¡°Mis compatriotas saben que Estados Unidos no es transparente¡±
Oliver Stone da una clase magistral sobre sus motivaciones en la pol¨ªtica y en el cine
Con los a?os, Oliver Stone (Nueva York, 1946) ha dulcificado sus formas pero no su lengua. Si el viernes, en su intenso fin de semana mediterr¨¢neo, dijo en Mallorca que ¡°el se?or Aznar fue el perrito faldero de Bush¡±, esta noche, en Sitges, no dej¨® de apuntar el ¡°pasado sangriento e imperialista¡± de su pa¨ªs. En el certamen, donde recibi¨® el Gran Premio Honor¨ªfico, insisti¨® en hablar de su libro La historia silenciada de Estados Unidos (La Esfera de los libros), la versi¨®n literaria de la serie documental de televisi¨®n La historia no contada de Estados Unidos, ambos realizados junto al profesor de la American University Peter Kuznick. ¡°Eso s¨ª que era una historia de miedo, mi mejor trabajo en el documental y en el terror¡±.
Dado el marco en donde impart¨ªa la clase magistral, el cineasta empez¨® hablando de su pasi¨®n por el cine japon¨¦s y el coreano de terror extremo y por su implicaci¨®n en la producci¨®n de alguna pel¨ªcula asi¨¢tica, antes de centrarse en sus temas habituales, como Alejandro Magno, pel¨ªcula de la que ha realizado tres montajes, y que es su favorita. ¡°En su estreno no pude entregar la pel¨ªcula que quise. En 2014, edit¨¦ en DVD y Blu-ray el montaje definitivo de tres horas y cuarenta minutos, un tiempo necesario para hablar de un personaje complejo y original¡±.
Stone ahond¨® mucho m¨¢s en los elementos necesarios para escribir un buen guion y dirigir una gran pel¨ªcula. ¡°No hay una f¨®rmula que pueda recomendarte. Pero necesitas una visi¨®n, mucha imaginaci¨®n y algo que te inspire. En mi caso, mucha de esa inspiraci¨®n nace del asesinato de John Fitzgerald Kennedy porque marc¨® mi infancia y cambi¨® radicalmente el rumbo de Estados Unidos. El guion de El precio del poder, por ejemplo, se basa en mi intenci¨®n por investigar en la avaricia y el poder en EE UU. En Salvajes me interesaba hablar de la negociaci¨®n m¨¢s que del narcotr¨¢fico¡±. Y a continuaci¨®n reconoci¨® lo que realmente le mueve: ¡°El desaf¨ªo. Cuando alguien me dice no, yo me crezco¡±.
Un discurso parecido defendi¨® cuando indag¨® en sus filmes sobre personajes hist¨®ricos. ¡°Yo no hago biopics, sino que intento definir los momentos que han motivado sus vidas: Nixon iba de las inseguridades de un presidente espantado de sus propios demonios interiores, procedentes de su infancia¡ Bueno, al menos Nixon pose¨ªa ten¨ªa tres dimensiones, porque George W. Bush es plano. Por las ma?anas, este se mira al espejo y le encanta lo que ve, sin ir m¨¢s lejos. Y eso tambi¨¦n es fascinante¡±. Preguntado por JFK, Stone reconoci¨® que fue un ¨¦xito enorme. ¡°Entusiasm¨®. Con ella se cambiaron leyes, yo mismo intervine en el Congreso. Cambi¨® la sociedad y dej¨® como legado que hoy mis compatriotas saben que Am¨¦rica no es transparente¡±.
En cuanto al recorrido que la serie de televisi¨®n y el libro trazan sobre el imperialismo estadounidense, Stone explic¨® por ejemplo c¨®mo, tras apoyar a Filipinas en 1898 contra Espa?a, Estados Unidos conquist¨® el pa¨ªs. ¡°Y fue una guerra mucho m¨¢s sangrienta que contra Espa?a, fue el Vietnam de la ¨¦poca¡±. Tampoco ahorr¨® calificativos despreciativos contra Eisenhower y su visita a la Espa?a de Franco: ¡°Ike era un ignorante y no sab¨ªa nada de la Guerra Civil espa?ola ni del r¨¦gimen franquista¡±.
Ahora, Stone est¨¢ rematando Snowden, su visi¨®n cinematogr¨¢fica de la vida de Edward Snowden, exanalista de la CIA. ¡°He vuelto a trabajar con material delicado. ?Que si tengo miedo? Alguna vez s¨ª he pensado en que me pod¨ªan hacer algo las agencias gubernamentales. Hay d¨ªas en los que te sientes nervioso, desde luego¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.