Mar¨ªn y Varea superan el partidismo local sobre los novillos de Los Ma?os
Ambos novilleros cortan una oreja y a uno de los utreros se le dio una vuelta al ruedo
Los novilleros Gin¨¦s Mar¨ªn y Varea, que pasearon sendas orejas, confirmaron su gran proyecci¨®n de futuro en Zaragoza, ante un encierro de la divisa local de Los Ma?os de juego desigual. Con menos de media entrada, se lidiaron seis novillos de Los Ma?os, desiguales de trap¨ªo y cuajo, m¨¢s bastos los ¨²ltimos. Dispares tambi¨¦n de juego, los hubo con nobleza y buen juego frente a otros, sobre todo los de los ¨²ltimos lugares, con complicaciones y peligro derivados de su mala casta. Al noble cuarto se le dio una exagerada vuelta al ruedo en el arrastre.
Gin¨¦s Mar¨ªn: estocada (ovaci¨®n); estocada (oreja con petici¨®n de la segunda). Varea: estocada desprendida (oreja con petici¨®n de la segunda); tres pinchazos, estocada atravesada que asoma, dos pinchazos y media estocada delantera atravesada (ovaci¨®n tras aviso). Leo Val¨¢dez: estocada (ovaci¨®n); media estocada atravesada delantera y cinco descabellos (silencio tras aviso).
La ganader¨ªa de los Ma?os, que pasta en tierras zaragozanas de Luesia, se ha convertido ya en un cl¨¢sico de la feria del Pilar. Sus repetidos triunfos, entre ellos el indulto de uno de sus novillos en la pasada edici¨®n, han hecho que los aficionados aragoneses acudan a presenciar sus encierros con un sentido casi partidista. Y as¨ª fue como los tres novilleros que se enfrentaron a los utreros de esta vacada de sangre Santa Coloma tuvieron no solo que lidiar con la variada condici¨®n del encierro, sino tambi¨¦n superar la positiva estimaci¨®n que el p¨²blico hizo de su juego, que se ovacion¨® igual fuera bueno, regular o malo, que de todo hubo.
Dos de los noveles, Gin¨¦s Mar¨ªn y Varea, novilleros cuajados y punteros del escalaf¨®n de esta temporada que termina, consiguieron remontar esos condicionantes con un sobrado oficio y buena estrategia lidiadora, mientras que el mexicano Leo Val¨¢dez, menos rodado, tuvo que tirar de pundonor para no verse desbordado por un lote complejo.
El extreme?o Mar¨ªn lidi¨® con facilidad a un primer c¨¢rdeno que tuvo movilidad pero sin acompa?arla de verdadera entrega, para matarlo finalmente de una gran estocada. Lo mejor de su labor llegar¨ªa con el cuarto, uno de los m¨¢s voluminosos del encierro y por el que el p¨²blico tom¨® partido desde que se arranc¨® de largo al cite del picador, por mucho que despu¨¦s no empujara de verdad en el peto. Tuvo el de Los Ma?os una noble embestida, franca y clara, aunque a falta de un punto de transmisi¨®n, que a Mar¨ªn le fue suficiente para hacerle una faena muy solvente, con buenos naturales y rematada con los alardes de cercan¨ªas que tanto enardecen a los p¨²blicos.
Tras tumbar al utrero de otra soberbia estocada, el presidente deneg¨® al novillero una segunda oreja pedida con fuerza para concederle a Mat¨®n una vuelta al ruedo en el arrastre m¨¢s localista que justa.
La otra oreja de la tarde, que la presidencia tampoco quiso doblar, fue la que Varea le cort¨® al segundo, el otro novillo destacado del encierro, al que cuaj¨® varias tandas de muletazos excelentes, macizas por el temple y por el largo trazo que oblig¨® a seguir a un animal al que le cost¨® rematar cada viaje. Con poso y reposo, haciendo gala de un clasicismo elegante y sobrio, el novillero de Castell¨®n logr¨® algunos de los momentos de mejor toreo de lo que va de feria, incluidos los hondos pases de pecho y trincherazos de remate de las tandas y de la propia faena. Despu¨¦s, salvo con la espada, Varea estuvo h¨¢bil y suelto ante el sentido del quinto, que acab¨® desentendi¨¦ndose de la pelea en cuanto se sinti¨® sometido.
Tambi¨¦n tuvo peligro el sexto, que lleg¨® a voltear al mexicano Valadez en su empe?o por sacarle lucimiento, lo que s¨®lo logr¨® por el ¨²nico pit¨®n potable, que fue el izquierdo, despu¨¦s de pasar muchos apuros en banderillas. Antes, el novillero azteca no termin¨® de dar el paso adelante ante un tercero que se fue reservando a medida que avanzaba la lidia.
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