Ausencias recobradas
El escritor mexicano H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn reconstruye el encuentro con su padre tras 36 a?os de ausencia en una cr¨®nica familiar que es un disparadero emocional
Hay en esta cr¨®nica familiar unas p¨¢ginas bell¨ªsimas, esas que narran el encuentro entre el autor y su padre tras 36 a?os de no verse ni saber el uno del otro, 36 a?os en los que el primero ha dejado de ser el muchacho universitario que era en su ¨²ltimo encuentro y ha hecho una vida entera y feliz, mientras que el segundo ¡ªun so?ador carente de nervio¡ª parece confirmar con su lastimoso modo de vida el err¨¢tico trayecto vital al que el rencor conjetural del hijo lo hab¨ªa condenado en castigo por sus a?os de inexplicable ausencia.
La ra¨ªz dram¨¢tica de la escena la ejemplifican a la perfecci¨®n estas l¨ªneas: ¡°No reconozco nada en ¨¦l. Pienso por un momento que es el ch¨®fer o el ayudante de mi padre que viene a mi encuentro para llevarme a ¨¦l. Pero es mi padre en cuerpo y alma, un padre id¨¦ntico a la ciudad donde lo he puesto a vivir todos estos a?os: la ciudad fantasmal donde lo tiene atrapado, en venganza por su ausencia, mi cabeza. Aqu¨ª est¨¢ frente a m¨ª, reaparecido despu¨¦s de estos a?os, aunque no sea ¨¦l ni sea yo quienes nos encontramos realmente en la posada oscura, sino nuestros fantasmas rec¨ªprocos, el del padre que fue y el del hijo que fui, tratando de tocarse en las sombras¡±.
?Es explicable la ausencia de un padre? No siendo imponderables ¡ªuna guerra o la locura amn¨¦sica, por ejemplo¡ª, pueden buscarse por parte del hijo en el padre razones psicol¨®gicas, vitales o de car¨¢cter que ayuden a entender el abandono, pero siempre quedar¨¢ un resquicio, por peque?o que sea, de incomprensi¨®n, un aun as¨ª imborrable que s¨®lo zanjar¨¢ sentimentalmente ¡ªy no de otro modo¡ª el perd¨®n. No se trata tanto de perdonar para quedar en paz y seguir viviendo, que tambi¨¦n: es sobre todo perdonar para recuperar al padre que ha marcado con su ausencia el devenir del hijo. El hijo ha penado esa ausencia, se ha construido contra ella, pero suele ser mayor la fuerza de la a?oranza que la del resentimiento.
Ese fue el caso de H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn (M¨¦xico, 1946) y lo cuenta en la ¨²ltima parte de Adi¨®s a los padres tejiendo silencios m¨¢s que palabras, los silencios del hijo que acepta el regreso desvalido del padre sin apenas pedir explicaciones, un hijo cauteloso y desprendido que no exige cuentas, sino que se limita a socorrer al padre y acompa?arlo mientras en los intersticios de los tiempos perdidos coloca al despiste las preguntas t¨ªmidas cuyas respuestas ¡ªespera¡ª le permitan comprender.
Naturalmente, la visible derrota del padre juega a favor del interesado perd¨®n del hijo, y la pregunta de c¨®mo habr¨ªa actuado ¨¦ste de no ser tanta la penuria de aquel queda en suspenso, sin manique¨ªsmos, hasta que rondando ya el estricto final del libro nos enteramos de que la versi¨®n del abandono m¨¢s o menos neutra, tejida c¨®mplicemente entre las calladas y medias verdades de uno y el deseo de perdonar del otro, tan s¨®lo es la que mejor conven¨ªa a ambos a la hora del reencuentro y no la verdadera.
El padre ha sido feliz a su modo y simplemente ha acudido al hijo cuando de ello depend¨ªa su supervivencia. ?Anula esta revelaci¨®n s¨²bita el perd¨®n ya otorgado o se limita a postergarlo temporalmente? La respuesta no est¨¢ en el libro porque su conclusi¨®n deja el conflicto irresoluto. ?Pueden desearse dos cosas antag¨®nicas a la vez con id¨¦ntica intensidad? ?La cobard¨ªa o el ego¨ªsmo son una prueba irrefutable de desamor hacia aquellos a quienes perjudican? La historia de Cam¨ªn con su padre es un disparadero emocional de intempestivas encrucijadas.
En otras zonas del relato, en cambio, se conforma con el acopio de peripecias familiares, y hay personajes medulares, como la madre, que inexplicablemente renuncia a cuestionar. No importa. Nos basta. La luz ¡ªya sabemos¡ª brilla en la oscuridad.
Adi¨®s a los padres. H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn. Literatura Random House. Barcelona, 2015. 341 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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