de Marcel Reich Reinicki, el famoso ¡°papa de la cr¨ªtica literaria alemana¡±, Karasek brill¨® gracias a los dones que le hab¨ªa regalado la madre naturaleza. Entre el implacable Rech Reinicki y la siempre hosca cr¨ªtica austriaca Sigrid L?ffler, el periodista y cr¨ªtico deleit¨® al p¨²blico con su jovialidad, su amplia cultura literaria y su legendaria memoria.

Hellmuth Karasek naci¨® en Moravia en 1934 y cuando tuvo la edad necesaria visti¨® con orgullo el uniforme de las juventudes hitlerianas. Sus padres eran admiradores del F¨¹hrer. Poco antes del fin de la guerra, la familia escap¨® del Ej¨¦rcito Rojo hacia el este de Alemania. Y despu¨¦s de aprobar el bachillerato con la mejor nota en 1952, Karasek abandon¨® la RDA.

Despu¨¦s de dejar la revista Der Spiegel, Karasek dio rienda suelta a su creatividad. Su primera novela, Das Magazin (La revista), fue un ajuste de cuentas con el semanario donde describ¨ªa las intrigas y la lucha por el poder en una revista famosa de Hamburgo. El libro fue destrozado por la cr¨ªtica. En cambio, Karasek solo cosech¨® elogios cuando public¨® su autobiograf¨ªa, Auf der Flucht (La huida), donde describe su ni?ez, la guerra, la p¨¦rdida del hogar y su vida bajo dos dictaduras, la nazi y la comunista en la RDA. No fue el ¨²nico ¨¦xito de Karasek, un cr¨ªtico que se atrevi¨® a calificar a G¨¹nter Grass como un ¡°presumido intolerable¡± y que cometi¨® el pecado de poner en una misma lista de los 10 peores libros que hab¨ªa le¨ªdo Mi lucha, de Hitler, y La rata, del nobel alem¨¢n.

Grass nunca le perdon¨® los dos insultos, pero Karasek sigui¨® disfrutando de la vida y alegrando la vida de sus amigos, colegas y una legi¨®n de admiradores. ¡°Ser¨¢ siempre recordado no solo como un gran escritor, sino como un hombre maravilloso¡±, se?al¨® la ministra de Cultura, Monika Gr¨¹tters, al recordar la vida del periodista m¨¢s generoso y divertido que haya tenido nunca el gremio en Alemania.