Mark Strand y el arte de perder
Bajo sus reflexiones acerca de la poes¨ªa, 'Sobre nada y otros escritos' esconde una s¨®lida meditaci¨®n sobre la vida
Los grandes poetas suelen ser excelentes narradores y tener las ideas muy claras. Fuera de sus lectores, s¨®lo pueden disfrutar de esas cualidades tan gratas quienes frecuentan su trato, los escuchan en clase, los entrevistan o, mejor a¨²n, quienes cenan con ellos.
Este libro, que re¨²ne varios art¨ªculos de Mark Strand, esconde bajo sus reflexiones acerca de la poes¨ªa una s¨®lida meditaci¨®n sobre la vida. ?l, que tempranamente se autorretrat¨® como "yo soy lo que falta", es lo contrario del poeta confesional, al que llama "parlanch¨ªn". Agudo psic¨®logo, Strand concluye: "El poeta confesional no soporta estar solo". Algo que quiz¨¢ valga para todos los parlanchines. Strand, en cambio, integra su pesimismo en una elegante sobriedad.
Para el t¨ªtulo general se ha elegido el del ensayo final, 'Sobre nada', siendo nada menos a¨²n que la nada. Un nihilismo que procede de Beckett y Kafka, aunque legitime en la Antig¨¹edad sus an¨¢lisis de las sombras y el olvido. Preparando una lectura de sus poemas (en Madrid, ciudad en la que vivi¨® sus ¨²ltimos a?os), el autor anota bellamente: "Parec¨ªan escritos por alguien que vagamente era yo".
Sus reflexiones se presentan como cuentos con protagonistas cercanos a su vida
Defensor de la literatura de no-ficci¨®n, el poeta suele dar forma narrativa a su prosa, de modo que sus reflexiones se presentan como cuentos con protagonistas cercanos a su vida. En contra de las apariencias, nos hace ver que la novela contempor¨¢nea pide lectura apresurada, an¨¢loga a la comida r¨¢pida, de lo que se deduce cu¨¢l ser¨¢ el correlato culinario de la poes¨ªa.
La capacidad de Strand para trazar paralelismos convierte este libro en un excelente tratado de fotograf¨ªa o de pintura. Su ensayo precioso sobre las mujeres en la Frick Collection no s¨®lo nos recuerda que estamos ante un poeta que fue primordialmente pintor, sino que sustenta uno de los atractivos de su prosa. Este es uno de sus libros que parecen estar escritos personalmente para cada uno de sus lectores, igual que esos cuadros en los que el personaje retratado parece mirar siempre al espectador. Pone la perspectiva al servicio de la cercan¨ªa.
En cuanto a la poes¨ªa, el solo hecho de considerarla como un oficio ya lo acerca a las po¨¦ticas antiguas. Entre sus sentencias magistrales, esta: el poema "invita a no replicar". Entre sus comentarios, el de la Eneida de Virgilio, centrado en el valor emocional de los abrazos. Aqu¨ª se desvela al humanista contempor¨¢neo que fue Strand y que debe ser el aut¨¦ntico poeta. Tarea casi heroica, con una poes¨ªa "relegada al lugar marginal". Apolo, dios de la luz, parece haber huido de Estados Unidos. El monte Parnaso ha desaparecido de su poes¨ªa. De todo Occidente, podr¨ªamos decir. La cuesti¨®n que plantea es si se puede democratizar el monte de las musas. Por eso el tono elegiaco de esta arte po¨¦tica que nos ense?a ¡°un arte de perder¡±. Al fondo, la conciencia de la muerte que, seg¨²n ¨¦l, se cierne sobre toda poes¨ªa. Llevado al extremo, su an¨¢lisis iguala el poema con la vida. La lectura de un poema ¡ªnos dice¡ª hace bella la muerte.
La capacidad de Strand para trazar paralelismos convierte este libro en un excelente tratado de fotograf¨ªa o de pintura
Juan Carlos Postigo R¨ªos no s¨®lo traduce impecablemente estos ensayos, sino que selecciona (y a veces mejora) una rica antolog¨ªa de poemas traducidos por otros. Ilumina sin deslumbrar, de acuerdo con la escritura de Strand y con la definici¨®n que Strand, por su propia experiencia, da del arte de traducir: "Seguir el ejemplo de otra persona en lugar de establecer mi propio punto de partida". Por eso leer buenas traducciones resulta, igual que hacerlas, una actividad "extra?amente relajante". De hecho, leyendo este libro uno tiene la sensaci¨®n de ser uno de los alumnos de Mark Strand. Mejor a¨²n, tiene la sensaci¨®n de haber cenado con ¨¦l.
Sobre nada y otros escritos, Mark Strand. Traducci¨®n de Juan Carlos Postigo R¨ªos. Turner. Madrid, 2015. 176 p¨¢ginas. 19,90 euros.
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